Capítulo 2

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Las voces.

Me encuentro acostada en la gran cama azul, mirando hacia la ventana. Se acerca una tormenta, la brisa ocasionaba que las ramas del árbol golpearan fuerte contra la ventana.

No puedo dormir, después de comer le pregunté a Henry que por qué no dormía en la habitación que me tocó, resulta que la mía es la más grande. Me respondió que allí es donde dormían el y su esposa, la madre de Bethany, cuando ella murió sentía que la cama era muy grande para él, así que se cambió a la de huéspedes que queda en planta. Y la habitación de Bethany es donde ella durmió cuando era un bebé, por eso el papel tapiz.

¿Quién puede dormir tranquilo después de saber eso?

Pues yo no, lo admito, soy una cobarde.

Mi mente juega conmigo, veo sombras moverse por la habitación y escucho ruidos debajo de mi cama, de paso, la tormenta es tan fuerte como si el cielo se fuera a caer.

-Tranquila, Zoe. -susurro para calmarme. -Es solo tu mente jugando contigo.

Dicho esto, un destello iluminó todo la habitación, seguido de un estruendo, chillo como una niña pequeña.

La luz de mi lámpara se apagó.

No, no, no...

¡Mi tía no está de acuerdo con que yo use su habitación!

Me levanto aterrada, abro la puerta y salgo corriendo hacia la habitación de Bethany, llegué frente a su puerta pero antes de tocar me puse a pensar.

Toda la vida la he fastidiado con mi cobardía, ¿Y si ella vino aquí para huir de eso? ¿Para huir de mí?

Tal vez no tenga razón, pero si es así, haré lo posible porque ella no se arrepienta de que yo esté aquí.

Me devuelvo resignada hacia la enorme habitación azul y escucho una puerta abrirse.

Desperté a Henry.

Me giro asustada hacia las escaleras, vi a alguien bajando por éstas, no es Henry, es mujer. Una mujer joven.

¿Ema?

Estoy segura de que vi a mi hermana bajando las escaleras. Aunque es imposible, Ema está bastante lejos de éste horrible pueblo.

Bajo los primeros escalones y salto del susto cuando escucho un ruido bastante cerca de mí, subo rápido y me doy cuenta de que eran los escalones de madera, me asusté con un simple crujido. Bufón negando con la cabeza.

Estoy enloqueciendo.

Por un momento pensé que mi tía Margaret estaba rondando por la casa.

-¿Zoe?

Sentí que todo se detuvo.. A excepción de mi corazón, que latía desembocado. Iba a gritar, gritaría con todas mis fuerzas pero una fría mano cubrió mi boca, hay alguien a mis espaldas, no puedo gritar, la impresión no me deja llorar, no puedo hacer nada, luego la otra mano me voltea.

Quiere que lo veo antes de matarme.

El color volvió a mi en cuanto vi a Bethany en bata, con el cabello más esponjado que nunca y adormilada.

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