≈Los Tres Fantasmas De Webby≈

Prólogo

Editado

La noche caía con los copos de nieve cubriendo las calles de las afueras de Duckburg, adultos se dirigían a sus hogares con sus seres queridos.

Después de un día intenso de trabajo Webby, de igual manera, tenía que regresar a la mansión en la que vivió la mayoría de su vida junto con sus tres amigos de la infancia.

La albina se encontraba manejando su vehículo por la carretera, con un pequeño dolor de cabeza que la mantenía alerta. Estos últimos días habían sido cansados por eso de la Navidad.

Webby tomo un trabajo de secretaria en una empresa dedicada a la moda, pero, eso no significó que dejara la aventura de lado.

Casualmente descubrió que su jefe se dedicaba a buscar adrenalina, ella y él solían ir en busca de nuevas aventuras. Debía admitir que tener a su jefe como amigo le traía muchos beneficios, sin embargo, Webby sabía que existían personas caprichosas, personas que rumoreaba para llamar la atención o simplemente causar problemas.

Una luz brillo en el asiento del copiloto, desvío su mirada por un momento al celular, en la pantalla se encontraba la foto de Louie, la estaba llamando. Tomo el celular y contesto.

—¿Ya llegaste a la casa? —, preguntó el hombre al otro lado de la línea.

—Hola Louie —.

¿Que modales eran esos?

—Hola Webby, ¿Te encuentras en la casa? —, volvió a preguntar.

—No, estoy por llegar ¿Qué se te ofrece? —.

Solo un par de segundos se quedó en silencio.

—Solo quería avisarte que llegaremos mañana por la tarde —.

Webby miro el aparato con molestia, se había cortado.

Los trillizos se volvieron otras personas después de la muerte de Scrooge. Si se definían las personalidades de los tres, serían completamente diferente. Heredaron la empresa de McDuck, por lo tanto, los tres se la pasaban metidos en ello.

Bufo molesta.

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Los 3 fantasmas de Webby
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Cuando por fin había entrado a su casa y después esculcar el refrigerador para ver qué había de comer, subió a su habitación y se recostó en el tapete de está.

En el transcurso de la noche recibió una llamada de su abuela y una llamada de su jefe ambos con la misma intención.

—Los trabajadores y yo decidimos hacer una cena navideña y me gustaría que... —.

—No —, interrumpió.

—Puedes invitar a tu familia —, intentó animarla cosa que le fue inútil por que ella se quedo callada, — está bien, no insistiré más, pero te quedarás con el día libre —.

El tono sutil de voz que su jefe había empleado ocasionó una reacción inquietante en el rostro de ella.

—Iré de todos modos. Sabes que a mí no me llama la atención esas fiestas —.

Se retiró el celular del oído al sentir la cálida luz en su mejilla, miró la pantalla al ver de nuevo la foto de Louie, estaba llamado.

—De todos modos no te quiero cerca del trabajo el día de mañana —, aviso con una pequeña sonrisa la cual ella no podía ver pero si sentir.