Mi nombre es Camus, soy el caballero dorado encargado de la protección de acuario, catalogado como un traidor junto a Saga de géminis y a Shura de capricornio durante la guerra santa, mejor amigo el caballero de escorpio, Milo, soy maestro de dos alumnos: Hyoga, un caballero de bronce al cuidado de Atena, e Isaack, un general marino del ejército de Poseidón.
Morimos todos, morimos los 12 caballeros dorados en territorio de Hades, morimos dando nuestras vidas para abrirles el camino a los caballeros de bronce hacia Atena. No entiendo que hago aquí, en una tierra dominada por el frío y por el hielo, no entiendo porque sigo con vida, porque mi cuerpo puede moverse, puede sentir y sangrar. Lo que sé es que en mi alma resuena un llamado, un deber pendiente antes de un último descanso y un definitivo paradero en el reino eterno de la muerte, el alma de un soldado que es despertado por la resonancia en su esencia dorada.*
- Ven, te ayudaré.
*
Fue lo único que pude escuchar antes de caer desmayado sobre la nieve. No entendía porque estaba vivo, ni en donde me encontraba, no entendía nada y me exigía a mi mismo entenderlo todo, tal vez querer tener todas las respuestas en ese momento no era lo correcto y mi mente aun entumida no podía soportar tanto.
Despierto en una cálida habitación, hay una cama y estoy en ella cubierto con cobijas, mi armadura dorada... Mi armadura, acuario esta aquí! Mi myth cloth se encuentra en esta habitación que esta iluminada por velas y antorchas, hay una ventada justo arriba de acuario, a mi lado derecho, entre la armadura y la cama hay una pequeña mesa, esta mesa tiene agua y alimentos. No entiendo nada. Quiero siquiera levantarme, sentarme y examinar todo deprisa cuando se escucha abrirse la puerta de madera que hay de lado izquierdo, a mitad del muro de la habitación.
- Veo que has despertado, me alegra que bajara tu fiebre - dice un hombre desconocido para mi vistiendo una armadura, una armadura que no pertenece al ejército ni de Atena ni de Hades, tampoco de Poseidón.
- Quién eres? Dónde estoy?
- Tranquilo, muchacho, te encontré cerca de esta fortaleza, estabas desmayado en la nieve y te traje conmigo. Y sobre quien soy, si eres quién creo que eres, deberías saberlo - es un tipo pelirrojo, ojos peculiares, más o menos de mi estatura, complexión similar aunque más delgado...
- No sé quien eres...
- No me reconoces, Camus? - Camus... Sabe mi nombre, su manera de pronunciarlo me hace tener una ligera idea de quien podría ser.
- Dónde estoy? Fortaleza de qué? Qué armadura es la que portas?
- Oye oye, tranquilo. Te diré todo una vez que hayas comido y bebido algo. Vuelvo mas tarde, no trates de salir, si necesitas algo solo toca esa campana que esta de lado izquierdo de la cama.
El hombre pelirrojo sale de la habitación, me quedo confundido, no sé si pueda confiar en él...
- Estamos aquí por una misión y un deber, tenemos averiguar cual es ese motivo y quien es responsable de estas nuevas vidas. Reunanse todos, caballeros dorados, traten de no llamar la atención mientras estamos aquí.
Qué? Esa era la voz de Aioros? También él esta vivo? Acaso estamos vivos los doce? Ya recuerdo, recuerdo con claridad nuestro sacrificio en el muro de los lamentos, recuerdo que el maestro Dohko nos dio un minuto para despedirnos antes de hacer brillar la luz del sol en el infierno, dijo con pesar que nosotros teníamos la oportunidad de hacer lo que en la anterior guerra santa no lograron hacer él y el maestro Shion... Despedirnos y hacer las pases. Aioros abrazó a Aioria tan fuerte, Shura se les unió ya que al parecer todo había sido aclarado entre sagitario y capricornio. Afrodita estuvo con Death Mask, prometieron cuidarse y tratar de ser mejores incluso en el más allá. Saga quiso estar solo, era evidente que extrañaba a su hermano Kanon. No sé que sucedió con los demás, o que hacían, yo estuve con Milo, quería decirle que lamentaba todo; el mentirle, el engañarlo, el tratar de matarlo y el dejarlo solo, quería decirle que agradecía su amor leal y que me perdonara por alejarlo de mi pensando en el que dirán. Pero me dio miedo hacerlo, y solo le dije gracias por cuidar de mi discípulo, que recordara que lo quise mucho, y que nos volveríamos a encontrar. Él solo lloró en silencio, y dijo que me amaba. Nos abrazamos y cuando él quiso besarme me aparté y le dije que ya era hora.
Milo siempre me amó, desde que nos conocimos, a mi no me agradaba del todo, pero lo quería. Con el tiempo comencé a amarlo de la misma forma que él a mi, pero yo no mostraba mis sentimientos y no le presté mucha atención ya que creí que siempre estaría ahí para mi. Si teníamos una nueva vida, aunque fuera efímera o larga... quería estar con Milo.
- Hola de nuevo, Camus. Ya te sientes mejor? - dijo el pelirrojo entrando en la habitación.
- Si, muchas gracias por tus atenciones, pero debo irme. - traté de levantarme de la cama, estaba sentado al lado de la mesa.
- Qué prisa tienes de irte, caballero?
- Debo buscar a alguien.
- Ni siquiera sabes en donde estás, cómo vas a buscar a alguien aquí?
- Bueno... Presentimientos, supongo. Te agradezco todo esto. Un favor más, me puedes decir lo que dijiste que harías cuando hubiese comido?
- Veo que si comiste, quizás de ahí sacaste fuerzas - mientras tenía todas esas ideas y después de haber escuchado a Aioros, me senté a la orilla de la cama y comí todo lo que había sobre la mesa, me terminé el agua y hasta un dulce que había - Esta bien, cumpliré mi promesa para que recuerdes que tienes una promesa pendiente. Soy Surt del ejército de Odin, soy un dios guerrero portador de la armadura de EikPyrnir , estamos en la tierra de Asgard. Ahora recuerdas quien soy?
Lo recuerdo... Este hombre era mi amigo, era mi amigo y tenía una pequeña hermana. Yo estaba entrenando para ser caballero y me emocioné bastante al creer dominar un ataque. Provoqué una avalancha, él y su hermana no estaban muy lejos de donde yo, ella perdió la vida por mi culpa, fue culpa mía, y yo le prometí a Surt que cuando él necesitara algo, estaría para él sin importar que. Esa promesa quedó pendiente cuando tuve que irme al santuario.
- Surt... - dije sin salir de mi asombro disimulado.
- Así es, Camus, veo que me recuerdas. - el sonrió, quizás pensó que lo había olvidado del todo.
- No sabía que estabas en Asgard, la verdad es que ya no supe nada de ti desde que fui asignado a ser guardián de acuario.
- Pero aquí estoy, siendo un dios guerrero, orgulloso de mi puesto, mientras tú eres un caballero. Me alegra que nos fuera bien en la vida y que ella misma nos acomodara donde correspondía.
- Así es. Oye, de verdad tengo que buscar a alguien, queda pendiente la promesa que te hice cuando niños. - me levanté de la cama, avancé unos pasos hasta la puerta, estaba dispuesto a abrirla...
- Aunque es un buen momento para pagar tu deuda, acuario. Tú decides que hacer.
Pagar mi deuda... Milo es importante, quiero ir a donde él, quiero encontrarlo, quiero decirle todo por primera vez, quiero ser expresivo y que me vuelva a hacer suyo como aquella primera vez antes de la guerra que se desató por la causa de los problemas de Saga... Fue la única manera que le expresé mi amor, mediante mi cuerpo. Pero eso no es suficiente, ya que le pedí no volver ni a hablar del tema y que fuera secreto, sin embargo, debe saberlo todo.
Pero... Esa promesa, esa culpa que cargo, ese sentimiento de culpa es el que me obliga a cumplir la promesa con Surt, él me necesita ahora, no sé para que sea, pero prometí que haría cualquier cosa por él.
- Esta bien, Surt, dime qué es lo que debo hacer por ti?
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Lección tardía
FanfictionFinalmente han cumplido su misión los caballeros dorados, dieron su vida para hacer brillar la luz del sol en el inframundo, pero ahora despiertan todos en un sitio desconocido. Camus será el personaje principal de esta corta historia que más que de...