La mañana era fresca.
A EunWoo le encantaba abrir la cafeteria desde las 6 a.m, le encantaba el olor fresco que traía una mañana.
Siempre desayunaba en la cafetería antes de abrirla, el dueño le permitía comer los ricos croissant rellenos de crema de avellana con su café latte de vainilla por abrir la tienda tan temprano. Era como una paga extra.
Pero al principio no le gustaba.
EunWoo se había guardado un secreto por mucho tiempo y no pensaba guardarlo más.
Había descubierto su homosexualidad cuándo entró un chico nuevo a su salón y este le había parecido lindo. Él pensaba que era normal puesto que el muchacho era guapísimo, ojos obscuros, cabello castaño y una sonrisa hermosa.
Todo se fue complicando cuando el muchacho se hizo su amigo y lo invitó a su casa a jugar videojuegos, nada raro para un par de mocosos de 16 años.
Sanha, el nombre de su amigo, sacó una botella de soju cuando sus padres los dejaron solos y todo empeoró. De un momento a otro ambos estaban ebrios y Sanha le robó su primer beso.
A ambos les gustó y terminaron por tener una relación que no duró más de una semanas, era tan raro puesto que se llevaban muy bien como amigos y decidieron que mejor se quedarían con ese título antes de arruinarlo con una relación amorosa.
Sanha se había hecho su conciencia. Lo conocía tan bien que solo con ver las expresiones del pelinegro sabía lo que pasa por su cabeza.
Ambos se descubrieron viendo a los mayores de tercer año y no exactamente a las chicas. Al menos por parte de EunWoo. Pronto se vió pensando en un chico rodeándolo con sus brazos y repartiendo dulces besos en sus abultadas mejillas.
Se sentía incómodo cada vez que sus padres le preguntaban por alguna novia o lo obligaban a salir con la hija de algún socio o amigo cercano. Sus citas parecían más una salida casual con una amiga.
Ahí fue cuando recurrió a su primo Myung Joon, o como normalmente le decían MJ.
Mj era mayor que EunWoo por 2 años, estudiaba para ser estilista profesional por las mañanas mientras que en las tardes trabajaba en una cálida cafetería. Su amado primo vivía solo desde que empezó la universidad, el era de Gyeonggi y había venido hasta Seul por el instituto de belleza, claramente lo visitaba en navidades o año nuevo incluso algunas veces EunWoo fue a Gyeonggi. Confiaba mucho en su primo, podría decirse que siempre se trataron como hermanos y decidió contarle su oscuro secreto.
Como lo esperaba, el no lo juzgó y lo aceptó tal y como era pero sabía que sus padres lo odiarían por amar a alguien de su mismo sexo. El pequeño lloraba con su primo cada vez que lo obligaban a salir con una mujer, él amaba mucho a sus padres y no quería que lo juzgaran. Mj, al ver tal sufrimiento en su primito, le recomendó guardarselo por un tiempo mientras terminaba el bachillerato, tendría 18 años y si pasaba algo podía irse a vivir con el.
Tal y como le aconsejó, terminó la preparatoria con excelentes calificaciones y confesó su atracción por los chicos a sus padres.
No lo tomaron como él esperaba, sabía que sus padres eran homofóbicos y que lo más probable era que lo corrieran de su casa. Pero el de verdad tenía fé que sus padres lo amaran de todas formas por ser hijo único.
Que equivocado estaba.
Empacó todas sus pertenencias llorando y salió rumbo a el departamento de Mj. El lo recibió con todo gusto y lo consoló durante toda la noche.
Después de tres días, EunWoo se sentía culpable por no aportar nada a la casa de Mj, solo lloraba y lloraba mientras comía helado de galleta. El le había dicho que bastaba con hacer la limpieza de su departamento ya que no tenía tiempo entre la universidad y el trabajo pero él no se sentía cómodo.
Buscó trabajo por otros 3 días y nada. Todos le decían lo mismo: “Lo siento chico, buscamos a gente con experiencia”
Expresó su descontento y frustración con Mj y este le dijo que su jefe buscaba gente para abrir el café por la mañana ya que por el momento solo estaba abierto después del medio día,fue a la entrevista que tuvo un resultado exitoso.
El pelinegro estaba contento hasta que vió la hora de trabajo 6 am.
-¿Te parece si te incluyo un desayuno con tal de que abras a esa hora?.
-De acuerdo.
¡Iba a ganar dinero y a recibir una comida gratis! Definitivamente salió mejor de lo que esperaba.
°°°°°
-¿Por qué hay que abrir tan temprano?.- EunWoo se acostó en el sillón de la sala mientras suspiraba pesadamente, estaba en su horario de comida mientras Mj se arreglaba para entrar a su jornada.
Llevaba una semana trabajando en la cafetería “D’ store” pero odiaba trabajar en domingo aunque eso le dejara los sábados libres. Así los viernes podía desvelarse como cualquier muchacho normal… Viendo películas en Netflix y comiendo palomitas con Nutella.
EunWoo era una una cosita inocente y tierna que no conocía de la lujuria ni pasión. Solo había dado un beso en toda su vida y no lo contaba porque había sido con su mejor amigo.
-Tranquilo, ¡Mañana es Lunes! Y vendrá lo bueno.- le sonrío pícaramente a su primo.
-¿Y qué es eso?.- la miró confundido.
-Los soldados, tonto.
-No he visto ni un solo soldado desde que entré hace una semana, Mj.
-El batallón está cerca pero han estado en un entrenamiento intensivo después de regresar de la frontera y no les han dado tiempo de venir a la cafetería pero siempre vienen.- guiñó un ojo.
-¿Y tú cómo sabes eso?.- Le sonrío de nuevo.
-Llevo años trabajando ahí EunWoo, créeme que los soldados están…- hizo un ademán con la mano. -Solo diré que los entrenamientos valen la pena.- EunWoo se rió junto a el, su primo estaba loco por conseguirle una pareja a su inocente primo.
Entre el y Sanha se turnaban para ultrajar la inocencia del pequeño con sus obscenos comentarios o relatos sexuales. Las primeras noches habían hecho pijamadas para tratar de apaciguar la tristeza de EunWoo, sirvió de desahogo para el muchacho y se divirtieron mucho cantando y viendo películas.
Al día siguiente valió la pena despertarse temprano.
Eran las 6:10 am, ya había limpiado y lustrado cada mesa del lugar, el mostrador estaba limpio y ordenado. Había tomado su café para aguantar la jordana de 8 horas, estaba listo.
Pero ni siquiera su café latte de vainilla lo preparó para recibir a ese militar.
Eran las 6:30 cuándo el sonido de la campanita lo alertó.
El aire le falló al muchacho y el mundo se le detuvo por unos segundos.
El hombre venía con unos pantalones de camuflaje, unas botas pesadas negras y una playera del mismo color que se ajustaba perfectamente a sus músculos. También del cuello le colgaba un collar con la placa que habitualmente le dan a los soldados.
-B-buenos días, bienvenido a “D’ Store” ¿Qué le puedo dar?.- su tono nervioso lo delató frente al guapísimo hombre que de cerca se veía aún mejor. Portaba una perfil algo serio con rasgos muy bien definidos y tenía el cabello oscuro largo como para ser soldado.
-Quiero un café negro cargado, sin azúcar ni leche.- su tono de voz era agudo pero de todas formas parecía frío y serio.
-¿Desea algo más? ¿Algún postre para acompañar?.- El seguía nervioso ante tal presencia.
-No.
-¿Lo quiere para llevar o para tomar aquí?.- Por favor que se lo lleve, por favor que se lo lleve. Rogaba internamente ante la presencia del militar, este lo hacía ponerse nervioso.
-Para tomarlo aquí.- volvió a hablar con su tono frío. ¡Jodida, suerte! Eunwoo se regañó mentalmente por la mala palabra que había aprendido de sus cercanos.
-De acuerdo, sería un dólar con 70 centavos, por favor.- le sonrío amablemente aunque por dentro estuviera muriendo de nervios.
El guapo militar deslizó el dinero por el mostrador y EunWoo lo tomó, era el precio justo por lo cual solo le dio su ticket.
-Puede tomar asiento donde guste, en un momento le llevaré su café.- Trató de hablar lo más calmado posible.
El militar dio la vuelta y se sentó en una mesa cercana a la ventana.
Se dispuso a respirar y tratar de preparar el café tal y como se lo habían pedido. No quería imaginarse como reaccionaria el soldado ante un café errado, tal vez me derrame el café sobre mi cabeza, de inmediato EunWoo se rió por eso, ve demasiadas películas, obviamente el tipo no haría eso… ¿O sí?.
El agua caliente descendió por la taza y después tomó el frasco de café para prepararlo.
Colocó la taza en la bandeja donde siempre llevaba los pedidos.
Lentamente se fue acercando hasta llegar al militar que le lanzó una mirada seria cuando depositó el café sobre la mesa.
-¿Le ofrezco una cuchara?.- mostró la pequeña cuchara que tenía en la bandeja.
-No, así está bien.
-De acuerdo, si necesita algo más solo haga una seña.- le sonrío por última vez y se retiró hacia el mostrador.
Entraron dos viejitas que iban cada mañana desde que EunWoo entró a trabajar hacía una semana. Eran encantadoras y parlanchinas, alegraban las mañanas del pelinegro y siempre le dejaban dos dólares de propina cada una.
-¡Buenos días EunWoo!.- saludó una de ellas mientras se acercaban al mostrador.
-Buen día Dahyun, Nayeon.- les dio una amable sonrisa. -¿Les doy lo de siempre?.
-Ya sabes lo que nos gusta EunWoni.- habló Nayeon.
El pelinegro asintió y les dio una amable sonrisa al pedirles que tomaran asiento, las viejitas siempre le pagaban al final.
EunWoo se dedicó a preparar los cafés descafeinados con más leche que café, les dibujó una forma con la crema, que hacía que el pedido se viera más elaborado, los colocó con la bandeja y tomó un plato donde puso algunos pretzels que te tanto les gustaban a las viejitas.
Se acercó a su mesa.
-Aquí tienen, cafés con más leche que café y su ración de pretzels mañaneros.- Les sirvió a cada una y estás le dedicaron una gran sonrisa.
-Gracias cariño.- EunWoo se retiró nuevamente al mostrador.
La mañana era tranquila y callada por momentos, eso es lo que le gustaba, disfrutar su día con el rico olor a café y a los diferentes postres que había en el mostrador y en la parte trasera del café, ahí se encontraban los panaderos haciendo lo que faltara en el exhibidor.
De pronto oyó algo que le interesó de la conversación de las viejitas.
-Disculpe nuestro atrevimiento joven pero hemos notado su uniforme y supimos que varios soldados fueron enviados a la frontera ¿Ya han vuelto de sus misiones?.- Dahyun habló con el militar.
-Sí señora, hemos vuelto hace una semana.- le contestó de manera un poco cálida pero seria y sin una pizca de sonrisa.
-¡Qué alegría! Mi hijo fue al mismo lugar a una especie de revisión pero de todas formas me tenía preocupada.- pareció suspirar con alivio.
-No se preocupe por eso señora, las revisiones solo son para controlar el lugar.
-Lo mismo me dijo mi hijo pero usted comprenderá que una madre siempre va a preocuparse por su bebé.- Por unos segundos EunWoo creyó ver un poco de diversión en los ojos del militar más no reflejado en su rostro.
-Lo entiendo.- fue todo lo que contestó, Dahyun no insistió, de pronto se levantó con su taza y se acercó al mostrador. Eunwoo se removió nervioso mientras hacía la pinta de limpiar donde calaramente estaba limpio -He terminado, gracias.- dejó la taza sucia e hizo el ademán de irse.
-¡Espere!.- se volteó. -N-no tenía porqué traerla, la hubiera dejado ahí.- su tono de voz descendió con cada palabra que decía, sentía la cara arder al detenerlo tan abruptamente por una cosa tan tonta.
-Me han enseñado diferentes modales… EunWoo.- Mi nombre sonó tan bien en sus labios pensó el tierno muchacho y la campanita volvió a sonar, anunciando que el militar se había ido.
Jesucristo redentor, que intenso.
Y la mañana siguiente el militar regresó vestido con sus pantalones de camuflaje, botas y playera negras, pidiendo su café negro cargado.
Y la siguiente.
Y la siguiente.
Todo el resto de la semana EunWoo lo atendió con un sonrojo en sus abultadas mejillas y nervios comiéndole el alma hasta que llegó su día de descanso, donde Mj lo cubría para poder tener la tarde del sábado libre y salir con sus amigas o quedarse tarde realizando sus prácticas para la universidad.
Al medio día Mj regresó para su hora de comida.
-¡CHA EUNWOO!.- Comenzó a tocar su puerta repetidamente mientras le gritaba, sacándolo de su profundo sueño. Se había dormido cuando Mj se iba para el trabajo a eso de las 5:30 am… ¡Nadie puede culparlo! La serie estaba buenísima.
-¿Qué?.- murmuró en tono ronco de una manera que se oyera hasta afuera.
-¿Estás en pelotas?.- escuchó a través de la puerta.
-¡¿Qué dices?! ¡Claro que no!.- se sentó en la cama, EunWoo dormía con camisas muy largas que llegaban debajo de sus muslos , se le hacía más cómodo que los pantalones de dormir.
Al instante Mj entró con el uniforme de la cafetería.
Mj estaba entusiasmado, entró corriendo a su habitación y brincó a la cama.
-¡¿Por qué no me lo habías dicho?! ¡Creí que era tu mejor amigo! ¿Ya se lo contaste a Sanha? ¡Tienes tanta suerte! Te odio tanto.- su primo hablaba muy rápido mientras sacudía todo su cuerpo.
-Mj ¡Cálmate! Habla más despacio, no entendí nada de lo que dijiste.
-Tú, pequeño afortunado, ¡Tienes un soldado comiendo de la palma de tu mano!.
-¿Yo?.
-¡Si!.- chilló con emoción.
-Explícate.
-Una máquina se descompuso y Noha tuvo que reemplazarla por lo que abrí a las 7 y ya tenía clientes en espera.- empezó a relatar. -Algunos eran tus clientes habituales, dos viejitas, encantadoras por cierto, me preguntaron por ti y si no habías renunciado. Les expliqué amablemente que era tu día de descanso pero regresarías mañana, me dieron dos dólares de propina cada una.
-Mj, al punto.- EunWoo estaba desesperado, tenía sueño y el estómago le revoloteaba de los nervios.
-Bien, bien, un soldado guapo y fornido preguntó por ti, le expliqué lo mismo que al par de viejitas pero este no pareció conforme.- la emoción aumentó en Mj. -¡Me pidió tu número!.- chilló.
EunWoo estaba rojo y su corazón palpitaba muy rápido, no sabía el porqué, no había intercambiado más que palabras cordiales con ese soldado ¡Ni siquiera sabía su nombre! Pero su presencia lo hacía sentir diferente.
-¿Se lo diste?.- apenas y sacó voz.
-Estuve a punto pero entonces se me ocurrió algo maravilloso, y le dije ¿Por qué no se lo pides tú mismo? Entonces me dio una última mirada coqueta y se retiró ¡Ni siquiera pidió un café! Estoy seguro de que iba decidido a invitarte a salir.- Mj seguía chillando de emoción mientras EunWoo se sentía a desmayar.
No podía ser posible que uno de los hombres más calientes que había visto había tenido intenciones de invitarlo a salir. ¡Jamás en su vida se iba a aparecer otra oportunidad como esa!
-¡Por cierto! Tú uniforme ha llegado, Noha me la dio en la mañana.- sacó la polo de tu bolso. Definitivamente era una conspiración del universo. -Cambiaron el uniforme, creyeron que el negro era muy común y el Blanco va en ascenso de popularidad.- le restó importancia. -Iré a comer, muero de hambre.
Dejó la polo en la cama al lado de EunWoo y salió de la habitación.
Definitivamente el rostro de EunWoo no dejó de quemar en toda la tarde y mucho menos cuando llegó Sanha.
-¡Eres un maldito con suerte!.- el castaño llegó gritando mientras EunWoo se preparaba algo en la cocina, desde que se quedó varias veces a dormir, Mj le había dado una copia de sus llaves.-¡Un puto soldado, un soldado!.
Y toda la tarde se la pasaron hablando de lo afortunado que iba a ser el militar con EunWoo.
A la mañana siguiente estar nervioso era poca cosa, ¡Se estaba cagando encima! Tenía miedo, ansias y emoción al mismo tiempo, sus mejillas aún portaban un pequeño rubor de toda la conversación que había tenido con Mj, para después de las 2, Mj también se había unido para contar una corta experiencia que tuvo al salir con otro militar.
EunWoo llevaba su polo nueva del uniforme y unos jeans negros con las rodillas desgastadas y rotas. Ya había lustrado dos veces cada mesa al igual que el mostrador, se sentía nervioso y no podía estar quieto.
A las 7:00 am se empezó a preocupar por el soldado ¿Lo habrían mandado de nuevo a la frontera ? ¿Estará lastimado?
Los clientes iban y venían, EunWoo seguía siendo amable y atento con las personas que compraban en la cafetería. Varios militares aparecieron pero ninguno era el militar que él esperaba.
A las 9:00 am el sonido de la campanita lo desconcentró de la limpieza de una mesa.
-¡Buenos días! En un segundo le atiendo.- el pobre muchacho llevaba algunas tazas y platos en su bandeja, y de todas formas se las arregló para limpiar con una mano la mesa por lo que ni siquiera había volteado a ver a la persona.
Sintió un peso menos cuando esa misma persona que había entrado le ayudó con la bandeja que traía apoyada en su cadera derecha.
-Muchas gracias… N-no tenía que molestarse…- su tartamudeo y los nervios en la boca de su estómago regresaron al voltearse y ver de quién se trataba
-Ya te había dicho que me criaron con modales, EunWoo.- Su voz aguda pero fuerte le puso la piel de gallina. El susodicho llevó la bandeja hasta el mostrador y EunWoo se pasó por la pequeña puerta.
-¿Café negro cargado?.- de pronto todos los nervios se habían esfumado de su sistema y habían sido reemplazados por seguridad. Tal vez piense en invitarme ahora.
El soldado simplemente asintió.
-Quisiera que fuera para llevar.- Ese comentario sacudió toda su seguridad que había extrañamente adquirido. Tenía que pedirle su nombre para el pedido.
-C-claro, su nombre por favor.- comenzó a escribir en la caja registradora mientras aceptaba el dinero.
-Moon, ¿Con eso es suficiente?.- Al menos ya se tu apellido. Eunwoo le sonrío y asintió.
-Sí señor Moon, tome asiento, pronto le llevaré su pedido.
-Prefiero esperar aquí.
-Donde usted esté cómodo.- le sonrío nerviosamente, justamente tenía que quedarse en un lugar donde podía verle mientras preparaba su café ¡Bendita suerte! Ahora me verá preparar su café ¿Acaso cree que lo envenenaré?
Antes de poner manos a la obra, entró otro militar, robusto y alto. Guapo, sí pero no como el que tenía en frente. Ya lo había visto veces anteriores en el café y lo había atendido junto con otros militares, siempre trataba de entablar una conversación con el pelinegro pero algún cliente se atravesaba por lo que se disculpa para retirarse y trabajar.
-Buenos días, bienvenido a “Desserts & Coffee” ¿Qué puedo ofrecerle?.- EunWoo esbozó una sonrisa amable como siempre.
-Tu número, precioso.- ¡Vaya! Un soldado coqueto. El pobre pelinegro se sonrojó, no sabía que contestar ante un coqueteo, había recibido varios a través de sus años en el Bachillerato pero Sanha siempre estaba a su lado por lo que él les contestaba un amable “Pierdete pedazo de popo, esta inocente criatura no necesita tus comentarios sexuales”. Por supuesto que no le iba a contestar así a un cliente.
-Mingyu, deja al muchacho en paz.- Moon habló con un tono de voz serio y demandante.
-Lo siento general, no sabía que no podía coquetear fuera del batallón.- un tono sarcástico salió de su boca y EunWoo quiso hacerse pequeño, no sabía cómo reaccionar ante el intercambio de palabras entre los dos machos.
El “general” sonrió ladinamente.
-Puede coquetear siempre y cuando sea mutuo, el pobre muchacho parece que está a punto de desmayarse y yo necesito mi café.- Sólo necesita su café. Sin querer esas palabras le dolieron un poco.
-Ayer tu compañera me dijo que estabas en tu descanso por lo que pedí tu número y ella me dijo que lo pidiera por mi cuenta y dije ¿Qué mierda? Es cierto, así que aquí estamos.- volvió a sonreír coquetamente ignorando olímpicamente a su general.
-Em… No quiero parecer grosero pero…- Su cerebro no enviaba información a su boca por lo que un incómodo silencio apareció en la escena.
-¡Vamos! No me digas que eres hetero.- EunWoo se sonrojó por completo y ahora sí quería cavar un agujero en el piso y meterse ahí. Definitivamente no sabía que contestar ante eso.
-¡Es suficiente Mingyu!.- el tono autoritario de Moon resonó por las paredes de la tienda, haciendo que las pocas personas que había en el café dejaran de platicar para apreciar la escena que se estaba montando. -¡Ten un poco de respeto por el muchacho! Y valórate un poco más, todos necesitamos un buen polvo después de tantos meses en la frontera pero, joder, pareces desesperado.- ¡Su príncipe de brillante armadura! Había callado y humillado al soldado acosador.
-Lo siento General Moon .- agachó la cabeza el tal Mingyu.
-Soy tu general, dentro y fuera del batallón, merezco respeto y yo no necesito las disculpas.- se giró ante EunWoo, Mingyu suspiró pesadamente, resignado.
-Lo siento EunWoo.- y rápidamente salió de ahí después de hacerle el saludo habitual en los soldados con la mano a su general.
Un silencio incómodo reinó entre la cafetería, tan solo unos segundos.
-M-muchas gracias por eso, no tenía que…- EunWoo tenía su cara echa un tomate antes de poder terminar la oración.
-¿No tenía que molestarme? Ya te lo he dicho, crecí con modales.- le dio una mirada seria pero cálida.
EunWoo preparó el café en el vaso de cartón, poniéndole el cartoncillo que evitaba que el calor del líquido traspasara a las manos, tenía impreso el logotipo de la tienda y el apellido “Moon” resaltaba en perfecta letra cursiva echa por el mismo mesero.
Antes de poner el café delante del General, abrió una bolsa de papel y metió un croissant de crema de avellana y escribió una vez más “Gracias” junto a una carita feliz y un corazón.
El mayor miró la bolsa confundido.
-Es por parte de la casa.- sonrió EunWoo, mostrando un lindo sonrojo en sus mejillas. -Gracias por defenderme, aunque fuera solo por tu café.- EunWoo lo miró y Moon frunció el ceño.
-No te preocupes.- Tomó solamente el café.
-¡Por favor! Tómelo, es como un agradecimiento.- Prácticamente rogó.
Moon tomó la bolsa con lentitud, miró una vez más a EunWoocon su sonrojo evidente y salió sin decir más.
EunWoo suspiró.
Tendría que contarle eso a Mj y Sanha.💜✡️💜✡️🙈✡️💜✡️💜
Hola...
espero les guste esta historia, tiene pocos capítulos, disfrútenla...Saludos Chris 🙈
![](https://img.wattpad.com/cover/191180100-288-k805141.jpg)
ESTÁS LEYENDO
ALWAYS YOU [BinWoo +18] Terminada
Roman d'amourEl amor. una palabra con difícil descripción. Cuando es verdadero no hay tiempo, distancia, edad o circunstancias que acaben con el. **********💜 ✡️ *********** Si eres Aroha o de otro fandom te doy la bienvenida. Espero disfruten de esta histori...