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   ¿Cuántos días habían pasado? ¿Quizá cinco? ¿Quizá una semana? No sabía que tanto tiempo había pasado desde que empezó a visitar a Geno de forma diaria, ¿era una obsesión? No lo veía de esa manera. Aparte era más que nada para ayudarle con los dos pequeños demonios que tenía por sobrinos. ¡Se peleaban por todo! No había ni un minuto en donde se empezarán a pelear, por la comida, juguetes, ver quién dibuja mejor, colores, la cobija... Parecían angeles pero eran demonios versión chikita. Y aún peores que eso, evitando ese tema, regresemos a Dream y sus preguntas diarias que ruedan por su mente cada vez que está con Geno.

   ¿Qué si piensa que es lindo?

   Sí, y mucho.

   ¿Qué si piensa que está guapo?

   Absolutamente.

   ¿Qué si le gusta?

   Bueno, eso aún no lo tenía claro.

   Y aquella pregunta era la que más lo alteraba de alguna forma, jamás se había enamorado de alguien... ¿por qué tendría que hacerlo ahora? Se encontraba realmente genial viviendo solo. ¿No era así? Ahora no tenía la más mínima idea y de alguna forma odiaba aquello. ¿Cómo era posible?

   —¿Dream?— Geno de repente llamo su atención al notar que este estaba literalmente ido, sin signos de vida casi a su punto de vista —¡Dream!— Le gritó esta vez obteniendo la mirada confundida de su contrario, buscando una respuesta del porque gritar su nombre —¿Estás bien?... Te veía raro, estabas mirando a la nada—

   —Oh...— Se quedó unos minutos si decirle que estaba pensando en por qué le gustaba él, por qué de todas las personas le gustaba el cuñado de su amigo, simplemente por qué —Estoy bien, solo pensaba muchas cosas raras... Estoy raro últimamente...—

   En verdad lo estaba.

Familia. "GenoDream" + CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora