Nunca olvidaré la primera vez que le vi. Era una tarde fría de invierno, octubre del 2002. Estaba en el tren con mis padres y el se subió. En una cuna, pero no en una cuna normal. Ésta cuna era de madera, rosada y con un extraño símbolo pintado en todas partes. Me acerqué un poco a ver, era un niño pequeño, con unas cejas negras y finas, unos ojos azules como el mar, su mirada palarizadora y sus ojos reflejaban miedo, y tenía una cicatriz debajo del ojo derecho, que atravesaba su mejilla. Sus padre no tenían muy buena pinta la verdad, estaban llenos de tatuajes y piercings, y el hombre llevaba un cuchillo en el bolsillo del pantalón. Su pelo rubio era del color de los preciosos rayos del sol, y sus labios eran rosados y finos. En ese instante el bebé me dirigió una mirada fría, como el hielo. Su mirada era heladora y, a la vez, aterradora. No entendía nada, pero sus rosadas manitas hacían rápidos aspavientos mientras que me miraba gélidamente. Un destello salió de sus ojos, y como si fuera magia, ese destello de metió en mis ojos. Entonces me di cuenta. Ese chico y yo teníamos algo que hacer. No era pura casualidad, era lo que el destino había marcado para nosotros. A partir de ese día, ese chico y yo nos unimos en un vínculo eterno, eternamente estaríamos unidos por algo que aún no había descubierto. Me prometí no olvidarle nunca y acordarme todos los días de nuestro extraño vínculo, e intentar descubrir la razón de aquel encuentro y unión, pero pasaron días, semanas, meses y años, y le olvidé.
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Eternidad
RomanceElla se creía normal. Hermano travieso, mejor amiga loca, enemiga de la super guay boba del instituto..... Pero, ¿Qué pasa si tu vida no es lo que crees? No hay nada a lo que puedas aferrarte porque sabes como va a ser. El futuro te elige a ti, no l...