Cuando llegué a mi habitación, sonreí, estaba casi seguro que debía verme como un idiota, pero es que no sentía mariposas, tenía dinosaurios dentro que estaban prácticamente brincando felices por su precioso prado.
Tenía tantas ganas de gritar que me lance a la cama y con mi almohada en la cabeza, comencé a gritar, mamá no debía escuchar absolutamente nada, debía mantener mi dignidad. Además, me preguntaría que había hecho en casa de Jisung, y no podía decirle "Hey mamá, ¿Sabes? sólo fuimos a dormir a la casa de mi amigo, no te preocupes, hoy no me hice hombre, aun no, pero besé los labios del chico más ardiente que he visto en toda mi vida, solo comparado con el fuego, más incluso, más ardiente que el amor que le profesas a ese tal Puma Rodríguez".
Así que mejor esconderme detrás de un gran escudo, como lo es mi almohada.
En ese momento, es cuando te das cuenta que la felicidad es tan subjetiva, pequeña, pero te genera tanto en tan poco tiempo, que es capaz de llevarte al cielo, ida y vuelta en un segundo.
Y así era como me sentía. ¿Eso era malo? ¿Era malo sentirse feliz? Porque siempre que algo bueno pasaba, era porque algo malo vendría después que te haría caer tan fuerte, que me daba miedo lo que fuese a pasar más adelante. Porque me sentí bien, feliz, hasta bonito.
-¡¡INNIE, TE BUSCAN!!
Me senté rápidamente en mi cama, dejando a un lado mi almohada, ¿Me buscaban? Pero si Felix había llegado al mismo tiempo que yo, se supone que debía estar en su casa pasando tiempo con sus padres, no aquí en mi casa. Nos habíamos visto hace solo unos minutos, ni siquiera alcanzaba hacer una hora.
¿Tanto me quería como para no esperar más tiempo?
Fruncí el ceño poniéndome de pie, mientras alisaba mis pantalones y mi camiseta de "La guerra de las galaxias", me miré al espejo y acomode un poco mi cabello, no era que me molestará que Felix me viera desordenado, me había visto en situaciones peores, pero para mamá no debía lucir tan demacrado.
-¡¡INNIE!!
-¡¡YA VOY!!
Baje a toda velocidad, encontrándome con quién menos creí ver en esta situación.
-Changbin.
-Innie, ¿Cómo estás?
Decir demacrado, era decir poco, tenía ojeras, estaba despeinado y se notaba cansado. Para que hablar de cómo vestía. Unos jeans desgastados y una camiseta blanca con grandes letras negras impresa en ella un lindo y amigable "Hola. Te odio". Debía ser de Hyunjin, probablemente. Ya que haciendo memoria, se fueron juntos luego de dejarnos en la casa de Jisung.
-Bien, ¿Tú?
-Bien. Venía a verte.
-Lo puedo notar-sonreí. Se notaba nervioso, tenía las manos unidas al frente como un niño siendo castigado, solo que está vez, nadie lo estaba reprimiendo.-Si quieres podemos ir por Felix.
-¡NO! No es necesario, necesito hablar contigo
Mamá que en todo momento no había despegado su mirada de nosotros, sonrío.
-Innie, ¿No me presentarás a tu amigo?
-Oh, claro, mamá, él es Changbin, amigo del instituto, Changbin, ella es mi mamá.
-Un gusto
-Igualmente, eres muy guapo.
Obviamente al escuchar el comentario de mamá, el rostro de Binnie cambió totalmente, aun rostro sonrojado y juguetón, soltando las manos para pasárselas por el pantalón avergonzado.
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✨ ; El Club De Los Corazones Pérdidos - 《Hyunin - Jeongjin》
Fanfiction-¡Eres un mocoso, malcriado!. -¿Ah, sí? Entonces, ¡Tú eres un viejo rompe...- El dedo índice de Hyunjin se posó en los suaves labios del menor, sonríendo, lo miró y se acercó hasta su oído. -No digas malas palabras, Jeongin. Mira que tendré que cal...