No te rindas jamás

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Tori

Llegamos a una colina desde la cual se ve todo el pueblo.

-Tori-me giro y veo a Eric - Ven un momento - me coge la mano y me lleva a un banco blanco que hay debajo de un arco lleno de rosas.

-¿Qué es esto Eric? - le pregunto al fin.

-Esto es un sitio especial para mí. Yo tenía una hermana, ella se llamaba Dania. Ella y yo apenas nos llevábamos un año. Ella vivía con su madre la cual no es Edna. Mi padre no es tan perfecto como parece. Mi madre no sabía nada, no sabía la mierda que tiene como marido. Ni lo sabe ahora. Ella conocía a Dania es más pensaba que era mi novia y esa era la única solución para poder estar con ella. Nos hicimos mayores y más o menos cuando me dejaron ser capitán del equipo, Dania me dijo que tenía leucemia.- a Eric se le empezaban a empañar los ojos.

-Eric si te duele no hace falta que me lo días ahora puede ser más adelante.

-No, quiero hacerlo Tori solo lo saben Ben y Jason. Por eso te voy a pedir por favor que no lo cuentes, pero quiero que tú lo sepas. Dania venía a mis partidos. Siempre lucía contenta hasta que no pudo fingir más. Un día yo tenía el partido de la final y ella quería venir a verme pero estaba internada con la quimioterapia. Apenas éramos unos niños pero yo le dije que no que debía cuidarse. Le dije que ganaría el partido e iría a verla. Me dijo que estaba bien y yo me fui al partido. Ese día jugué como nunca por ella, me duché tan rápido que parecía flash. Cuando llegue a su habitación en el hospital ella no estaba allí. Su madre, Lucía entro en la habitación y me empezó a decir que todo era mi culpa y yo no sabía que estaba pasando. Salí del cuarto corriendo y en la sal de espera encontré a mi padre. Me dijo que Dania había intentado escapar dl hospital dejando una nota que decía que vendría a verme que prefería morir conmigo a morir en un hospital. No llego siquiera a salir de la habitación, se cayo y se golpeó la cabeza con los hierros de la cama muriendo al instante. Si yo no hubiera ido a jugar ella seguiría viva. Joder Tori, mi hermana murió por mi culpa. Desde entonces lo pase mal entre en depresión durante mucho tiempo recién este verano un poco antes salí de ella pero no de la mejor manera, ya que salí de la depresión y entré en las drogas y el alcohol. ¿Ves porque te digo esto no? Hay muchas cosas que no sabes de mi. Y te las quiero decir ahora. Porque no quiero que te enteres por otras personas o por un error mío más adelante así que... Como no la quiero cagar te voy a contar todas mis cagadas. Por lo menos las que recuerdo. - y nos reímos los dos. -Eso si todas hoy no porque hay muchas.

Cogí aire profundo y lo solté.

-Si vas a ser sincero tú creo que yo también. Tú me estás contando tus cagadas y yo te contaré las mías al igual que tú te contaré algo muy mío porque hay veces que es mejor hablarlo con alguien. Siempre y cuando me prometas que no saldrá de ti.

-Te lo prometo Tori. Bueno voy a acabar de contarte esto porque sinceramente lo necesito. No solo me alejé de ti sino de todos y bueno ahora sabes porque. La verdad es que hasta hace unos pocos meses no era capaz ni de salir de casa. Un día encontré una carta de Dania hacia mí. Ponía que encontraría una chica que me quisiera hasta con mis mejores errores como ella los llamaba. Que siguiera mis sueños aunque nadie me apoyara. Que debía seguir jugando por ella y luchando yo podía conseguir esa beca deportiva de la que tanto hablaba. Me pidió que le prometiera que jamás la olvidaría porque ella había pasado a una vida mejor. Me dijo que luchara por esa beca tanto por mi como por ella. Que yo debía disfrutar de todo lo que ella no pudo porque Dios no le dio más tiempo. La verdad no vi posible cumplirle lo de la chica hasta que volviste a aparecer en mi vida.

-Cállate o me harás llorar MÁS idiota-le digo riendo mientras recalco el más.

-No llores, eso no me gusta. Odios ver como lloran las mujeres más si me importan-me limpia las lágrimas y deja un corto beso en mis labios.