Capítulo 45

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-Tiene una tienda de discos, no tiene padres, se hace cargo de dos niños como si fueran sus hijos... -iba a mitad de las escaleras cuando comenzó a enumerar sus "defectos" –Conduce una motocicleta y ¡qué forma de vestirse! –cerré los ojos tratando de tener toda la tolerancia y paciencia del mundo –No te quiero volver a ver cerca de ella ni fuera ni adentro de aquí –no pude más.

-No recuerdo haberte pedido permiso para salir con ella –me gire sobre mis talones para verla de frente.

-Pues deberías haberlo hecho, de todas formas seria y es un rotundo no.

-Creo que no me explique bien, mamá –cerré los ojos nuevamente. Cordura, ven a mí por favor. –Te lo dejare más claro que el agua –suspire –Me gusta Chaeyoung, quiero a Chaeyoung y no me alejare de Chaeyoung solo porque no te agrada.

-Ahora me toca aclarártelo a ti. No te quiero cerca de ella, no es buena para ti.

-Por favor –alargue irónica -¡Tú qué sabes de lo que es bueno para mí! –reí amargadamente –A duras penas recuerdas que existo –se le saltaron los ojos con indignación.

-No digas tonterías. Y ya te lo he dicho, si vives bajo mi techo sigues mis reglas –se dio la media vuelta esquivando el tema que yo había sacado a relucir.

-¡Ah! ¿Entonces es eso? –grite con rabia –¡Pues ese problema se acaba ahora mismo! –subí corriendo las escaleras ignorando los gritos de mi madre de "No me hables así" "Ven ahora mismo" "No me dejes hablando sola". Como se atrevía a pedirme que no la dejara hablando sola cuando ella lo hizo conmigo durante más de 6 años...

Decía que era un defecto de Chaeyoung haber perdido a sus padres, y yo estaba en la misma situación. Por más que lo intentara yo también era huérfana prácticamente.

Lance una enorme maleta en la cama mientras con rabia limpiaba mis lágrimas. No era solo por lo que decía sobre Chaeyoung, yo ya traía cargando muchas cosas desde hace muchísimo tiempo y esto había sido simplemente la gota que derramo el vaso. Sin siquiera mirar tomaba la mayor cantidad de ropa y zapatos que podía, tome todo lo que sería indispensable y las llaves del auto. Ni a golpes haría cerrar la maleta.

Entre de nuevo al closet y tome otra donde lance lo que me impedía que la otra cerrara, e incluso otras cosas más. Guarde las llaves en mi empapado pantalón, cogí el bolso que llevaba esta mañana al colegio y cargue como pude las dos pesadas maletas.

-Por favor –soltó una risa -Deja de decir y hacer estupideces –dijo burlonamente al verme bajar el ultimo escalón.

-No son estupideces, tal vez para ti todo lo que diga sean estupideces pero al menos trato de convivir contigo –lágrimas de porquería que no se detenían –Pero da lo mismo después de todo –acomode el bolso sobre mi hombro –Así estamos acostumbradas. Tú no tienes hija, y yo no tengo madre.

Conduje lo más rápido que pude, cosa que no era lo más inteligente. No paraba de llover y yo no paraba de llorar. Frene de golpe, casi derrapaba el auto pero no me importo. Sólo salí de la carretera. ¿A dónde iba? Eran las diez de la noche y estaba parada en un costado de la carretera, con demasiadas probabilidades de quedarme atascada en el loco. Puse mis brazos sobre el volante y recargue mi rostro en este tratando de controlar mi incesable llanto. No eran lágrimas de tristeza al darme cuenta de que estaba completamente sola. No en el auto, no en la carretera. Siempre estaba sola.

No podía llamar a Sana o me llevaría arrastrando de regreso a casa, y Chaeyoung seguramente me regañaría.


Pov Chaeyoung


Me quite la chaqueta y la sacudí tratando de que la mayor cantidad de agua escurriera fuera de la casa y no dejar el charco dentro.

-Lo siento –le dije a Jihyo cuando la vi al entrar.

-Sí, como sea –dijo con fastidio, se puso su chaqueta y camino hacia la puerta.

-Sabes que... -dijo volteando hacia mí –Subiré mi tarifa –me señalo –Soy una niñera muy buena y trabajo horas extras.

-Hablaremos de eso –le dije riendo y esta salió cerrando la puerta con cuidado. Seguramente los niños ya estarían dormidos.

Subí a mi habitación tratando de hacer el menor ruido posible. Cambie mis empapados pantalones por un short rojo que me llegaba arriba de las rodillas, tal y como los basquetbolistas junto con una camiseta blanca.

Tome mi ropa que no dejaba de escurrir agua y nuevamente baje las escaleras para dejarla en la lavandería. Iba de regreso por las escaleras cuando sonó el timbre. Joder "No me vendría mal un elevador" pensé ya que una vez más tendría que bajarlas. Tal vez Jihyo había olvidado algo.

Abrí la puerta y no fue precisamente Jihyo quien estaba parada frente a mí.

Sus ojos estaban rojos, el delineador corrido por el agua o con más exactitud sus lágrimas. A pesar de estar completamente mojada podía distinguir sus lágrimas cayendo por sus mejillas.

-¡Mina! ¿Qué te paso? –pregunte aterrada, hace menos de treinta minutos la había dejado en su casa perfectamente bien.

-Perdón Chaeyoung, perdón –se disculpaba entrecortadamente mientras se ataba a mi cuerpo. Sin importar mojarme de nuevo y volver a subir, bajar de nuevo subir las escaleras la envolví entre mis brazos.

-¿Por qué te disculpas? ¿Qué sucedió? ¿Qué pasa? –hablaba con desespero ante su alarmante llanto.

-Perdón no tenía a donde ir y no quería estar sola y, y, y... -tartamudeaba sin cesar un poco el llanto -...no quería estar sola.

-Tranquila –le dije sobando su espalda -¿Quieres contarme que ha pasado? –pregunte lo más suave que pude, no quería abrumarla.

-He peleado con mi madre de nuevo –su voz se amortiguo al estar pegada a mi pecho.

-No llores, ya se arreglaran –dije tratando de consolarla.

-N-no... -tomo todo el oxígeno posible –Yo no volveré.

-Preciosa, todos tienen problemas con sus padres –deshizo el abrazo.

-Chaeyoung, he venido a pedirte si me dejas quedarme solamente por hoy contigo –limpio con brusquedad sus lágrimas, tanto que un color rojizo se apodero de la zona debajo de sus ojos –Mañana buscare un hotel y después un departamento o qué sé yo.

Me, Myself & I [MiChaeng] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora