Song Ga Eun POV
Decir que odiaba el ejército y todo lo que tuviera que ver con el era poco, era de entenderse tomando en cuenta el hecho de que había vivido con un militar. Los recuerdos no habían sido buenos del todo, por lo que el lugar y los uniformes de combate no le traían los mejores recuerdos.
Al parecer ella y HyeMi compartirían habitación, cosa que agradecía bastante porque no quería tener que soportar a alguna enfermera tonta. Se le había otorgado un uniforme también y la verdad ni siquiera se lo había medido, simplemente no le interesaba.
Ignorando las quejas de su amiga entro a la habitación y se dejo caer en la cama, tenia ya suficientes preocupaciones como para preocuparse por HyeMi más de lo habitual.
-¿Puedes... Quedarte callada? - dijo seca cubriendo se la cara--este día no ha sido el mejor ni para ti ni para mi, solo quiero dormir un poco antes de que sirvan la cena qué de seguro va a ser horrible.
-Esta bien-se rindió la menor--Haré lo mismo.
Y así fue, la menos de las dos también se recostó para ambas dormir un par de horas antes de la cena.
La cena fue incomoda, estuvo llena de miradas pervertidas por parte de algunos soldados qué parecían jamás haber visto a una mujer, comida horrenda y sin sabor y por supuesto soportando los malos chistes del Mayor Lee. ¿Alguien podía callarlo? Eran pésimos chistes y los demás se reian como si fueran de lo más graciosos.
-Si no se calla... Voy a lanzarle un zapato-amenazó GaEun provocando la risa de HyeMi.
-Te puedo prestar mis zapatillas de tacon, eso le va a doler bastante--bromeó y antes de darse cuenta ambas entraban riendo entre ellas.
-Parece que los chistes de Lee SeungHyun son populares entre las nuevas--dijo Kwon entrando a la habitación.
GaEun se rio de nuevo, el Coronel Kwon tenia que estar bromeando. Era imposible que no supiera lo malos qué eran esos chistes.
-Escuche que ya tenemos al primer castigado - Camino Kwon a HyeMi y GaEun rodó los ojos. Era tan injusto é imponente al igual que el otro. Y pensar que ella tenía la esperanza de que Kwon fuera algo diferente. Iba a defender a su amiga, pero no quería meterse en problemas. - La señorita Lee HyeMi lavara los platos y limpiará la cocina, de lo contrario Doctora, no podrá irse a dormir. Lo cual en su caso sería buena idea, puesto que mañana empiezan con acondicionamiento físico - sentenció de forma acusadora a la menor.
GaEun miro al Mayor Lee con recelo, y este solo sonrió complacido. De verdad planeaba ser así con ella, no comprendía como podía anteponer sus malditos celos a su trabajo. Si le gustaba su amiga, solo debía decirlo. No habia necesidad de ser tan inmaduro.
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Eran las jodidas 5 de la mañana cuando la maldita trompeta la despertó. Se levantó sin ganas de vivir, al grado de que nisiquiera se preocupo por maquillarse o peinarse, con trabajos se había amarrado el cabello y puesto el uniforme.
-HyeMi... Arriba... ¡Lee HyeMi! - le grito para despertarla al ver que ni siquiera había abierto los ojos la menor. Era de esperarse considerando qué había dormido muy poco por lavar tantos trastes.
-Dejame... Me quiero morir, si no voy quizá Lee me mate y esto se acabe- murmur cubriendose la cabeza con la manta.
-Vamos... - la jalo tan fuerte qué la hizo caer de la cama provocando qué HyeMi sacara un quejido bastante sonoro.
-¿Siempre debes ser tan salvaje? Eso dolió-se quejo poniéndose de pie.
-Tonta... - Se rio- Apurate...
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La Epidemia
RandomLee HyeMi y Song GaEun han sido amigas desde la preparatoria, y aunque escogieron carreras diferentes, al graduarse escogieron trabajar juntas en una pequeña clínica llamada "Dragon Health". Todo estaba bien hasta que la epidemia comenzó, una enferm...