Capítulo 12 [2]

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-¡No te lo estoy preguntando mujer! ¡Te lo estoy diciendo! -Sana rió.

-No lo sé -reí -A Chaeng no le gustan esas cosas -rodó los ojos -Mira ¡No tienes derecho a quejarte! -le dije adivinando lo que estaba por decir -Cuando tu noviecita llegó tú me abandonaste, eh... -le recordé -Así que no te puedes quejar de que paso mucho tiempo con Chaeyoung.

-Lo sé -me abrazó -Pero será mi cumpleaños y no puedes faltar -despeino mi cabello -No me hagas tener que aclarar cuentas con Son -hizo un rudo tono de voz.

-De verdad me gustaría verte intentando "aclarar cuentas" con ella -reí. Sana no era una debilucha, pero sin duda alguna, Chaeyoung era capaz de pisotearla.

-Convéncela, aunque sea sólo vayan un rato -dio un beso en mi mejilla antes de irse a su casillero. Seguí sacando mis libros y guardando los que ya no necesitaría.

-¿Que quería? -su voz me hizo estremecer.

-Me aviso que en dos semanas hará una fiesta por su cumpleaños -me giré sobre mis talones para poner verla de frente.

-¿Irás?

-No -di un beso en su mejilla -Iremos... ambas estamos invitadas -agudizo la mirada.

-¿Yo? ¿En una fiesta de Minatozaki Sana? ¡Ja! No lo creo.

-Sabes... deberías de ampliar tu círculo de amistades -carcajeé -Eres la menos indicada para dar ese consejo -se unió a mis risas.

-Sólo me refería a Sana -baje la mirada -Me gustaría que ustedes se llevaran bien -acaricie su mejilla y ella me envolvió aun más en sus brazos -¿Eso es posible? -pregunté mirándola con suplica.

-¿Es posible que tú te lleves bien con Dahyun? -tal vez no lo había intentado, pero la parte de "ella me detesta" es verdad.

-Y yo detesto a Sana -sonrió hipócritamente.

-¿Por qué? -indagué casi en un grito.

-No me gusta que sea tan... demostrativa contigo.

-¿Demostrativa? -una carcajada se escapo de mis labios -Estás celosa -pase mis brazos por su cuello atrayendo su rostro hacia el mío.

-Tal vez -susurró antes de unir nuestros labios.

-¡Dios, que repugnante! -¿Por qué demonios había nacido?

-No tanto como tu vestido -regrese a los labios de mi novia. Después de escuchar un "Ya basta, Momo" de parte de Jeongyeon.

-Seguro su psicólogo tiene un altar en tu honor...

-No lo dudes.

Las clases pasaron rápido, en realidad todo pasaba rápido estando con Chaeyoung. A pesar de no ser muy extrovertida me mataba de la risa. Sus ironías, sus malas bromas.

-¿No irás a trabajar? -preguntó Jinyoung alegremente.

-Sí, sólo los dejaré en casa y me iré -Jisoo, Jinyoung y yo suspiramos tristes. Ella sólo río. -Ah, por cierto, Jihyo quiere reclamarte por su empleo de medio tiempo -ambas reímos.

-¿A qué horas vuelves? -enrede mis dedos en su cabeza mientras hablaba entre besos.

-Ocho, tal vez nueve -me respondió y pasó su mano por mi nuca atrayéndome aun más a ella.

-Te amo -dije haciendo un enorme esfuerzo para alejarme ya que si no lo hacía ahora, no la dejaría irse.

-Te amo más -di un último beso y salí del auto finalmente dejándola partir.

Pasamos una buena tarde, comimos, jugamos hicimos tareas, vimos televisión, incluso me ayudaron los pequeños con la limpieza de la casa. Seguíamos viendo una película, ya no comíamos más ya que la olla de palomitas ahora estaba vacía. Volteé hacia la derecha del enorme sillón y ambos pequeños estaban dormidos. Los parpados me pesaron al verlos tan plácidamente dormidos, cubiertos con una frazada hasta el cuello. Me acomode en el sillón y seguí mirando la pantalla hasta que prácticamente todo se volvió negro.


Chaeyoung

Entre a la sala y sólo vi la televisión encendida. Renegué mientras cruzaba la sala para apagarla ¿Les costaba tanto apagarla antes de subir? Al darme la vuelta vi por que no estaba apagada. Los tres dormían en el mismo sillón. Jisoo y Jinyoung estaban cubiertos por una sabana celeste hasta el cuello y Mina abrazaba sus rodillas, seguro tenía frío.

Después de dos viajes Jisoo y Jinyoung estaban en sus respectivas habitaciones.

Me senté con cuidado en el sofá. No quería despertarla. Solo me gustaba admirarla mientras dormía, siempre he dicho que parece un gatito indefenso. Lo cual era totalmente falso al momento de que sus ojos se abrían.

Acaricie con la yema de los dedos la suave piel de su pierna. Se estremeció un poco pero siguió como si nada. Me puse de pie y la tome entre mis brazos. En automático sus brazos se ajustaron a mi cuello, balbuceo algo indescifrable y después solo sentí su respiración chocar en mi cuello.

La recosté con cuidado pero sus ojos se abrieron al contacto con el acolchado.

-¡Hey! -alargo semidormida

-¡Hey! -le sonreí.

-¿Cómo te fue? -se hizo a un lado para dejarme espacio.

-Bien... creo ¿y a ti?

-Muy bien -estaba por recostarme a su lado cuando se escucho el timbre. Mina volteo hacia la mesa de noche y vio el reloj. Nueve y veinte de la noche.

-Ya vuelvo -di un cálido beso sobre sus labios y salí de la habitación.

Baje las escaleras y fui directo a la entrada.

-Llama a Mina ahora mismo -apenas abrí la puerta y ordenó.

-Ella no...

-No te atrevas a mentirme, Son -amenazó y entro a la casa -Se que ella está aquí, así que hazme el favor de llamarla.

-No quiero ser grosera pero no recuerdo haberla invitado a entrar y no tiene derecho a venir a dar órdenes aquí.

-Oh, claro que la tengo -su fuerte mirada se clavo en mi. algo tenía en común con su hija -Mi hija menor de edad -recalcó -Está aquí... No te metas en problemas y llámala -se dio la media vuelta para caminar hacia la puerta -Con todo y maletas, claro...

Me, Myself & I [MiChaeng] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora