No todos los muertos lo están

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Johnny se puso de pie de inmediato para tomar el teléfono y hablar con sus padres.
Lógicamente, la primera reacción fue un grito colérico y desesperado, luego un llanto ensordecedor que dio paso a sollozos calmados y agradecimientos divinos porque su hijo estuviera bien.

—Tú quieres matar a tu madre de un infarto con ese empleo tuyo, Johnny—le regañó.

—Claro que no, mamá. Por favor, entiéndeme, fue una confusión, yo... iré a hablar con el periódico y haré las modificaciones necesarias, pero quería hablar contigo para que no te asustaras.

—Te amo, hijo.

—Yo también, mamá.

Luego de prometer que pasaría todas las vacaciones en casa de sus padres, su madre le dejó ir por lo que Johnny pudo regresar al estudio, donde Mark miraba la pantalla del computador sin pestañar.

— ¿Qué pasa?

—Mi padre aparece llorando la pérdida de su hijo y propone frenar el secuestro en el país.

Mark intenta fortalecer su mirada, pero Johnny mira cómo esas lágrimas descienden, silenciosas y dolorosas como puñales en la espalda.

—Es un maldito —murmura todo labios apretados y rencoroso tono.

—Tengo que ir a decir que no estoy muerto —Johnny se pasa la mano por el cabello—. Si ya me han dado por muerto no tardarán en confiscar el departamento; es el protocolo para todo miembro del equipo S.W.A.T..

— ¿Qué dijo tu madre? —Preguntó Mark ignorando la desesperación del otro.

—Sólo me hizo pagar entregándole todas mis vacaciones, pero me perdonó.

Mark sonrió por ello aún con el rostro mojado, siendo suficiente para que la desesperación de Johnny menguara.

—Puedes ir mañana. La noticia la publicaron hoy, así que si vas mañana a primera hora todo estará bien; diles que estuviste inconsciente, que un buen ciudadano cuidó de ti y apenas hoy despertaste. Tu regreso de la muerte.

— ¿Por qué tengo la impresión de que eres un experto mentiroso?

—Tuve un buen maestro —reconoció—. Y no estoy orgulloso de ello.

—Tú no eres como él, ¿sabes?  —Johnny se acercó hasta arrodillarse. Mark limpió las lágrimas de inmediato —. Lo entiendes, ¿verdad?  Él es tu padre, pero tú no tienes la culpa de su forma de ser ni debes cargar con la culpabilidad de sus actos.

Mark asintió apenas perdiéndose en los ojos castaños de quien le rescató.
El encuentro visual se perdió cuando las manos de Mark a velocidad sobre humana se dirigieron a la cabeza y hombro del agente y su boca, ansiosa y agradecida, se unió a la del otro hombre en un gesto pasional.
Sus labios se encontraron y Johnny dejó de preguntarse qué diablos estaba haciendo cuando sintió el meneo de la lengua del otro en su labio inferior. Abrió la boca, aceptando sumiso lo que Mark quisiera darle y escuchó el gemido ahogado cuando ambos órganos hicieron contacto en una revoloteadora danza.

Sin embargo, ni la vida es perfecta ni la consciencia se pierde para siempre, y Johnny se separó del contacto empujándolo del pecho, logrando ponerse de pie.

—Johnny... lo siento —le sigue—. Perdona, no quería ofenderte.

Johnny sólo puede negar con la cabeza.

—Perdóname por favor, es que... desde la mañana, te vi y Johnny, de verdad lo siento —Mark insiste y Johnny no ayuda, sólo repite el movimiento de cabeza como hipnotizado—. Te veías tan bien, Johnny, aún lo haces y yo, ¡maldición! Perdóname, pero tus labios, Johnny, todo tú eres malditamente atractivo... me encantas —susurra—, pero no lo volveré a hacer.

Like A Movie (Adaptacion - Johnmark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora