Todoroki iba caminando tranquilamente en las afueras del centro comercial, hasta que una voz familiar interrumpió su nube de pensamiento y una sonrisa picuda invadió su rango de visión.
- ¡𝙏𝙪𝙨 𝙖𝙜𝙪𝙟𝙚𝙩𝙖𝙨 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙣 𝙨𝙪𝙚𝙡𝙩𝙖𝙨!
Lo que Sh...
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Después de atender las heridas leves de Todoroki y escuchar sus leves gruñidos dilatarse en casi un susurro, Kirishima ya había acabado su labor como amigo, aunque aún no estaba satisfecho con ello, seguía sintiendo la necesidad de cuidar esas marcas rojas en su rostro y rodillas. También se preguntaba si era correcto sin su consentimiento del todo, es decir, Shoto solo lo dejo entrar ya que era “lo menos que podía hacer" y eso hizo sentir algo mal al pelirrojo; entendía el hecho de que Shoto estuviera enojado con el por no ir a preguntar su condición, y si fuera alguien más seguramente no le afectaría, pero Todoroki siempre ha tenido el efecto de transmitir torrentes de emociones secas y negativas con tan solo una mirada o una palabra, realmente daba miedo. Pero de cierto modo acogedor, Eijiro siempre considero esa característica muy masculina y digna de alguien como el bicolor, aunque ya llevaba un tiempo en su habitación no le había dirigido la palabra y comenzó a hacerse tedioso para Kirishima.
Por otra parte, Shoto perdió la noción del tiempo observado el pequeño espacio que había entre la puerta del balcón y el marco, el cual le daba una vista perfecta del atardecer carmesí plasmado en el cielo como si fuera un lienzo pintado con finas acuarelas que poco a poco iba filtrándose por ese hoyo. El brillo se refleja en el rojo del cabello de Shoto y un poco en la parte blanca, sin duda hacía resaltar sus ojos de una forma bastante impresionante, su gesto seguía siendo el mismo claro, pero la simpleza de su gesto, sumado con lo poco que era el brillo entrando, realmente contrastaba. Todoroki no estaba satisfecho con ver solo un poco, no quería perderse de un cielo tan hermoso.
—Kirishima —Este dio un leve salto al escuchar su nombre de forma tan repentina, además de que el tono de Shoto tampoco ayudaba. Por lo que solo trago en seco y siguió revisando la rodilla del bicolor para restarle importancia.
—¿Puedes hacerme un pequeño favor? —La voz de Shoto salió algo cortada y forzada, el algodón cubierto de alcohol estaba rozando el raspon de su rodilla izquierda y realmente dolía. Kirishima subió la cabeza para encontrarse con un Shoto observando atento el balcón.
“Seguramente me dirá que me vaya, sería lo más adecuado para el". Penso Eijiro para callarse un suspiro y asentir con una sonrisa— ¿Qué es? —Shoto hizo una seña con la cabeza indicando que volteara a la misma dirección que el.
—Verás, mi rodilla está comenzando a doler al punto de no querer moverla, así que quería que abrieras esa puerta para poder observar el cielo.
El pelirrojo emitió un sonido de afirmación e inmediatamente se puso de pie para realizar la petición del chico heterocromico. Contemplo el anaranjado contrastado con rosa que había en el cielo, era fascinante.
—Es lindo, cierto? Por eso querías que la abriera.
—En efecto. Se ve bastante llamativo y hermoso para el ojo humano.
