[Extra]

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Los señores Asano salieron de la habitación dando estruendosas carcajadas.

¿Cómo habían llegado a todo eso?

Rebobinemos.

¿Recuerdan cuándo la madre de Asano le dijo que hablara con el pelirrojo?

Bueno, esto fue lo que paso.

Gakushuu se dio la ducha, estuvo un rato viendo que ropa ponerse, luego, estuvo un buen rato perdido porque no encontraba la casa del pelirrojo. Una vez localizo la casa se paro en el porche cerca de media hora para después arrepentirse y darse la vuelta. Luego lo reconsideró, regreso frente a la puerta de madera blanca y la toco dos veces. Mientras esperaba a que el pelirrojo le abriera empezó a ponerse nervioso.

¿Qué diría?

-¿Gakushuu?- Preguntó sorprendido el mayor de verlo allí, sin duda no se lo esperaba.

-Bueno yo... Vine a hablar contigo, d-de verdad lamento lo de la última vez, yo solo estaba enfadado porque...- porque estaba celoso. Pensó pero se abstuvo de decirlo, el pelirrojo seguía esperando que siguiera, Gakushuu estuvo unos segundos intentando encontrar las palabras correctas para salir de aquel embrollo en el que se metió. -Porque... No importa, lo que quiero decir es que lo lamento.- Karma se quedo con la duda, ya después preguntaría.

-Era mentira.- Contesto por impulso.

-¿Qué?

-Era mentira, es mentira, yo no me bese con Nagisa.- Ante aquellas palabras, Asano estuvo a nada de sonreír y abalanzarse sobre el pelirrojo para besarlo... En lugar de eso solo respiro lenta y profundamente, le dio una sonrisa ladina.

-Bueno, no era necesario pero, esta bien.- La sonrisa que antes era pequeña se agrando, un leve rubor en sus mejillas apareció. Karma por otro lado sonreía sin apuro.

Después de eso, el mayor invito al otro a entrar. Toda la tarde estuvieron jugando al Mortal Kombat, Mario Bros, Just Dance y demás juegos que tenia el pelirrojo. Asano nunca había sonreído tanto.

Para cuando se dieron cuenta ya era demasiado noche y decidieron, sin hablar, que el pelinaranja se quedase a dormir en la casa de Karma.

-Ya duerme te, conejito.- Expreso con burla de un lado de la cama, viendo directamente al rostro del otro.

-Cierra la boca, gatito.- Se burló de vuelta, el pelirrojo se maldecía por haberle dejado ver su celular, descubrir que su madre le llamaba "gatito" fue una ventaja del menor.

Los siguientes días se basaron en estar todas las tardes juntos y durante la escuela se veían en un lugar apartado de la colina.

Era agradable.

Ninguno menciono nada de sus sentimientos, ambos de manera individual creían que aún no era el momento y así estaban bien.

Volvamos al presente.

-Me encantan tus padres.- Karma se tiro en la cama del pelinaranja, miro al conejo en el suelo de la habitación y decidió cargarlo. En vez de levantarse como una persona normal, colgó su cuerpo hasta su pecho y con sus manos elevo al pequeño conejo. -Hola Mr. Coffe.- Junto su nariz con la del pequeño animal, ganándose unas caricias de este.

-Pensé que los conejos y los gatos no se llevaban.- Comentó con gracia el de orbes amatistas, admirando la tierna escena del mayor con su pequeño conejito.

-Pues soy tu amigo.- Respondió sacándole la lengua, haciendo referencia a sus apodos.

-Muy gracioso, gatito, anda, ve a tomar tu leche.- Dijo sin pensar parándose a un lado de la cama, específicamente a la izquierda del pelirrojo.

-Entonces dame de tu leche.- Respondió con un tono inocente pero su expresión decía otra cosa.

-¡Así los queríamos agarrar puercos!- Exclamaron al unisono los padres del pelinaranja abriendo la puerta de portazo.

-¡Mamá! ¡Papá!- Decía con vergüenza el más joven con la cara roja.

Los otros tres solo reían a carcajadas.

15 Razones por las cuales NO ser amigo de Akabane Karma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora