¿Que esta mal?

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Miraba mi alrededor, no reconocía donde estaba, o quien era yo ni lo que sentia.

No recordaba nada.

Y el placer de fue segundos después de recordar que estaba en la casa de aquel chico que me salvó de nuevo.

Me sentí terriblemente sola desde la noche anterior, cuando me dejó durmiendo en su habitacion y el se fue al sofá mientras que yo dormía en su cama, ya que mi habitacion aún no estaba lista.

Me levante y queria llorar.

Pero no podia.

La sala estaba vacia y juré que Niall no estaba alli.

Corrí hacia mi maleta y saque la pequeña navaja, desesperada por hacerlo.

Enterre el filóso metal y justo cuando lo iba a deslizar, tocaron la puerta del baño, interrumpiendome.

-Sophie...- Llamó Niall.

Maldije en Voz baja y aparte la navaja.

-Dime.

-El desayuno.

Mierda.

Mierda.

Mierda

Y triple mierda.

-Ya voy- avisé.

Pensé en huir por la ventana del baño.

Suspire.

Salí del baño, con la pequeña navaja escondida en mi bolsillo del pantalón de pijama gris que era de mi mejor amigo.

Era.

Niall me sonrió al verme.

-Buenos dias pequeña- Le sonreí.

Falsamente, claro.

-Hola pequeño- Me miro extraño y se rió.

-Soy más alto que tu, pequeña- Sonrió.

-¿Y?- Dije, tratando de sonar divertida o amigable siquiera, pero no sonó como yo queria.

Sone como una perra.

Y el dejo de sonreir.

Sólo volvió a mirar el plato de comida y me senté en frente de el.

Mire la comida.

Y luego lo mire a el.

¿En que me metí?

Metí una pequeña cucharada en mi boca de tocino.

Lo saboree, tratando de recordar su sabor por siempre.

Casi olvidaba como sabía la carne.

Pero al meter la cucharada quise vomitar.

-¿Te gusta?- Preguntó Niall.

-Esta delicioso- Sonreí

Sabía delicioso y era posiblemente el mejor tocino que comí en mi vida.

Pero yo no quería comer tocino

-lo cocine yo.

Y la culpa me invadió.

El cocino mi comida, que yo no quería comer.

Hice que malgastara su tiempo cocinando comida que devolverle en su propio baño.

Y el era tan dulce y estaba sonriendo como un niño pequeño.

-Lo siento- Me levante de la mesa y camine hacia el baño.

Me encerre alli.

En frente del inodoro, pensando que iba a hacer y porque lo aría.

-Sophie, abremé.- Pidió.

Sólo me quede callada, con lágrimas en mis ojos por tratar de esta manera a aquel chico del que me estaba enamorando, llevaba el pantalón de mi mejor amigo ahora muerto, del cual me había enamorado y que ahora estaba tres metros bajo tierra.

Sin darme cuenta, Niall había entrado al baño -No tengo ni idea de como entró si heche llave- Y me abrazaba.

Me envolvia en un abrazo tan cálido y lleno de amor que nadie más que yo sentía y lloraba en su hombro como una loca desconsolada.

Y el sólo me dejaba llorar allí y yo no quería que me viera de esta forma.

Las únicas personas que me han visto llorar así fueron mi mejor amigo y Harry, en su maldito entierro.

-¿Que está mal?- Preguntó.

-Nada está mal- Mentí.

Sólo río un poco y se levanto.

Tendió su mano para que yo la tomará y así lo hice.

-Dime la verdad.

-Hay cosas que no se pueden decir

El ultimo suspiro- N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora