Capítulo 4. [Acepto]

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Pateaba la misma piedra a cada paso que daba, sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón y la expresión tan seria que tenía en la cara eran digna de una pintura, Hoseok se dirigía a la boca del lobo, unas calles más y se encontraba frente a esa gran pared de ladrillos rojos que sostenían un zaguán enorme color negro.

Tan solo basto con una llamada al timbre para que uno de los sirvientes atendiera y le diera paso a aquella mansión blanca, con un jardín tan enorme que a Hoseok le encantaba mirar en la noche, cuando ya solo estaban Yoongi y él, sin ningún tipo de compañía extra.

-¿Busca al Señor?- una de las mucamas se acercó al pelirrojo y este asintió- en un minuto le digo que ha vuelto.

Se acomodó en una silla del mini bar que había dentro de la residencia, jugando con unos dados que estaban justo a un lado. Pensaba en como su vida se transformó tan de repente en un infierno, nunca creyó que terminaría enredado en situaciones así y lo que ahora importaba más, cómo hacer que el chico que ocupaba sus pensamientos desde en la noche que lo salvó no lo involucraran.

-Vaya, miren a quién tenemos aquí— aquella voz grave lo sacó de su pequeño trance y dirigió su mirada hacia él, aún era joven, aún de cabello negro— Hoseokiee, ¿has vuelto a mi?.

—No— apretó la mano con los dados dentro de su puño— solo vengo a decirte que lo que dijo ayer Nam era mentira, no tengo nada que ver con alguien.

—¿Ah si?— Yoongi se adentró al mini bar y sacó dos vasos pequeños— ¿y por qué vienes a decírmelo? Si no tienes nada con nadie no te deberían importar mis advertencias entonces.

—No lo involucres en esto— Hoseok dejó caer los dados en la mesa haciendo que su sonido fuera lo único que se escuchara— Él no sabe nada de mi, solo me salvó porque vio que me golpeaban, no existe ninguna relación.

—Yo molesto a quién quiero— destapó una botella de licor y puso un poco en cada vaso al mismo tiempo que le agregaba cubos de hielo— Por eso te molesto a ti Hoseok.

—¿Qué necesitas?

—Que vuelvas— le ofreció el vaso lleno de alcohol y esté lo aceptó para después darle un trago largo.

—No quiero vivir aquí Min Yoongi, entiendelo— la mirada pesada del nombrado lastimaba por parte a Hoseok, por mucho tiempo él creyó que lo admiraba pero tan solo era una imagen de presentación pues nada de lo que creía era real.

—No vivas aquí si no quieres, trabaja para mi y te cuidaré la espalda— le sonrió amargamente y después de otro trago se acabó ese líquido que le embriago la boca.

Lo asimiló, millones de dudas lo atacaban, pero él aunque le doliera su dignidad no tenía a nadie, sabía que si moría o vivía a nadie le interesaría. Así que volvió a mirarlo fijamente.

—Acepto

—¡Muy bieeeen!— Yoongi aplaudió y luego alzó su bebida terminándola también— Ven, te diré que debes hacer.

—Hoy no puedo comenzar, debo llevar mis cosas a la casa de Namjoon— el pelinegro lo miró confundido.

—¿En dónde estabas viviendo hasta ahora?

—No te concierne Suga.

—¿Es el chico del que habló Nam?

Hoseok bajó la vista y le pidió otro trago.

—Entonces si son algo

—¡DIJE QUE NO!

—¡A MI NO ME HABLES ASÍ JUNG HOSEOK!— por segunda ocasión lo escuchó gritar, la primera fue cuando se negó a estar con él, ya había pasado un mes desde que salió de esa mansión.

—Perdón, solo no lo metas en este juego, ¿quieres?— tomó la segunda ronda.

—Tarde, antes de que llegaras mande a unas personas a que lo investigarán y le hicieran una pequeña visita— con la espectacular indiferencia que lo caracterizaba terminó también su segundo trago y puso su vaso boca abajo— Deberías cuidar a tu noviecito— le sonrió malvadamente.

—Eres un hijo de puta— Hoseok se levantó de ese lugar y caminó rápidamente hacia la puerta principal.

—¡Te quiero aquí mañana en la tarde para decirte lo que debes hacer!— y Yoongi regresó a su oficina sonriendo como si fuera tan divertido cada cosa que hiciera.

Justo cuando se encontraba fuera de ahí comenzó a correr con el corazón casi sofocándole, no podía dejar que alguien inocente fuera dañada por su culpa, no entendía el porqué todo eso le estaba pasando, nunca fue mala persona, sin embargo incluso a las personas buenas les pasan cosas malas, es por eso que él siempre se mantuvo en guardia.

Subió hasta el tercer piso, gotas de sudor escurrían por su cuello, estuvo a punto de colapsar pero resistió; la puerta del apartamento se encontraba abierta, la cerradura estaba descompuesta.
Entró despacio para sorprender a quién estuviera ahí, pero no había nadie.

—¡Taehyung!— gritó al ver que su sofá estaba hecho un desastre, todas las cosas de su cocina estaban tiradas al igual que sus cuadros que colgaban en la pared, el miedo comenzó a invadir su cuerpo— ¡Taee responde!— sin otra opción abrió su habitación, la cama estaba hecha bolas, cobijas y ropa tirada por todas partes, Hoseok dió dos pasos y visualizó al chico arrinconado en el fondo, aferrándo su cuerpo al closet— Dios mío— Taehyung yacía en el piso con las manos atadas con una cuerda en su espalda y una camisa blanca rodeaba su boca.

Hoseok se acercó y Tae apretaba sus ojos, su cara estaba roja, sus lágrimas caían de a montones y solo se escuchaban quejidos de su parte, a Hoseok se le quebró el corazón al verlo tan asustado, lo acercó a él para sentir tan solo como había empezado a temblar.

—Tae, abre los ojos, soy Hoseok— le bajó con mucho cuidado la camisa de su boca y los lamentos comenzaron a ser sonoros— Tranquilo, estoy aquí, tranquilo por favor, puedes abrir los ojos.

Taehyung obedeció, despegando sus párpados lentamente hasta encontrarse con el rostro de preocupación del pelirrojo, sorbió su nariz y lo contempló, sus finos rasgos eran tan lindos para él que todo comenzaba a dar vueltas.

—Ho-Hoseok— agachó su cabeza y trató de tranquilizarse mientras que el otro chico desataba sus manos— Fue mi culpa.

Jung lo miró desconcertado.

—¿Por qué?— puso su mano en el mentón de Taehyung y lo levantó— ¿Por qué tu culpa?

—Es que y-yo est-estaba sacando la basura y cuando volví a entrar vi que me seguían pero forzaron la puerta cuando quise cerrarles en la ca-cara— y comenzó a llorar de nuevo— No pude decirles a tiempo que no eran bienvenidos.

El dolor que sintió Hoseok en el pecho fue único, ¿cómo fue tan inocente al creer que fue su culpa?, tan solo lo abrazó y dejó que los minutos pasarán para que se pusiera mejor, aunque después de tremendo susto lo dudaba.

—Tae, ¿puedes recostarte en tu cama?, ayudaré a limpiar— Taehyung asintió y fue directo a su cómodo colchón— No, ¿no te hicieron daño?

—No— arrastró sus cobijas hasta quedar tapado a la mitad del rostro— Solo se reían, se reían de una forma que daba miedo y hacían desastre por todo el lugar mientras que otros me amarraban, gritaron cosas como "Eres tan bonito como para desperdiciarse" y alguien le respondía que ese no era su trabajo, ¿asaltar hogares es un trabajo?

—Duerme mejor— Hoseok esbozó una leve sonrisa por lo último que dijo Taehyung.

—Hobi, digo, Hoseok— el nombrado volteó.

—Dime

—¿No te vas a ir verdad?

—No lo sé

—No lo hagas, no me gusta estar solo


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Esta historia me gusta mucho.✴

안아줘. 𝘂𝗻𝘁𝗶𝗹 𝗼𝘂𝗿 𝗱𝗲𝗮𝘁𝗵•𝗛𝗼𝗽𝗲𝗩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora