Abracé su espalda mientras dormía,
rodeada por la paz exquisita
de nuestra cama mal hecha,
de una habitación semivacía,
de sus latidos pausados.
Acostada junto a él
tuve, de repente,
el impulso de ponerme a escribir
algo tipo «No te detengas» de Whitman
o «El corazón que ríe» de Bukowski.
Desnuda,
busqué una croquera,
garabateé dos o tres planas,
y volví a su lado.
El poema resultó ser una mierda,
pero no importa.
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Aunque ahora dé lo mismo
PoetryLos poemas de "Aunque ahora dé lo mismo" no buscan ser lindos ni rebuscados, sino imperfectos, íntimos, como esas conversaciones que imaginamos cuando estamos muy bien o mal por alguien. Tal vez te identifiques con más de alguno de ellos, aunque no...