cielos grises, gotas que caen

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Mientras camino, el cielo solo es un reflejo de cómo me siento, con su color gris, apagado, con grandes estruendos a lo lejos dejando ver rayos que caen, observo el suelo y veo caer las primeras gotas pero estoy seguro, que no son de la lluvia, tan solo lagrimas que corren desde mis pómulos hasta mi barbilla cayendo al suelo, cruzo una calle y veo un pequeño oxxo en la esquina, paso mis manos por mi rostro, llevando consigo mis lágrimas.

Me acerco a las puertas de cristal, acerco mi mano y antes de abrirla me detengo y pienso un instante, pero entro, casi no hay personas tan solo las dos cajeras que se percatan que entro e intercambian miradas, debieron pensar que asaltaría el lugar por mi aspecto, al entrar me dirijo al área de refrigeradores donde al alzar la mirada me encuentro con un gran espejo en forma de circulo que dejaba ver todo el lugar, me observo, una chico con ojos hinchados por llorar, así como grandes ojeras por no dormir, con ropa completamente negra, al igual que mi cabello que taparía mis orejas, pero eso solo lo que físicamente vi, pero realmente vi a un chico que se rindió, que se cansó, que tiene miedo de dormir, y encontrarla en sus sueños, de subir a un colectivo y encontrarla ahí, de que el día de mañana la vea a lo lejos con alguien más.

Bajo la mirada y observo la fila de refrigeradores, buscando algo en específico, y a lo lejos veo esas peculiares lastas azules, me acerco y saco un paquete de seis cervezas de la marca ultra, para seguido de esto, acercarme a la caja y pagar, al llegar la cajera me recibe.

-buenas noches, ¿solo llevara eso?_-pregunta mientras me observa, una chica de un cabello de color rubio o eso parecía ser ya que sus raíces del cabello se veían negras y vestida con su ya característico uniforme del el establecimiento, que era rojo con las orillas de las magas amarillas.

-no, dame una cajetilla de cigarro- le contesto, y seguido ella me contesta.

- ¿de qué marca?

-malvado rojo sin capsula de mentol por favor- ella tan solo se da la vuela y toma la cajetilla de un estante para después regresar y pasarlo por un escáner.

-serian 150 pesos- me dice con seguridad mientras me evita con la mira, tomo mi cartera de mi bolsillo izquierdo y saco un billete de 200, se lo doy, tomo mis cosas y me retiro diciéndole que se podía quedar con el cambio, realmente pienso que el dinero es innecesario y una droga egoísta así como algo que te puede hacer perder la cabeza, por eso en realidad no lo creo necesario aunque siempre lo ha sido.

Al salir me encuentro con un dilema de a dónde ir, a donde puedo regresar, si a mi hogar o regresar por donde vine, y tomo la decisión de regresar, caminando recto hasta llegar a una secundaria donde algún día estudie, después doy vuelta hacia la izquierda, para llegar a un parque donde había un pequeña iglesia, la cual era muy conocida para mí ya que alguna vez fui católico y estuve ahí rezando, lose era algo estúpido pero era un niño con sueños e ilusiones , las cuales muchos de esos sueños nunca se cumplieron y las ilusiones se quedaron en eso algo irreal que nunca paso, me adentro en el parque observándolo y buscando una banca para poder sentarme y recordé que había una en una de las esquinas, al llegar ahí esta estaba cubierta por arboles lo que hacía que estuviera totalmente oscuro, así que decidí sentarme, dejó el six de cervezas a mi lado, para después sacar la cajetilla de cigarros, golpearla con la palma de mi mano, la abriría quitándole una pequeña tira que tenía en una de las esquinas, desprendiéndola, para sacar abrir la tapa de la caja y llevándome la caja completa a el rostro, tomaría con la boca un cigarro dejando la cajetilla a un lado de las cervezas. Tomaría mi mochila para sacar de ella un pequeño encendedor de color morado el cual usaría para encender el cigarro, así tomando una bocanada, sacaría el humo y con voz quebradiza diría

-al final de nuevo me quede solo...

-no lo estas- mediría una voz que parecía venir de algún lado- sin tomarle importancia le conteste

-sí, y esta vez creo que quiero estar solo un tiempo, y pensar las cosas antes de volver a demuestra amor alguno.

-hace mucho no se de ti, cuéntame que paso ¿Por qué otra vez estas aquí pudriéndote tu solo?

-es una larga historia – diría suspirando y tomando otra bocanada del cigarro

-pues cuéntamela aquí estoy yo de nuevo acompañándote, adelante te escucho- tan solo comenzaría recordar todo,

-por donde quieres que empiece-

- por el inicio dime que paso y como llegamos hasta aquí.

el mujeriego que una vez se enamoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora