Confesiones

163 35 11
                                    



"Creo que un héroe es quien entiende la responsabilidad que conlleva su libertad."- Bob Dylan



Blanco.

Todo lo que lo rodeaba era blanco.

El piso, las paredes, los muebles, las sabanas de la cama, su ropa.

Todo era blanco.

No sabía cuánto tiempo había pasado, si era de día o era de noche. No sabía dónde estaba, no sabía el porqué.

Solo se limitaba a sentarse en el suelo, con la espalda apoyada en la cama, mirando hacia el cielo raso, buscando algo que no tenia idea de que era. Su cabello rosaba su cuello causándole cierta incomodidad, y la temperatura del cuarto era algo fría. Sobó sus manos en busca de calor teniendo la sensación de que en algún momento había sostenido algo precioso con ellas.

Sin saber porque tocó su rostro, su cicatriz, sintiendo el fantasma de unos dedos paseando sobre ella con delicadeza.

Se estremeció, recordando la sensación de unos labios sobre los suyos.

Cerró los ojos queriendo imaginar, queriendo ahogarse en esas sensaciones, en aquello que le parecía tan lejano pero tan real a la vez. De un de repente el destello de unos ojos verdes iluminaron sus recuerdos, trayendo consigo su rostro, sus mejillas, sus pecas, su cabello rebelde, sus manos, su calidez, sus palabras, sus atenciones, su compañía. Todo de él. todo lo que representa en su vida.

Desde el inicio hasta el final.

El final que el mismo provoco.

"Te odio Shoto"

Abrió los ojos de golpe mirando a su alrededor.

Él no debería estar allí, no debería estar encerrado en esa habitación. Debería estar con Izuku, debería estar con él. ¿Dónde esta Izuku? ¿Qué habían hecho con él?

Sintió pánico y con desesperación golpeo la puerta una y otra vez.

¡Tenía que salir de allí!

Extendió su mano derecha directo hacia la puerta, bastaba con un golpe directo de su hielo para derribarla. Pero nada paso.

Intentó con la izquierda, pero no obtuvo resultado.

Miró sus manos confundido y rápidamente buscó en su cuello tocando una pieza metálica en él.

"collar ante quirk"

Resopló molesto.

Quiso quitárselo de inmediato, con todas sus fuerzas intento removerlo, pero no podía.

Golpeó la pared frustrado, empezaba a desesperarse, busco en toda la habitación algo que le pudiera servir, cualquier cosa con la que pudiera liberarse, pero no encontraba nada.

Tenía que hacer algo. Tenia que salir de allí. ¡Tenía que buscarlo!

La puerta de abrió de repente llamando su atención y se abalanzó de inmediato queriendo escapar.

Unos fuertes brazos lo sostuvieron lazándolo hacia el rincón de la habitación. Su cuerpo protesto de dolor, pero de inmediato se puso de pie en posición defensiva.

Tenia que salir.

Tenia que ver a Izuku,

Tenia que estar a su lado, salvarlo.

InmarcesibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora