16. La Melancolía de la Enseñanza

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Solía ser el que cuando veía a alguien que le gustaba, anotaba su nombre en los libros
Pero cuando el césped se ponía más verde del otro lado, daría vuelta la página
Estaba tonteando a tu alrededor y caí enamorado
Libre a mi manera es como solía ser
Ah, pero desde que te conocí el amor se aferró a mi
Ahora no te puedo dejar ir
Estaba tonteando y entonces me enamoré...

Fooled around and fell in love, Elvin Bishop



📚






Para la pesadumbre de JongIn, el lunes KyungSoo ya comenzaba a guardar en una caja sus libros y ropa en las valijas; lo poco que había traído de la casa de su madre, volvería a llevárselo el miércoles. La idea y el hecho de que el tiempo había pasado volando, y que lo que habían convivido juntos era más que escaso, no se borraba de su cabeza y probablemente nada colaboraría en hacerlo tampoco.

La melancolía de que el tiempo había sido insuficiente era frustrante, y de a ratitos en silencio, le entristecía. En esos momentos en los que KyungSoo había abierto tanto su corazón y se permitía liberarse, era cuando más deseaba contemplarlo de cerca y por muchos otros días más.

Pero esa vez; esa primera vez a JongIn le estaba costando horrores recordar que en su casa, KyungSoo seguía siendo un huésped, alguien pasajero. Alguien quien quería que permaneciese como si ese fuese completamente su hogar. Algo que en efecto no lo era, ni tampoco lo sería hasta que se lo confesase a sus padres y así entonces, KyungSoo pasase a ser parte de la familia y compartiese otra vez de la cómoda compañía hogareña.

—¿Podría ir a visitarte a la casa de tu madre?

JongIn preguntó en un titubeo, observándole sentado desde la cama. KyungSoo revisaba los cajones del escritorio, sacando papeles y desechando los que consideraba basura, se detuvo un instante al oírle y volteó con un gesto pesadumbroso. Aún si se sentía bien estar junto a él durante el día, esa mirada era desalentadora.

—No creo que sea buena idea...

—¿Por qué no? Podría decir que voy a visitar a un amigo, mis padres no conocen a todos mis amigos.

—¿No sería muy sospechoso?

—Y si lo fuese no me importa, si tienen dudas que pregunten, a no ser que sean tan cerrados de mente para no atreverse. ¿Acaso tu madre no aceptaría a un chico lindo y amable como yo en agradecimiento por unos cuantos días en mi casa? —parpadeó coqueto al levantarse y sonrió al acercar su rostro—. A un nuevo amiguito de su hijo...

—Sí lo haría —rio KyungSoo.

—Entonces puedo acompañarte el miércoles. Y quedarme unos días contigo.

—¿Cuál es el apuro? Podemos salir cualquier otro día.

—Por favor estarás a casi doscientos kilómetros, y yo no tengo auto ni dinero para el micro todos los días.

—¿Todos los días? —dijo incrédulo.

—KyungSoo deja de comportarte como si no fuésemos a vernos seguido —le advirtió.

—No lo hago, pero tal vez sería más fácil si esperamos a cuando me mude solo otra vez, ¿no?

—O tal vez no... —estiró los brazos para entrelazarlos en su cuello y rozar sus frentes.

KyungSoo le contemplaba silencioso y con leve reproche en su mirada, pero no se negó cuando besó sus labios, intentando desmoronar su rigidez.

—¿Te vas a comportar como un niño caprichoso?

El Encanto del Aprendizaje 📚 (KaiSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora