7

3.5K 567 272
                                    


—Ah, mi amor, mi vida, alma mía, sabía que volverías, sabía que te tendría de nuevo en mis brazos.
Te apartaron de mi tanto tiempo que pensé que te había perdido. Jamás pude reemplazarte, porque eres único y sólo mío. No importa lo roto o desgastado que estuvieras, yo te amaría igual, porque tú eres mío y yo... ¡Eh! ¡¿Qué haces?!

Jimin gritó cuando Taehyung le sacó el celular, recién llegado, de las manos.
—Ya, Jimin, estás de baboso ahí, necesito ver el video. —Taehyung encendió su celular.

Park tragó aire, ofendido — Pues disculpame por extrañar tanto al bebé de mi alma, qué por cierto, tú te encargaste de arrebatarme. —se cruzó de brazos.
Alzó una ceja cuando vio a Taehyung pucherear. —¿Y? — quiso ver y se acercó.

En el video, sólo aparecía el rostro sonriente de Taehyung, mientras todo daba vueltas. No se podía ver a la persona que lo alzaba.

Taehyung mordisqueó su labio inferior, tirando su cabeza hacia atrás, mirando el techo.
—Ah, Tae, lo siento... —Jimin lamentó ver lágrimas bajar por sus mejillas. —Tal vez, algún día lo vuelvas a ver y te diga quién era. No estés triste por favor.

—No lo estoy, estoy feliz. —lo miró — Tenías razón, éste video sin dudas superó al anterior. — explicó ante la cara confusa de Jimin.
Ambos volvieron a reproducir esa parte del video, la sonrisa de Taehyung era enorme, como hacía mucho tiempo no lo había sido. Eso de por sí, era una joya.

Tal vez no tenía la identidad del fantasma, pero sí tenía ese instante, ese pequeño pero significativo instante en el que se sintió apreciado, querido, e importante para alguien más.




[Fin]



























—¿Qué pasa, nena, acaso te persiste? —Taehyung habló dulcemente a la niña de unos diez años que había parado junto a él. Se puso a su altura, él era guardia de seguridad en ese centro comercial, seguramente ella se había perdido. —¿Dónde están tus papis, eh?

—Vine con mi hermano, señor.

—¿Y dónde está él? — La niña señaló tras su espalda. Taehyung se sobresaltó al voltear y encontrarse con un cuerpo ahí atrás. — ¡Mierda! —se levantó y apartó un poco — Señor, avise que está ahí atrás —puso su mano en el pecho, sintiendo el miedo en su corazón — Casi me mata... — su expresión cambió al ver de quién se trataba. —¡¿Jungkook?!

—Hey —sonrió, mostrando sus dientes.
Taehyung no supo que decir y buscó a la niña, pero ya no estaba. — No te atormentes, es mi hermana, sólo la use para distraerte y poder ponerme a tus espaldas sin ser visto.

Kim se cruzó de brazos — Todo un crío aún, ¿Eh? — Jungkook negó con una sonrisa. —¿Cómo has estado? —se descruzó — La última vez que te vi, fue en la graduación y no pude despedirme. Hace como.. ¿Diez años?

—Sí, lo siento. Es que nuestro vuelo salía a primera hora y estábamos apurados.

—Lo entiendo. Por lo menos tu cara sigue viéndose igual de infantil.

Por primera vez, Taehyung pudo oír a Jungkook reír, sin aguantar la carcajada. Frunció el ceño, ¿por qué sus oídos cosquilleaban?

—La última vez que yo te vi, eras Mr Hyde. —lo miró fijamente, aún manteniendo su sonrisa.

Taehyung sintió que todo el sitio temblaba, o quizá era su cuerpo. No puede ser, no podía ser... Su corazón comenzó a latir tan rápido que se sintió en plena maraton, las lágrimas no tardaron en rodar.

—¿Qué pasa, cielo? —continuó Jungkook con expresión triste, pero finjida — ¿No te he dicho que me duele verte llorar?

—...Jungkook... —su voz salió temblorosa — Jungkook, eres el idiota más grande que jamás he conocido...

— Y eso que aún te falta conocerme —bromeó.

—¡Estúpido! —se acercó y golpeó su pecho. Jungkook sostuvo sus muñecas con suavidad.

—¿Qué es lo que quieres?

—¡Bésame, estúpido! ¡Bésame y no vuelvas a alejarte de mí!

Jungkook se acercó, acortando la distancia y unió sus labios. Taehyung se aferró a su campera
Con una mano en la cintura del castaño y la otra tras la nuca, Jeon profundizó el beso, adentrando su lengua en cuanto Taehyung se lo permitió.

Se separaron cuando el aire faltó, pero se mantuvieron unidos con sus frentes pegadas. Taehyung miró de reojo, algunas personas los estaban viendo.
—.. Nos quedan viendo.. — susurró, pues, a demás, él estaba en el trabajo.

—Qué gracioso...yo sólo te veo a ti.

















[Fin]

The Sky In My Arms Donde viven las historias. Descúbrelo ahora