Bueno, aquí estamos en la cafetería de la universidad, digo estamos porque estoy con Richard, Zabdiel, Joel y Erick, su conversación está aburrida, solo hablan de la fiesta del viernes, la cuál no iré.
Estaba mirando hacia la entrada de la cafetería y te ví, estabas con un vestido floreado que te llegaba dos dedos arriba de la rodilla, unas zapatillas color negro con algunas rayas blancas, tu cabello ondulado color marrón claro, estabas hermosa. Ví como te acercabas a nuestra dirección, de un momento a otro ya estaba presenciando esos hermosos ojos color café, bajé mi mirada hacia tus labios, eran carnosos y rosados.
Desde ese momento supe que tú eras la indicada, la primera y última mujer la cuál amaría, sé que es muy rápido pero, algo me dice que tú eras esa persona.
-Hola, ¿saben dónde es el aula 42?- tú voz, tú magnífica voz
-Si, claro, acompáñame
Fuimos al salón 42, casualmente también era el mío, el timbre sonó indicando que ya había acabado el receso, entramos al salón y el profesor hizo que te presentes
-Bueno chicos, hay una nueva estudiante, puedes presentarte
-Hola, bueno, soy ___ Álvarez, tengo 17 años y me gusta bailar
-Muy bien, señorita Álvarez, puede sentarse al lado del joven Vélez
-Gracias
Te acercaste más a mí y te sentaste a mi lado, recuerdo que toda la clase no prestaba atención porque te estaba mirando, apreciaba lo hermosa que eres.
El timbre de salida sonó, fui en busca de mi auto, ví cómo esperabas algo o a alguien, decidí llamarte
-___ - llamé tú atención
-Sucede algo?
-Necesitas que te lleve?
-Gracias pero, no quiero ser molestia
-No eres ninguna, yo me estoy ofreciendo a llevarte
-Bueno, está bien
Llegamos a tu casa, era muy hermosa, me ofreciste pasar, acepté.
-Hace cuanto vives aquí?
-Hace un par de semanas, ¿Por qué?
-Nunca te había visto, yo vivo al frente
-Oh, no he salido mucho de mi casa, me la he pasado arreglando cosas de la mudanza debe ser por eso
-Si, puede que sea eso
Iba a decir algo más pero el sonido de mi teléfono no me dejó
-Debo contestar, permiso
-No te preocupes, contesta
Salí a contestar
-¿Hola?
-Chris, hermano, ¿Dónde estás?
-En casa de una amiga ¿Que pasó?
-No te vi en la salida y me prometiste que me llevarías a casa
-Lo siento, lo había olvidado
-Tranquilo, que no vuelva a pasar para la próxima
-Lo prometo
-Bueno, adiós
-Adios
Colgué la llamada y fui directo hacia ti
-Bueno, creo que tengo que irme, tengo que hacer algunas tareas
-Tranquilo, yo tengo que hacer algunas cosas igual
-Adios --me acerqué a darte un beso en la mejilla
-Adios -- correspondiste el beso
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Mi Princesa.|Christopher Vélez Y Tú
De TodoCartas, siempre he dicho que cuando escribes una, es porque en realidad amas a una persona. Nadie se demora tanto escribiendo una carta si no amas mucho a esa persona. Esa es mi historia, ella, la mujer de mi vida, jamás me arrepentiría de todo lo...