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Segundo paso: No investigues sobre él.

—Oh, ¿así que estudia con nosotros?

—No estoy segura, Splendid. No le he visto en ninguna de mis clases. Pero Giggles dice que lo vio en la cafetería. ¿Por qué tanto interés?

El peliazul ignoró la pregunta de su amiga y se enfocó en otra persona que pasaba por ahí, no sin antes agradecerle. Llevaba haciendo lo mismo desde temprano, le preguntaba a todo aquel que se cruzara por su camino si sabía algo de aquel joven que lo dejó flechado; pero las respuestas que obtenía eran casi nulas. Al parecer era nuevo por ahí.

Siguió con su entrevista por un buen tiempo, pero Splendid empezaba a aburrirse y cansarse. Él no quería descansar todavía; habían cosas que seguía sin saber del chico. Para su suerte, aparecieron dos muchachos a pocos metros de su posición. Ellos estaban sumergidos en una conversación de quién sabrá qué, parecían realmente estar disfrutando su plática; pero eso poco le importó a Splendid e igualmente se acercó.

—Hola. Lamento si estoy interrumpiendo algo, pero quería preguntarles si saben algo sobre el nuevo lindo chico —habló, clavándose frente a ellos. No los dejaría ir a menos que le dieran, siquiera un poco, de información. Vamos, a Splendid le bastaba con su nombre.

Al principio los muchachos parecieron un poco confundidos, pero luego de que Splendid les comentara de las características del chico, ellos parecieron comprender.

— ¿Te refieres al chico de cabello verde?

— ¿Te refieres a mí? —sonó una voz tenebrosa a sus espaldas, espantando así a los pobres muchachos anteriores. A Splendid le pareció escalofriante en un inicio, pero luego de reconocerla, le hizo feliz volver a encontrarse con su atacante.

—Es lindo volver a verte —saludó, girando sobre sus talones para poder verlo mejor—. Luces más reluciente, ¿qué te hiciste?

Y al parecer Splendid no había aprendido nada de la anterior situación.

—No investigues sobre mí —ignoró el comportamiento del contrario. Ese día, el desconocido no tenía ganas de partirle la cara.

—Pero...

Y antes de que el alto dé sus razones de por qué lo hace, el desconocido lo calla con amenazas.

Splendid se tomó su tiempo para responder, pues desde hace rato se había quedado un poquito atontado por tener el rostro del otro más cerca. Y no lo malentiendan, no, ellos no estaban a la distancia de un beso; pero sí estaban lo suficiente cerca como para verse algunas imperfecciones de la cara. Y, ¡oh! Vaya sorpresa se llevó Splendid cuando pudo ver algunos cortes, granos y demás imperfecciones en el rostro ajeno. ¿Cómo se habrá hecho esos cortes?, se preguntó Splendid. Espera, me está hablando.

— ¿Qué? —y sonrió como idiota.

¿Les comenté que el desconocido no tenía ganas de partirle la cara? ¿Sí? Pues olvídenlo. Tal parece que Splendid saca lo peor de él.

Furioso, el peliverde tiró un puñetazo en la mejilla izquierda, logrando tumbar al más alto. Seguido de eso, se sienta sobre él para volver a golpearle el torso y rostro.

Guía de conquista ───〔s + fq〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora