Capitulo 1: En busca de felicidad

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Estoy yo aquí...
Aún en el hospital luego de la noticia que hizo que mi poca fe se viniera abajo...
Sentado en una banca en el interior de la sala de espera, el ver a las enfermeras yendo de un lado a otro, pensar de que las veré más seguido...

No, aquí no puedo llorar..., aquí no es lugar... mis ojos ya no aguantan más, ya las lagrimas emanan automáticamente...
No, nadie me puede ver así...

Rápidamente me levante del asiento como si me hubiera quemado, fui como un rayo hacia el baño que estaba a unos cuantos pasos a la izquierda de donde estaba sentado, esquive a cuanto hombre estuviera enfrente hasta que halle un baño que estaba desocupado, entre y no aguante más, solté un grito que me emanó del corazón, salía directo del diafragma, exhale un "¡¿Porque!?" muy largo, lo grité muy fuerte, luego de aquella exclamación vino el llanto, era un llanto desesperado y desafiante para el universo, casi retándolo... estaba seguro que en ese momento el mundo me odiaba...

No podía conmigo mismo, cada 5 minutos se oía en la maldita puerta que tocaban y decían:

-Señor, ¿se encuentra bien?, ¿le ayudó en algo?
-Si si, estoy bien, no se apure -repetía cada vez aún con la voz quebrada- gracias, muchas gracias...

Pase alrededor de 15 minutos en lo que me recuperaba, ya que estuve algo calmado salí del baño y fui a donde se encuentran las llaves para lavarse las manos... me importo poco, abrí la llave, junte mis manos hacia el chorro de agua, cuando se llenaban mis manos me llevaba al rostro un pequeño baño de agua fría... me frotaba los ojos y mi yo interior decía "lo vez, sientes el agua, no es un sueño..." pero yo cada vez me llevaba las manos con agua al rostro esperando despertarme de aquella pesadilla...
Realmente estaba muy mal, muy mal...

Me mire al espejo y empecé a hablar conmigo mismo...

"Mírate nada más, estás muy mal... a tu bebe no le gustaría verte así, claro que no lo asustarías... hazlo feliz, si eso, lo tienes todo para hacerlo feliz... pero que lo hace verdaderamente feliz, no lo sé, tendré que descubrirlo... no, no le des de por vida alegrias pasajeras, no no, dale una verdadera felicidad, ¿pero... que será lo que hace feliz?..."

Pensaba y pensaba, decía "¿las pelotas?" No no, muy apenas sabe patear una... "¿Los yoyos?" No no, no sabe lo que son...
¿Que será?, ¿que será?...

Viéndome otra vez al espejo me dije: "esto lo debes de ir descubriendo,  cuando menos lo pienses lo sabrás, claro así son los niños... mientras, saliendo de aquí llévalo a pasear a un parque, si eso, llévalo al parque, disfruta el resto del tiempo que queda aún..."

Esa frase, "disfruta el resto del tiempo que queda aún" mi mente la repitió tres veces, y al fin comencé a llorar de nuevo...

Sentía que me desmayaba... pero mis fuerzas de seguir de pie eran aún más fuertes que mi dolor... ¿porque será que los médicos te dicen esas noticias como un golpe dado en la entrepierna? ¿Porque no suavizan nada?...

Salí del baño ya más calmado... solté lo en ese momento tenía que soltar...
Camino a la sala de espera encontré a un médico y a una enfermera en la puerta del cuarto donde estaba mi hijo, fui y ellos tomaron la palabra primero:

-Oh, ahí está, ¿se encuentra bien?...

Sabes, en estos casos es obvia la respuesta, claro que no me encuentro bien... pero hay que tolerarnos todos, aunque aún en la situación por la que pasaba yo respondía en un tono irónico

-Si, me encuentro súper...

Nadie es quien para faltarle el respeto a nadie, solo que cuando lo obvio es muy obvio no me castres por favor...
Pero apesar de todo mande al diablo mi enojo y desesperación, ¿que más da? Lo que importa ahora es Isaac...

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