Se sentía intimidada, muchos pensarían que la razón de ese sentimiento era la alfa, pero no era así, bueno no del todo; La Puerta, la enorme y intimidante puerta de cristal con adornos de metal, la pequeña se sentía extraña al ver la entrada de la mansión de su ahora dueña, simplemente nunca había visto una igual que aquella y para ser sincera sentía que no la merecía; no especialmente la puerta, si no que este nuevo comienzo, la aterraba su nueva vida junto a aquella adinerada alfa.
Salio de sus pensamientos, al sentir una mano en su hombro. Era su ahora dueña, esta la miraba de manera dulce y con una sonrisa algo inocente. Ambas se encontraba paradas enfrente de la enorme e intimidante puerta de cristal, Oliva sostenía una pequeña maleta, en ella estaban algunas cosas de valor para ella, la alfa tomó la manija de la puerta para poder abrirla, entró primero, la ojiverde quedo quieta sobre su lugar, la enorme mansión era muchísimo más hermosa por dentro que por fuera. Alice le parecía encantador el asombro de la menor, no dudó ni un segundo y extendió su mano hacia la pequeña omega que se encontraba estática en su lugar; Olivia al notar el gesto amable de la alfa, con timidez fue acercando su mano a la de la mayor, era cálida y el roce era suave, se sentía demasiada bien tomar su mano. Ambas se adentraron en la mansión.
-Bienvenida a casa señorita Alice, ¿qué tal el evento?- al parecer era el mayordomo de la casa Lee, un hombre mayor, alto, de cabellos grises y bien vestido- Oh, ¿qué tenemos por aquí?- exclamó con un tono amable.
- A que no es bellísima, Sebastian!- su nombre era un cliché, y una pequeña y silenciosa risa salió por parte de Olivia; la alfa al eschucar la débil risa de la menor, está no pudo evitar sonreír ante tal adorable y inocente gesto- Al ver su belleza quedé completamente atónita, ¿tome buena elección, Sebastián?
-Por supuesto señorita Alice!, está bella omega puede ser la indicada- dijo sin titubear ante la presencia de la alfa, gustoso tomó la pequeña maleta de la omega, está accedió con timidez- ¿Cuál es su nombre jovencita?
-Y...yo a- la pobre no había hablado en todo el transcurso del viaje, ni siquiera le salían las palabras, ¿qué tal si hablaba sin permiso y la alfa la castigaba?, claro ella sentía que lo merecía, pero estaba aterrada ante la presencia de ambos, tenía que ser valiente- Mi nombre... es Olivia señor, soy Olivia.
-Vaya, su nombre si que es igual de encantador que usted señorita Olivia- las palabras se sentían tan honestas y amables, que daba miedo, nunca en toda su vida le habían hablado con honestidad y gentileza, esto era todo un nuevo mundo para la pequeña.- Señorita Alice, ¿le dará un recorrido por la mansión a la joven Olivia?, tal vez mostrarle donde dormirá y la ubicación del tocador, ¿no le parece?
-Oh!- exclamó la alfa- Lo había olvidado, mientras que yo le muestro la casa, tu lleva su maleta a la habitación- ordenó, no le sorprendía ella era la alfa de la casa- Y pide que preparen algo para almorzar más tarde.
- Si señorita Alice, ahora mismo me encargo- respondió acatando las órdenes de su jefa, y desaparecio de la entrada
- Bien pequeña, no sientas pena, pasa por aquí- finalmente dijo la mayor, tomando de nuevo la mano de la omega- Empezaremos con el corredor ¿te parece?
-Es..esta bien- nunca le habían pedido su opinión, era algo nuevo para ella, y no sabía cómo contestar, simplemente agachó la cabeza a la dirección donde se encontraba su mano, no pudo evitar sonrojarse por tal acto
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Olivia
Romance~Oh Olivia, pobre de mi Olivia. Tanto haz sufrido mi hermosa omega... La multitud se escuchaba desde el otro lado de la fina pared que la separaba, estaba asustada, pero como una obediente omega tenia que seguir ordenes. Los hombres que tanto detest...