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Dream y Geno

   La casa era hermosa si Dream era sincero, las paredes están pintadas de un rosa claro. Mientras que el cielo de la casa era de color blanco que hacía resaltar las paredes rosas, la sala de igual forma era bonita. Y aunque aún no sabía dónde estaba la cocina o como se veía, debía tener una idea en cuenta de cómo era la cocina, igual de hermosa y única. Observo como Geno dejaba el plato de lasagna en la mesa del comedor, al mismo tiempo se dirigió a la cocina por, tal vez, platos y tenedores para empezar a comer. Al instante observo como ambos niños salían corriendo a la mesa, peleando el lugar, pero al final se pusieron de acuerdo para poder comer al fin. El no se había movido muy lejos de la puerta porque no sabía si ya tenía permiso de ir y sentarse. O por lo menos el de entrar, cosa que ya había hecho, pero no importaba. El de bufanda roja lo observó al mismo tiempo que soltaba una pequeña risa.

   —Anda ven, eres mi invitado, no me tengas miedo. Qué no muerdo.— Respondió con una pequeña sonrisa, que al llegar a los ojos de Dream, lo llenaban de calma y confianza hasta el de bufanda roja.

   Aún así, no podía evitar sentirse nervioso por el simple hecho de estar en una casa nueva. —Muchas gracias por dejarme pasar...— Le dedicó una sonrisa de igual forma, mientras se dirigía a la mesa, tomo el respaldo de una silla con sus manos. —¿Puedo?—

   —Sientate, no tengo problema alguno...— Admitió, mientras empezaba a servirles un pedazo de lasagna a ambos de sus sobrinos. Quienes relamieron sus labios contentos al notar que la comida ya estaba lista. Inmediatamente, los dos menores empezaron a comer en cuanto Geno les puso los platos en donde estaban. El de corona se sentó en la mesa, sus nervios todavía lo comían por dentro, pero aquella sonrisa por fuera parecía indicar todo lo contrario. —¿Quieres comer?...— Pregunto.

   —¿Uh? No, gracias, comí hace rato...— Al no ser tan alto, sus pies cuando estaba sentando en la silla no tocaban el suelo, por lo cual empezó a balancearlos mientras miraba tanto a Geno como a sus sobrinos comer.

   —¿Y usted quién es?...— Pregunto de repente uno de los niños, para ser exactos Paper Jam. Quién miraba feo y con el ceño fruncido a Dream, no le agradaba mucho que un desconocido se acercara de tal manera hacia su tío o hermano. —¿Por qué está aquí? ¿Viene a robar?—

   Aquellas preguntas dejaron confundido y nervioso a Dream, no se esperaba para nada aquel tipo de preguntas y debía admitir que lo hicieron sentir un poco mal. ¿De verdad se miraba como una mala persona? Se había tomado tan enserio la pregunta que se hizo en su mente... No pasó mucho para que respondiera. —Como dije antes, me llamo Dream, y... Vine a conocer a tu tío. No vengo a robar... ¿Por qué piensas eso?...— Esperaba que respondiera, no podía quedarse sin respuesta, a Geno también le parecieron interesantes las preguntas de su sobrino. Era como si desconfiara en el.

   —¡Mhh!— Pico la lasagna con el tenedor algunas veces, pensaba en alguna respuesta. —¡Curiosidad!—

   —No deberías pensar que viene a robar algo...— Respondió Geno, el ya había terminado su pedazo de lasagna. —Y, gracias por la comida Dream, sabe deliciosa.— Le sonrió, cosa que de repente hizo sonrojar levemente al mencionado. Aquella sonrisa le hacía sentir mucha emoción, como si fuera especial, quel pensamiento intento evitarlo soltando una pequeña risa. No tan rápido podía pasar. ¿Verdad?

   —Sabia que les gustaría...— Respondió dedicándole la misma sonrisa, el de bufanda roja no pudo ignorar un pequeño cosquilleo en su estómago... Si es que tenía alguno.

   Aquella sonrisa le había parecido perfecta.

   Intento ignorar sus torpes pensamientos pensando en alguna otra pregunta. Antes de que un sonrojo evadiera sus mejillas y fuera cuestionado por una pregunta de parte del menor. —¿Trabajas?...— Ni siquiera se había dado cuenta cuando ambos de sus sobrinos terminaron de correr y salieron corriendo al patio de la casa a jugar. Sabía que estaban a salvó porque todo estaba con rejas, así que no tenía algo de lo cual preocuparse. Sabía que no irían a escaparse.

   —¿Eh?...— Aquella pregunta hizo que una confusión se apoderará de el, pero le sonrió nuevamente para después responder. —Sí, trabajo como masajista... Pero hoy tengo día libre.— Soltó una pequeña risa. —Se que no debe de importar, pero... Siempre salgo a trotar en la mañana. Es una linda forma de evitar pensar en esa soledad que me invade cada día.—

   —Parece que ya somos dos...— Aquello hizo que ambos soltaran una risa.

Familia. "GenoDream" + CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora