Chara

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En una familia de viajeros, una pareja miraba con alegría y amor a su hijo recién nacido, el pequeño heredó el hermoso cabello albino de su madre y los rojizos ojos de su padre, la familia estaba feliz de ver al nuevo integrante de la familia, Chara. A sus dos años se volvió hermano mayor, su hermano Frisk llegó a la vida, pero lamentablemente nació con problemas en su vista.

Su familia eran viajeros que no se quedaban en un lugar fijo, siempre recolectaban semillas, plantas y de más para poder venderlas en diferentes lugares. El joven ayudaba a su familia en su trabajo y también cuidaba de su hermano menor, este se sentía un inútil y que no servía en su familia al ser ciego, pero al menos se alegraba al saber que ellos lo querían a pesar de no poder verlo. "Quisiera poder ver aunque sea una vez en mi vida todo lo que tú ves Chara" eso le decía Frisk casi siempre, lo que más deseaba era tener su vista saludable.

Un día, un incendio empezó en el mismo bosque donde estaban acampando, solo Chara, Frisk y sus padres habían logrado escapar del campamento, por desgracia los demás fueron alcanzados por el fuego. Estando cerca de un río que los mantendría a salvó, pero el menor de los presentes se soltó del agarre de su hermano mayor y un árbol cayó sobre él impidiendo moverse.

Sus padres fueron en seguida a socorrerlo mientras Chara se quedó en el río por obligación de su padre. Frisk logró salir y con ayuda de su hermano llegó al río, pero sus padres no tuvieron la misma suerte, esta vez un montón de árboles incendiados cayeron sobre ellos quitándoles la vida, el albino con lágrimas en sus ojos veía el charco de sangre que salía lentamente desde el montón de árboles caídos.

—Chara... ¿Por qué no escucho la voz de mamá y papá? ¿Dime que están bien? —las preguntas de su hermano fue como recibir una apuñalada en su corazón, no quería decirle que estaban muertos... pero tampoco quería mentirle.

—... Ellos están bien Frisk... están en un mejor lugar ahora... no están sufriendo ni están tristes... están felices... porque... saben que nosotros... estamos bien —no fue fácil para él responder la pregunta, su llanto le impedía dar una respuesta clara.

Ambos hermanos lloraron por mucho tiempo y no se soltaron del abrazo, el mayor ayudó a caminar al menor, este perdió su bastón en la huida y también tenía problemas para caminar después de lo que pasó.

Los días pasaron muy lento para ambos, para su mala suerte la comida que tenían se había terminado y sus estómagos suplicaban por comer algo, lo peor era que Frisk enfermó gravemente. Chara hacia de todo para ayudar a su hermano, incluso de la poca comida que lograba encontrar por ahí le daba más o todo a él sin importarle el hambre que sentía.

Los días pasaron, en la madrugada el menor despertó, su respiración errática y el sonido de su estómago por el hambre despertó al mayor.

—Hermano... creo que ya puedo ver —la débil voz de Frisk sonaba feliz.

—¿En serio? ¿Qué puedes ver? —preguntó Chara con una sonrisa, por un momento pensó que realmente su hermano logró ver todo lo que lo rodeaba como siempre deseó.

—Veo luz... no sé qué color es después de todo nunca los conocí... ¿Es de día? —en seguida la sonrisa del albino desapareció, ellos estaban en una cueva y afuera aún era de noche... pero no quería arruinar esa ilusión del menor de por fin ver.

—En de día Frisk... un hermoso día despejado... ¿Qué opinas?

—... Creo que es hermoso... nunca creí que los días que veías con tus ojos sanos fueran tan lindos... pero ahora estoy muy cansado... no sé si pueda admirarlo por más tiempo...

—Entonces duerme... estoy seguro que cuando despiertes... verás cosas aún más hermosas que estás.

Lentamente se acercó a su hermano, se acostó a su lado y lo abrazó, Frisk correspondió al abrazo y sonrió.

—Te quiero mucho... —fue lo último que dijo antes de dejar de respirar.

—Yo también... te quiero mucho —Chara abrazó con más fuerza el cuerpo de Frisk mientras lloraba, perdió a la única familia que le quedaba.

Miraba por última vez el lugar donde enterró a su difunto hermano, dejó algunas flores alrededor antes de marcharse a cualquier parte, no tenía un lugar a donde ir ni regresar.

Estuvo unas horas caminando, a unos kilómetros vió la entrada de una aldea que se encontraba abierta. Corrió pensando que cerrarían la puerta, al estar en frente de la entrada un hombre lo detuvo.

—¿Qué hace un niño como tú solo? ¿No deberías estar con tu madre? —preguntó el vigilante sin una pizca de amabilidad.

—Yo no tengo familia —dijo un poco deprimido.

—Entonces deberías estar en un orfanato —el hombre tomó con brusquedad al niño del brazo, pero este se soltó enseguida, no quería ir a un orfanato, corrió lo más rápido que podía. —¡Oye, no escapes mocoso!

Estuvo corriendo un largo rato intentando escapar del hombre, se escondió en unas cajas con alimentos y se asomó para ver dónde se encontraba el vigilante.

—Agh, me rindo con ese niño idiota, si lo que quiere es vivir solo y morir de hambre no es mi problema, perdí valioso tiempo por su culpa —finalmente el vigilante se fue nuevamente a la entrada, agradecía que no era el único vigilando la entrada de la aldea.

Chara salió de su escondite suspirando de alivio, pero no sabía dónde ir o que hacer. Miró por un rato las cajas con comida, el sonido de su estómago lo obligó a tomar algunas cosas y guardarlas en su mochila.

Los siguientes días hacia lo mismo, no tenía otra opción más que robar, pedía ayuda a la gente pero nadie lo ayudaba aunque fuera un niño pobre y huérfano. En uno de sus robos conoció a G y empezaron a ser amigos, aunque fuera algo molesto para el albino.

Al pasar unos años, ambos fueron agregados a la lista de ladrones y criminales más buscados, al esqueleto le parecía gracioso, en cambio el de ojos rubí no le tomaba importancia, todo ese tiempo que pasó con G y al volverse en un ladrón lo cambiaron por completo.

Aunque dentro de su dañado corazón, existía esa tristeza que le transmitía al recordar a toda la familia que perdió de niño, aunque a todos les hacía creer que él jamás amo a su familia y se inventó la historia que escapó de su hogar... el recuerdo de cómo cada uno se fue de su vida le dolía.

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Un capítulo más largo para contar la historia de Chara, no quería dividirla en varios capítulos para contar un flashback.

No sé si contaré más flashback de esta manera, pero bueno, más adelante veré, por el momento no tengo planeado hacer otro.

Sayonara

New life [C!Chara x Reader]『C̶a̶n̶c̶e̶l̶a̶d̶a̶』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora