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Hoy Owil no vino, debe seguir enfermo. Pobre. La última vez que nos vimos me comporté como una tonta. Debería pagar esas pastillas... Hace años me vengo comportando así. Es estúpido pero cierto. Cada vez que lo veo recuerdo a Angie gritándome: ¡Anda, díselo! Y siempre la voz se me hace un nudo y suelo hablar como si nada pasase. Aunque si pasan cosas. Siento como mariposas recorren mi estómago. Como el corazón corre. Y como mi mente se nubla.

Basta, no me gusta pensar que soy una adolescente con estúpidos sentimientos adolescentes derrochando su hermosa adolescencia en un estúpido sentimiento que nunca florecerá. Por eso camino hasta el aula, siempre llena de locos. Recorro el campo de batalla hasta llegar a mis amigas. Las saludo con la mano y ellas hacen lo mismo. Estamos muy cansadas, y lo peor de todo es que se está acercando el idiota.

-Hola hermosas, ¿Cansadas de trasnochar? Yo nunca me canso de eso, es más, deberíamos organizar una juntada.

Como siempre, el pelirrojo no se cansa de decir tonterías a estas horas. Parece que tiene una batería que se recarga diciendo esas cosas.

-No estoy de humor para tus estupideces, tengo sueño por que anoche me vino el insomnio a tocar la puerta. Así que agradecería que te quedases callado un minuto antes de que empieces a decir cosas ridículas. Gracias. –Wow, se nota que Angie no se despertó con los patitos en fila.

-Bueno, podrías no agarrártela con todo el mundo, es molesto encontrarte con alguien así por la mañana, gracias. –ella se acerca a mi oído y me dice algo–. Oh.

-¿"Oh" qué? ¿Acaso su mejor amigui no tiene derecho a enterarse de los secretos de amiguis? –yo niego y lo fulmino con su mirada.

-Este es un secreto de chicas. –digo, haciéndolo obvio.

-¡Ay, Eyra arruinas todo! –Yo me tapo la boca luego de sus palabras riendo. Me disculpo y ella pone los ojos en blanco–.

-¡Ay, Angie, eres una aguafiestas! –le hago unas cosquillas en la barriga y ella no puede evitar reírse. Para que nos distraigamos un poco de la mala pasada al iniciar el día cuento un chiste–. Había dos personas en una zapatería, y una le pregunta a la otra "¿Por qué le hablas a la zapatilla?" y el otro contesta "Porque aquí dice CONVERSE". –Digo con dificultad para no largarme a reír antes. Todos se murieron de las carcajadas, incluso unos chicos del fondo que se ve que estaban escuchando.

Finalmente la profesora de Lengua llega y nos dice que abramos el libro de actividades. Lo de siempre.

Un recreo algo corto continúa, en el que Arvin no para de decir que quiere que nos juntemos. Tiene demasiada energía acumulada que no puede desprender así que deberíamos organizar algo pronto antes de que explote.

Llega la hora de francés y es igual de aburrida que Lengua, aunque presto atención ya que este tema es difícil, según dicen. ¿Algún día utilizaré el francés? Es decir, no tengo planeado viajar, para nada, aunque si viajase lo haría a lugares en los que el idioma esté a mi favor, sí soy muy astuta.

《Ahá, ¿y ese viaje a Argentina qué, eh? 》

Bueno, pero para eso está el inglés. Los argentinos aprenden inglés, así que no tengo problema.

-Eyra. –una voz femenina capta mi atención. Oh, mierda.

-¿S-sí? –pregunto con la voz un poco tímida.

-Lire la page quarante s'il vous plait. –qué lindo. Entendí la mitad. Creo que me dijo que lea la página... ¿cincuenta...?

-¿Cin...cuenta? –pregunto temerosa.

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2019 ⏰

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