El viaje estaba tardando más de lo usual.
Los hermanos tenían tensión encima de sus hombros, haciendo que la dinámica en equipo fuera un poco más difícil de llevar. Dean tenía aún presente los síntomas de su repentina enfermedad, y cada día que pasaba se hacían más y más evidentes. Era como si el huésped malicioso que residía dentro de Dean les estuviera enviando saludos entre sonrisas sarcásticas y burlonas.
Sam, para mal, no había dado con ningún contra hechizo para la maldición de Dean. Castiel le acreditaba eso al hecho de que Dean no estaba verdaderamente maldito; sino enfermo.
Era como lo había pensando en un principio. Lo que los demonios y los ángeles no podían hacer, lo haría hipertensión arterial y el alto colesterol en la sangre.
Pero él sabía que si añadía ese comentario no sería bien recibido.
Sin embargo, el equipo estaba reunido en la mesa de una cafetería cercana al hotel mientras desayunaban. Sam estaba navegando entre la base de datos de la policía local mientras que Dean degustaba un riquísimo desayuno típicamente americano con muchísima grasa y sal. Castiel, por su parte, observaba a los dos hermanos actuar en su área natural; como los cazadores legendarios que eran.
Aunque no sabía que era más legendario; si el hecho de que ese par haya detenido el apocalipsis, o que Dean fuera por el cuarto plato de huevos revueltos con tocino sin siquiera inmutarse.
Castiel tenía que reconocer que ese estómago Winchester era de bárbaros.
Tal vez Gabriel estaría un poco celoso del pozo sin fondo que existía en los confines en donde debería estar el estómago junto a todo el sistema digestivo en general de Dean.
—Si me tomas una foto durará más —gruñó Dean mientras reunía y empapaba el pan entre la yema del huevo y la grasa del tocino. El hombre comía como si jamás en su vida hubiera probado bocado, y Castiel podía juzgar que el semblante de Sam estaba un poco verde al observar a su hermano—. Llevas cerca de quince minutos mirándome fijamente en silencio; y debo reconocer que eso es espeluznante hasta para tí.
Castiel quiso desviar la mirada; pero muy en el fondo, no quería darle la satisfacción a Dean de ganar esa especie de reto que le había mandado.
—Vas por el cuarto plato, Dean —respondió Sam desviando la vista de la pantalla de la portátil—. Hasta yo te miraría fijamente si no me diera tanto asco verte tragar como troglodita.
Dean hizo un sonido poco simpático, donde demostraba que los comentarios mordaces que le lanzaba su hermano le resbalaban como la grasa se resbalaba en la blanca vajilla en donde estaba comiendo.
Castiel, sin embargo, se daba cuenta de ciertos detalles.
Detalles que Sam probablemente también había notado pero no desde el punto de vista de Castiel.
—No hay información totalmente revelada sobre la muerte de estas chicas —Sam añadió después de unos minutos de seguir observando los datos en la página. Se veía completamente consternado, y para qué negarlo, frustrado por no poder ser capaz de encontrar algo útil que lo ayudara a resolver el dichoso caso—. Pareciera que están ocultando información a propósito.
— ¿Cómo si no quisieran revelar algo fuera de lo normal? —interrogó Dean. Afortunadamente ya había quedado saciado después del cuarto plato; y Castiel se preguntaba cuando podía aguantar un corazón humano antes de explotar por el exceso de grasa— Suena como que algo sucio se está colando justo frente a nuestras narices...
— ¿Estás seguro que es un secreto a lo que te refieres y no al olor de tu propia glotonería? —Sam siguió molestando. Dean no hizo caso al comentario odioso.
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5 Momentos en los que Dean Winchester se comportó extraño ||Destiel||
Fanfiction5 Momentos en los que Castiel notó que Dean Winchester se comportaba extraño... mucho más de lo habitual. Y un momento en donde descubrió la naturaleza de ese comportamiento. --- →Supernatural semi AU →Destiel →Mención de sucesos de la octava tempor...