Había muy pocas cosas que hacían que Sam estuviera totalmente alerta fuera de una cacería. Y él sabía —oh sí, de verdad que sí lo sabía— que cuando eso ocurría, era porque la situación era muy peligrosa.
Como esa en la que Dean emitía brillos.
Parecía ser un hada.
Desde aquel evento ocurrido en la cacería de los hombres lobo, Dean se comportaba muy extraño. Estaba cansado de todo, durmiéndose en lugares inverosímiles; y bostezando como si pasara mucho tiempo en vela. Dean no era así; y ahora que muchos síntomas estaban mezclándose, la sospecha de que un hechizo estaba actuando en su hermano mayor estaba elevándose.
Era algo que lo mantenía dentro de un círculo muy denso de frustración.
Y miedo.
Mucho miedo, aunque no quisiera admitirlo.
—Sammy, por Dios, ya deja de mirarme —Dean, quien ya estaba realmente molesto de todo ese juego misterioso de miradas provenientes de su hermano y de Castiel, gruñó tras dejar su hamburguesa en el plato desechable—. Algo está pasando aquí, desde hace como dos meses... ¡Ya no tengo ni idea del tiempo! Y no me dices nada. ¿Qué jodidos está sucediendo?
Sam bajó la mirada nervioso.
Ese era el núcleo del problema. Que Sam no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo.
Y para colmo, Castiel estaba en ese momento ausente, haciendo viajes de un lado a otro con la vaga excusa de buscar ayuda con seres que le debían ciertos favores. Porque sí, Castiel también se había convertido en un capo de la mafia sobrenatural de un momento a otro.
Eso dejaba a Sam solamente con Dean la mayoría del tiempo; y no es como si fuera la primera vez que se quedaban solos para hacer cacerías, pero el que Dean estuviera convirtiéndose en un lastre estaba causando que los nervios de Sam poco a poco comenzaran a colapsar.
— ¿Por... —Sam se aclaró la garganta un poco incómodo. No quería realmente acusar a su hermano de nada— por casualidad... hiciste un pacto con alguna criatura hace poco?
La mirada de Dean hubiera sido muy graciosa en otro momento. Pero Sam no tenía la fortaleza mental para darle más cabida a otras emociones a su inestable psiquis en ese momento.
—Sí, Sam —respondió ofendido Dean—; fui a una casa de brujas para que me hicieran un hechizo de buena fortuna. Por eso estamos en este restaurante en medio de la nada y no en una de las mansiones más caras de Arabia Saudita cenando.
Sam se pasó la mano por la cara totalmente harto.
—No quería ofenderte, pero es que lo que está sucediendo me supera —finalmente confesó Sam—. Estás comportándote muy raro; y en algunas noches tu cuerpo brilla. ¡Dean, por Dios, tu cuerpo brilla!
La exaltación de Sam atrajo la atención de unos clientes curiosos. El hombre alto y estresado volvió a aclararse la garganta para tratar de mantener la compostura frente a los demás, aunque no logró hacer mucho. Por otro lado, Dean estaba totalmente confundido y un poco molesto.
Él no brillaba.
A menos que estuvieran hablando de quién tenía uno de los mejores autos del mundo.
—No sé qué es lo que estás consumiendo actualmente, Sammy —habló despacio, como si de otra forma fuera a asustar a su hermano menor—; pero sea lo que sea, deberías dejarlo... ya pasamos por esto una vez con Ruby...
— ¡No, Dean! —Sam respiró profundo antes de seguir hablando— No es eso... estoy hablando en serio y eso es lo que hace que sospeche que... que tienes un hechizo encima.
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5 Momentos en los que Dean Winchester se comportó extraño ||Destiel||
Hayran Kurgu5 Momentos en los que Castiel notó que Dean Winchester se comportaba extraño... mucho más de lo habitual. Y un momento en donde descubrió la naturaleza de ese comportamiento. --- →Supernatural semi AU →Destiel →Mención de sucesos de la octava tempor...