Relatos enervantes.

SALA 47

— tienes un mensaje de voz de:

— ¿Claire? Claire soy yo, Lenny. No sé por dónde empezar. Yo.. fuí un idiota. Estuve en el laboratorio Claire. Tomé tu llave anoche. Quería ver.. la verdad, nosé que esperaba ver. Me metí a husmear en las salas. Quería impresionar chicas.. tu sabes como es el instituto. Y todo el crédito y atención que tienes por ser la hermana egresada con honores, tienes un trabajo tan cool.. Lo sé, suena estúpido..

Hubo una pausa y luego, mocos arrastrados de vuelta a la nariz. Se escucharon un par de sollozos y luego, volvió a hablar.

Claire me metí a la sala 47. La del final del pasillo. Vi algo.. es difícil de explicar. Parecía humano pero.. caminaba en cuatro patas. Era inmenso y su rostro.. Claire nosé lo que vi, menos puedo explicarte como se escabulló. Pero de algo estoy seguro Claire, va tras de ti. Claire, esa cosa va..

La voz se silenció. El mensaje había terminado. Claire, sentada al borde de su cama estaba petrificada. Recordó todas las veces en que torturó sin piedad al D33. Era un proyecto que debía presentar, sin fallas. No podía ponerse sensible con eso.

La puerta estaba entreabierta, ¿hace cuanto?

Debajo de su cama, había algo. Esperando a que se levante. Que intente correr. Estaba esperando para deleitarse. Tenía hambre, pero se daría el gusto de torturar un rato. Tal vez cortar una extremidad. Sacar un globo ocular. Quebrar un par de costillas. Después de todo, lo que le había hecho era peor.

Claire se levantó y eso la tomó de los tobillos sin mayor esfuerzo. Claire calló doblándose el brazo.

Se levantó, en dos patas, encima de Claire. No tenía rostro. En la mente de Claire sonó una voz, le estaba hablando.

— ¿quién es el mounstruo después de todo?