Parte Única

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Diego Ortega es un omega de 17 años, ojos verdes, baja estatura, pero una gran personalidad. Diego tenía cosas que lo hacía llamar la atención a donde quiera que fuera; por un lado, su olor, este es nada más y nada menos que a vainilla y coco, un olor exquisito, pero como si eso no fuera poco, tenía unas curvas envidiables, que incluso algunas omegas deseaban. Lo malo, es que muchos alfas solo lo buscaban por interés, pues venía de una familia de dinero. Diego se preguntaba por qué él aún no conocía a su principe azul, le decían que habían tantos peces en el mar, pero ningún hombre que se le acercaba con buenas intenciones.

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Por otro lado, estaba Mateo Symanski, un alfa imponente de 18 años, que si ves en la calle, de seguro volteas a ver. Con unos ojos azules semejantes al océano, grandes pestañas, una altura envidiable, cercana al metro noventa, hijo de padres franceses, excelentes notas y un cuerpo extremadamente trabajado (con un abdomen que hacía que cualquiera babeara), pero, con una actitud fría. Mateo nunca ha salido con nadie, pues nunca ha visto a un o una omega que se le haga bonita o bonito a sus ojos. Todos los que lo buscan van con un interés, y él odia a la gente interesada.
A pesar de su armadura de hombre frío, por dentro es un romántico que espera conocer algún día al amor de su vida.
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Estos dos no se conocían, pero un día, en un una clase de literatura, todo estaba por cambiar.

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P. O. V. Diego

Siento el sol entrar por mi ventana, me remuevo en la cama y suelto un suspiro. Es lunes, hoy es mi primer día en la universidad, espero que todo salga bien, estoy emocionado por conocer nuevas personas.

-¡Hijo, levántate!- escucho a mi mamá, Soledad, gritar desde la cocina.-¡Ya voy, mamá!- le respondo mientras me levanto de la cama y me dirijo al baño para tomar una ducha.

Veo la hora en mi celular y aún es temprano, así que decido tomarme mi tiempo en el baño. Una vez que termino de bañarme, buscó qué ponerme, termino eligiendo unos jeans rasgados, una sudadera azul celeste que dice "Feeling Good" en letras blancas, que por cierto, me queda un poco larga de las mangas, y unos tenis vans blancos. Cuando estoy listo, bajo a desayunar.

-Buenos días, mamá-. Digo entrando a la cocina-. Buenos días, mi vida. ¿Cómo amaneciste?-. Pregunta mi mamá en lo que me sirve el desayuno-. Bastante bien, ¿y tú?-. Le digo, mientras empiezo a comer lo que me preparó-. Igual, bien, ¿listo para el primer día en la escuela?-. Me dice-. Estoy un poco nervioso ojalá todo salga bien.

Termino de comer, me despido de mi mamá y salgo de mi casa camino a la escuela, no me queda muy lejos. En el trayecto, veo cómo pasan varias personas, y veo que hay mucho tráfico, pues es el primer día.

Llego a la universidad y siento muchos olores llegar a mi nariz, en esta escuela no hay divisiones alfa, beta u omega. Todos estudiamos en conjunto, no nos separan. Mientras camino hacia la dirección para ir a buscar mi horario, recuerdo que mi amigo Temo, un omega como yo que es mi amigo de la infancia, va a estudiar en esta misma universidad Ciencias Políticas, junto con su novio, Aristóteles un alfa que es influencer, pero bueno, ellos son otro caso.

Entro a la dirección y veo a una mujer joven que está sentada en un escritorio, supongo que es la secretaria, me acerco y le preguntó si me puede proporcionar mi horario, a lo que me responde que sí y me lo da.

PRÍNCIPE AZUL // MatiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora