Capítulo III: Parte 2/3

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Capítulo resubido

Nai mandó dos fotos
Jeff salió del grupo
Zacnite salió del grupo

Cuando Nai se fue, la incertidumbre comenzó a hacerse presente. Nadie ahí, estaba dispuesto a traicionarse entre sí, no obstante, sabían que tarde o temprano debían hacer algo.

¿Traicionar sus creencias? ¿O dejarse morir?

Resultaba difícil, pero aún así, iban a hacer todo lo que estuviera a su alcance para seguir manteniéndose con vida. Darle el lujo a Nai, significaba entregarse a la muerte misma.

Nicolás y Stanley miraban a sus amigas con distintas emociones, por más que quisieran, necesitaban pensar con suma claridad. Ellos estaban al tanto de lo que debían hacer, y sentían que este juego solo era una burla. En lo más profundo de sus corazones, ambos chicos querían salvar a sus amigos, por eso, no se desesperaron como las chicas.

—¡No quiero morir! —exclamó Jen, con lágrimas en los ojos, intentando desesperadamente meter la primera llave.

—No desesperen —espeta Nicolás—. Si lo hacen, va a ser más difícil sacarnos esto.

—¿¡Cómo quieres que no lo hagamos!? —gritó Mili—. ¡Tengo un maldito taladro apuntando a mi frente!

Nicolás calló ante eso. Era cierto, y las entendía, pero si seguían así, no durarían por mucho tiempo.
No obstante, tampoco sabía que más decir para ayudarlas, sabiendo que él también, necesitaba sobrevivir.

¿Qué debía hacer? ¿Preocuparse? ¿Fingir? ¿Salvarse?

Suponiendo que esto era un juego, y Nai la reina, salvarse era la única opción. Ya no podían seguir pensando en los demás, y ellos sufrir en el intento.

—¿Tenemos que hacerlo? ¿Tenemos que dejar que ella nos haga esto? —interrumpió Mel, sacando a todos de sus pensamientos—. ¿Por qué lo hace?

—Por diversión —responde Nicolás—, ella hace todo esto por mera diversión. Le divierte ver cómo el miedo nos invade, le divierte ver que no tenemos opción alguna, pero sobre todo, le divierte saber que nosotros no podemos hacer nada contra ella. Porque sabe que de una u otra forma, hagamos lo que hagamos, ella nos matara sin importa qué.

—No es justo, nada de esto es justo —susurra Jen.

Eso deberían saberlo, porque ustedes tampoco fueron justos con ella.










En otra parte

Iván y Tiziano sabían lo que debían hacer en ese momento. Esos maniquíes serían la salvación que necesitaban, y para eso, debían sacrificar a la única mujer que estaba con ellos. Era la mejor opción, ambos sabían que ella solo sería un maldito estorbo en este momento, aunque también en todo el transcurso del juego.

La debil de grupo, eso siempre había sido Monserrat. Por eso, cuando se trataba de juntarse, nadie la solía tomar en serio.
Nai había observado eso siempre, y la misma rabia la seguía recorriendo; no obstante, por más que había querido ayudarla en su pasado, cuando estaba viva, Monserrat siempre la rechazó. Ahora, que seguía viendo todo eso, le daba completamente igual lo que hicieran con ella.

Después de todo, mataría tres pájaros de un solo tiro, solo tenía que esperar.

—¿Chicos? —llamó Monserrat a sus amigos quienes estaban susurrando entre sí.

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⏰ Última actualización: Mar 07 ⏰

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