Querida tristeza,
¿Cómo te encuentras? Espero que ya no tan desolada.
De forma irónica a tu naturaleza, me alegra escribirte esta carta para informarte que he decidido cortar mi relación contigo.
Lo sé, es inesperado pues soy yo quien he perdido mi voz por las mañanas, al gritarla en mi almohada por las noches deseando que solo tú la escuches por tanto tiempo.
Pero me he hartado.
Me he hartado de pasar las noches entre tus brazos, en donde me he quedado sin lágrimas en lo que espero que Morfeo se apiade de mi alma y me quite de tus brazos y me ponga en los suyos.
De esperar poder ocultar el color rojo de mis ojos, y el ronco de mi voz.Pero sobre todo, me he hartado de sentirte.
Sentirte en cada momento de mi día, y dedicarte los momentos de mi noche; de sentir la asfixia de tu compañía y el dolor de tu cercanía.
No creo que pueda estar más tiempo así, ni mi cuerpo ni mi alma lo podrían soportar más, por esto te tengo que decir adiós.
Aunque no puedo prometerte no verte nunca más, porque hasta yo sé que sería una mentira, si puedo prometerte que serán visitas cortas, cada vez más cortas; hasta encontrar el punto en donde esté más tiempo sin ti que contigo.
Te agradezco el tiempo que hemos pasado juntos, pues ha sido uno largo. Sin embargo, es momento de decirte adiós mi más querida amiga.