Capítulo 1

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El camino hacia mi hogar se volvía cada vez mas eterno, con ambas manos en el volante intentaba pensar que todo iba a estar bien, que las cosas se iban a solucionar en un cerrar y abrir de ojos. Procuraba mantener la mente en frío para ocultar el arma homicida lo antes posible.

Quizá ustedes, lectores, se estarán preguntando que debió ocurrir para que mi persona llegara a una instancia como la expresa con anterioridad, que me motivó a jalar el gatillo sin pudor alguno y huir con tanta naturalidad de aquel lugar, pero para que puedan comprender debo comenzar por el inicio de esta historia...

Recuerdo como si fuera ayer el día en que Ethan, mi querido compañero de vida, me planteó un cambio rotundo para nuestras vidas. 

Durante una noche fría mientras mirábamos como la lluvia mojaba la ventana de la casa sus pequeños labios rosados esbozaron aquella pregunta decisiva, me estaba proponiendo matrimonio de forma sutil y romántica. Llevábamos unos cuantos años juntos, casi más de los pensados. Obviamente habíamos vivido discusiones como cualquier otra pareja común y corriente, pero en el fondo sabíamos que nuestro amor era más fuerte que esas peleas, haciendo que podamos superar todas las instancias difíciles que se nos iban presentando en el camino.

Aquella pregunta hizo que mi corazón se acelerara provocando una ligera pausa en la conversación. Sus ojos color miel se abrieron de tal forma que sentí su nerviosismo por lo respondí con rapidez. Si, si quería casarme con él. 

Sin duda fue uno de los momentos más afortunados para mi querida memoria. Su mirada brillaba y sus pupilas eran grandes universos. 

Los días siguientes a ese fueron lo suficientemente alocados debido a los preparativos de la boda, Ethan quería celebrar la unión lo antes posible, pero hasta ese momento no sabía el porque de aquella necesidad tan apresurada de su parte. 

Con el correr del tiempo su comportamiento se iba tornando un tanto inusual, su pierna a la hora de comer se volvía inquieta haciendo que los pequeños rulos de su cabellera salten una y otra vez. Esto me causaba gracia y apaciguaba la situación pero aún así no dejaba de ser totalmente extraño. A pesar de ella frente al altar tuve la desafortunada noticia de su comportamiento

Ya vestida de blanco y luego de haber dado el si definitivo, el párroco nos dió la bendición para que con un beso concluyéramos nuestra alianza. Sus labios cálidos me brindaron la mejor demostración de amor que podría existir, haciéndome desconectar de la realidad. Las familias sentadas en los bancos de madera de la iglesia comenzaron a aplaudir instantáneamente , sin embargo eso duró muy poco. Las risas y sonrisas se transformaron en llantos, gritos y corridas...

Frente a todo el murmullo, mis ojos volvieron a abrirse y lo único que observé fue a Ethan desplomándose con lentitud en el suelo. No podía comprender que estaba sucediendo. Mi vestido comenzó a absorber toda la sangre de mi esposo que se esparcía en el mármol, por lo que en pocos minutos dejó de ser blanco para pasar a ser rojo. La iglesia había quedado solitaria y las únicas almas que seguían allí eran las nuestras. 

Con lágrimas recorriendo mi rostro, apoyé mis rodillas junto a él para que de esta forma pudiera abrazarlo y brindarle la tranquilad necesaria.

— Beth, te am... — Susurró sin poder terminar en mi oído siendo su último suspiro. 

Ahora bien ¿qué había ocurrido? ¿quién había provocado esta situación? ¿ él sabia que iba a ocurrir? ¿a eso se debía su comportamiento extraño?. Las preguntas aparecían en mi mente como por arte de magia, entonces fue ahí donde con su sangre aún goteando en mis manos decidí llegar al fondo de esto tomando venganza en nombre de Ethan, mi querido y difunto esposo.

Arma Letal: La venganza de una mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora