Capitulo 5: Mas alla del limite

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El doctor se fue y yo ahí me quede sentado llorando...
Los minutos pasaban y se me hacían horas, horas que pasaban lentamente y todo se convertía en recuerdos con el, todo lo que vivíamos y me di cuanta que aún tenía en mi mano derecha sus pocos naipes que le quedaban en su mano, al darme cuanta y verlos fijamente por unos segundos me solté a llorar de nuevo.

Todo se complicaba, todo se agraviaba, todo se iba, todo iba al límite...

Todo esto fue de repente, tan feliz que estaba hace algunos momentos y no puedo creer que este donde ahora está...

Al hospital llegó André, se sentó a mi lado y me dijo:

-Hermano, aquí estoy, siempre aquí estoy...
-André -quise cambiar el tema- Lily me llamo...
-¿Es enserio? -Me apretaba para abrazarme más fuerte, yo aún soltaba sollozos y lágrimas- Creí que nunca lo haría...
-¿Porque lo dices?
-Ella me hablo hace 15 días... yo le di tu teléfono, porque quería comunicarse lo antes posible...
-¿Tú fuiste quien le diste mi teléfono? -quería sentir enojo, pero de verdad no me salía, necesitaba apoyo en ese momento-.
-Es que me dijo que era muy urgente... y yo no sabía por lo que habían pasado y...

Salió muy aprisa el doctor Medina a la sala de espera, eso me ponía un poco nervioso, ya era su médico el que salió.

-¡Leo! -vino hacia mi, yo me puse de pie y me dio un abrazo, yo seguía muy asustado y seguía llorando-.
-¿Como está mi hijo doctor?
-Acabó de llegar, pero quise de prisa venir a verte, iré por el memorándum y ver que le pasa, ¿que te han dicho?
-Esta en coma...
-Okey, aguarda aquí...

Y otra vez a esperar...

Y yo me quede ahí, otra vez sentado... seguía desesperado, impaciente.

Pasaron 20 minutos y nadie me daba respuesta, la enfermera que estaba a mi lado ya se había ido, yo aparentaba estar algo calmado cuando en realidad seguía muy, pero muy desesperado...

Tanta fue mi desesperación que fui a Informes a que me dijeran algo de mi hijo...

-Lo han trasladado a terapia intensiva según los últimos informes señor... -Me decía la señorita que atendía en la ventanilla-.

-¿De qué hora son esos informes? -quería saber en donde podría estar-.

-De hace 10 minutos señor...

Me desespere aún más... esto de verdad es grave, no puede ser, no puede ser, me repetía...

André me dijo que saliera a tomar aire sólo un poco...
A lo cual me negué pero al final me convenció a salir siquiera dos minutos.
El día se hizo nublado, ese nublado muy gris casi pintándose de negro estaba el cielo, el viento corria frió, tenue pero frió.

En la banqueta del hospital se allana un hombre con su radio escuchando música, pero así fuera la más alegre a mi me sonaba muy triste.

No dure ni dos minutos fuera, porque el Doctor Medina salió a darme información y yo regrese corriendo a la sala de espera, soltando y dejando ver mi desesperación.

-¿Que pasa doctor? ¡¿Qué pasa?!
-Ven hijo... -me llevo hacia terapia intensiva alejándome de la tenebrosa área de espera-.
-¿Que pasa? -decía-
-Isaac sigue en estado de coma, tiene las defensas muy bajas... a los quince minutos que yo entre él quiso sufrir un paro respiratorio...

Las palabras ya estaban de más... me heló la sangre y entre en shock...

-Hijo... -Me dijo el doctor- El día ha llegado...

No pude llorar, ni gritar... toda su vida se me pasaba por mi mente... su nacimiento, sus caras de alegría, cuando le compraba dulces o algodones de azúcar, cuando jugábamos fútbol o ¡cuando íbamos a la feria!
Cuando todo era alegría... simplemente enmudecía, todo estaba por terminar...

-Hijo... -Me dijo el doctor- despídete de él...

Mis piernas no me respondían, nadie absolutamente nadie me consolaría, entre entonces a la cama donde estaba el.

Ahí estaba acostado con los ojos cerrados, con su gorrita en la cabeza y con muchos aparatos conectados...
Solo se dejaba escuchar el "pip, pip, pip" de esa maldita maquina que te dice los latidos de su corazón... todo fue muy rápido, ¿como pudo llegar este momento tan rápido?

Llegue y lo tome del brazo...

-Hijo... -No podía contener mis lágrimas- Te amo mucho...
Perdóname hijo mío por no ser el mejor padre, perdona a tu madre por no estar contigo, gracias hijo por permitirme ser tu padre, por elegirme ser tu padre, hice todo para darte felicidad... yo estaré bien, ve con cuidado hijito... allá esta tú abuelito aquel del que tanto te platiqué...

Las palabras no me salían, seguía tomando el brazo de mi hijo cuando me di cuenta que aún tenía los naipes en mi mano, no dude en ponerlas sobre su mano...

-Mira hijito, construye una casita para cuando yo me vaya contigo...

Sus dedos se movían, yo me sorprendí pero mis lágrimas se caían a mares, tenia ya la plena seguridad de que me estaba escuchando...
En eso él abrió un ojo y me volteó a ver, yo salté y le dije:

-Hijo, hijo... ¡estás despierto!
-Pa...pi... -se esforzó en hablar- mmm... mira, ¡pude alcanzar el cielo...!

Y volvió a cerrar los ojos, lo veía solo con lágrimas en los ojos, los "pip" de la máquina cada vez eran más lentos... y así tomado de la mano conmigo y sus naipes agarrados con firmeza... suspiró...

Yo salí de la sala ignorando a todos, salí llorando hasta la banqueta afuera del hospital, todo parecía tranquilo, empezó a llover y el señor que tenía la música, en su radio se empezó a oír esa canción...
"Happy together" de The Turtles...

Viendo al cielo me puse de cuclillas y solté el llanto...

Mi hijo se había ido, ya no me quedaba nada, alcanzo el cielo... si ese era el límite ahora está más allá de el, todo en mi quebraba, ya no quedaba más de mi...

Me puse a pensar en que desperdicie el tiempo, ese tiempo que ya no podré recuperar, el tiempo es cruel... hubiera cambiado todo por estar con él unos minutos más con el, verlo con su sonrisa y que me diga ¡quiero más naipes papito!.

¿Qué importa el dinero?, ¿que importa lo que he vivido?, ¿que mas da?.

Porque cuando uno se va todo cambia... por eso deseo que todos los que tengan una familia que la aprovechen porque a mi ya no me queda más que llorar...

Adiós mi principito, mi amor...
Adiós Isaac, siempre te ame...















Con amor... papá.

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