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Tercer paso: No hables sobre él.

Ya habían pasado unas semanas desde que Splendid fue atacado, y su agresor ya había creado una pésima reputación. Aunque no es cómo si le importara. Mientras menos personas se le acercaran, mejor.

Sin embargo, esto no le hacía feliz al peliazul, pues él deseaba verlo desenvolverse con los demás. No le gustaba los malos comentarios sobre él o el como se alejaban de él cada que estaba cerca. El chico no era alguien malo, sólo es un poquitín temperamental.

—Ey, ¿por qué no le hablan? —preguntó, mientras se sentaba junto a sus amigos.

Ambos peliverdes estaban concentrados en devorar sus respectivos trozos de carne cuando Splendid los interrumpió. De inmediato, lo miraron con molestia. El receso duraba casi nada, y de seguro el recién llegado tenía todo un sermón para ellos sobre la amabilidad, generosidad y empatía; que no les daría tiempo para saciar su hambre.

—Quiero decir, mírenlo, ¿no luce muy lindo? —señaló, sin disimular, la mesa detrás suyo, en donde estaba sentado el otro peliverde.

—Es que, ¿a caso olvidaste quién fue el que te dejó la cara así?

—No culpes a ese chico por la cara de idiota que tiene, Lifty —añadió el mayor, con sorna. Éste recibió un empujoncito como respuesta de parte del más alto.

—Chicos, en serio, ¿por qué no le hablan?

—Splendid, ¿crees que es buena idea que nosotros lo tengamos a él como amigo? A penas puedes con nosotros dos. Sumarlo a él te hará las cosas más difíciles. No creo que en verdad quieras eso.

Bien, Shifty tiene un buen punto, admitió Splendid. Pues era cierto que esos dos vándalos le ponían muy difícil mantener el orden en la escuela. Si no estaban robando carne de la cafetería; estaban vandalizando los pasillos, o quizá, intentando adivinar las claves de los casilleros. Con el chico adentro de su grupo, serían lo peor. No le sorprendería encontrar la escuela incendiada. Aunque no dudaba que los gemelos igual ejecutarían ese plan con o sin desconocido de su lado.

Desconocido. Ya ha pasado un buen tiempo, ¿no debería saber, ya, a estas alturas su nombre?

— ¿Saben cómo se-

—Fliqpy —respondieron ambos.

Splendid asintió. Bueno, al menos avanzó un poco más.

Al rato, vio a sus amigas buscando un lugar donde sentarse. Él no lo dudo y alzó la mano, indicándole que habían asientos libres a su lado.

— ¿Cómo es que consiguieron carne? —preguntó la peliazul. Se suponía que ese día no vendían carne en la cafetería.

— ¿Qué te importa? —respondió Shifty—. Splendid, ya que llegaron las odiosas, nos vamos —dicho eso, se retiró hacia cualquiera lado menos ahí, junto a su hermano.

Las féminas hicieron como si nada.

— ¿De qué hablaban? —preguntó, ahora, la pelirosa.

—Del nuevo chico.

— ¿El que te dejó la cara así?

Es que, ¿a caso no pueden relacionarlo con otro asunto?, reclamó en sus interiores.

—Sí, ese. Pero ya es cosa del pasado. Él es muy lindo, chicas. Y no creo que de verdad tenga una personalidad tan agresiva, detrás de esas capas, debe haber una dulce persona. La otra vez yo-

—Splendid —llamó Giggles, pasmada.

Al peliazul le tomó unos segundos descifrar esa mirada.

— ¿Está detrás mío, no? —ambas asintieron sin quitar la vista del sujeto—. Aquí vamos de nuevo.

Y seguido de eso, sintió como su rostro era enterrado en su plato de comida.

—No hables de mí. Tú no me conoces. Así que deja de decir tonterías sobre mí, estúpido —le susurró, aún con su mano haciendo presión en la nuca de Splendid.

Varias miradas chismosas se posaron sobre ellos dos y las chicas corrieron a buscar ayuda, pero eso no detuvo al chico. Al chico al que al fin podría ponerle un nombre. Fliqpy.

Guía de conquista ───〔s + fq〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora