Capitulo 2

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— Me llamó Elisa— dijo Lu.
— No es así, tú te llamas Lu, mi amor— la mamá de Lu, intentaba explicarle.
— No, me llamo Elisa.
Elisa era una de las mejores amigas de Lu en kínder. Por lo regular ella y Lu pasaban mucho tiempo juntas. Lu sentía una gran admiración por Elisa, para Lu, Elisa era una de las niñas más bonitas del universo.
— Tienes que aprender a aceptarte, te llamas Lu. Elisa es tu amiga y sus papás le pusieron así por algo, Lu también es un hermoso nombre.
— Me quiero llamar Elisa.

————

Regresábamos de verano, este era mi último año en esta escuela. La verdad, la mayoría del verano me la pase llorando, extrañaba a Aldo. Él estaba mejor sin mi.

Entre a todas mis clases, algo raro en mi y más el primer día. Salí a receso con Mia, Ada y Dina; ellas y el grupo que se formó inesperadamente con algunos compañeros de mi salón, me habían ayudado mucho, intentaron sacarme a distraerme, incluso la hermana de Aldo, que se había vuelto mi mejor amiga, intento animarme.

Mis tres amigas están conversando en una de las mesas que se encontraban en cafetería, mientras yo sostenía mi celular, intentando distraerme, apague el teléfono y por el reflejo logré ver la sombra de un chico que conozco, pasando detrás de mi.

— ¿Al cine el sábado? - Propuso Mía.

Mi mirada comenzó a intentar buscarlo entre toda la gente que se acúmulo en cafetería, y ahí estaba, tan feliz como siempre, con esa sonrisa que hacía que mi corazón se hiciera chiquito.

— Pues pido permiso y yo les aviso.- contestó Ada.

Él estaba con sus amigos y veo cómo se acerca a un grupo de chicas de primer año. No me percaté que mis amigas me habían estado llamando, entonces salí de mi trance.

— Lu, el no merece ni que lo mires.- dijo Ada.
— No jodas, ¿enserio Lu? ¿Estás viendo a ese pendejo?- Mia era la menos de acuerdo en que siguiera con esto, con mucha frecuencia hacía que perdiera la paciencia, ella era como esa bofetada que necesitaba para entrar en razón.
— Solo, perdón, lo extraño ¿bien? Él debería estar aquí conmigo, desayunando, como solíamos hacerlo.
El tema acabo ahí, por que Dina comenzó a hablar de que tenía que ir a ver a un ligue de otro salón y pues todas nos fuimos separando.

-.-.-.-.-.-

Pase mi receso en el salón de clases, Mia había salido con Vanessa, Ada estaba haciendo mal tercio con Dina y su ligue, y Leo, Dante y Jean estaban por ahí buscando conquistas de primero. Me quede sola pero ha decir verdad, me gusta estar sola.

Me levante del sucio piso del salón, quedaban apenas 5 minutos para terminar receso, así que aproveche para ir al baño. Iba doblando la esquina del salón para bajar la escalera, cuando choque con el. Las risas de sus amigos cesaron y comenzaron a caminar a su salón, dejándonos solos.

— Hola.- Era la primera vez que me dirigía la palabra, después del baile.
— Hola.- dije, mi voz apenas se alcanzaba a oír.
— ¿Cómo te ha ido?
—Bien, bien, ya sabes, lo normal ¿y a ti?
— Uh, si te contara, estaba con estos idiotas y... - comenzó a contarme una historia de él y sus amigos, la verdad no prestaba mucha atención a lo que decía, solo lo veía a él, su sonrisa y sus ojos llenos de felicidad- oh, y fuimos con las de primero, las traemos locas, eh, una niña me dio un peluche, hasta cartas me han dado.
— ¿Un peluche?
— Si, un peluche, no recuerdo bien el nombre de la niña, Domi, creo, la verdad no se, pero no importa.- Suena el timbre, indicando que empezaba una clase- Oye, me tengo que ir, enserio extrañaba hablar contigo.

Deja un beso en mi mejilla y se va. Me dirijo al baño, lavo mi cara, y me encuentro ahí, pensando en que había sido eso. La mayoría de nuestras platicas eran él hablando y yo escuchando, amaba sus historias y la forma en la que las contaba; pero algo no dejaba mi mente, ¿quien es Domi y por que le regalo un peluche?

-.-.-

Tenía hora libre, y a pesar de esto, parecíamos unos presos en estas aulas, así que mi grupo de amigos y yo buscamos una manera de salir. Leo pidió permiso para ir al baño, y por una ventana lanzamos su mochila, de tal forma que él la atrapó desde la planta baja y comenzó a correr a un callejón que se encontraba en la misma escuela. Por la otra ventana comienzan a dejar una tras una las mochilas de los demás, esperando la llamada de Leo de que podíamos ir a nuestro escondite. Leo llama y comienza el plan. Esperamos a que el ayudante del prefecto se distraiga y Mia sale corriendo por las escaleras contrarias a las de el, toma dos mochilas, que fueron las que sacamos por las ventanas y se dispone a alcanzar a Leo. De ahí sigue Vanessa, con ella fue más fácil, era bien portada, así que el permiso al baño a ella si se lo dieron. Mientras Vanessa pide permiso, Ada y Dina salen corriendo por las mismas escaleras que Mia. Pero justo cuando yo estoy por salir, me detiene.
— ¿A donde vas?- Me cuestionó.
— Hola, ¿como has estado? ¿Bien? Me alegro mucho
— ¿A donde vas?
— Porfavor, esto parece una carcel y tú lo sabes, solo deja irme y no le dire que me diste permiso, nadie se enterará- supliqué.
— Sabes que no puedo hacer eso
— ¿Pero si puedo cubrirte con tu novia?
— Vete, pero si te ve el prefecto, nunca me has visto
Gracias.- gesticulé con los labios y salí corriendo con una mochila.

Llegue al callejón y encontré ya a la mayoría de mis amigos, en el piso, con música y algunas frituras, me senté al lado de Ada.

— ¿Faltan mochilas?- pregunté.

Y justo vienen llegando Dante y Jean con las mochilas faltantes.

— Lu, ¿podemos hablar?- Ada me habló en un tono apenas audible.
— Claro.
Ella hizo que nos alejáramos un poco de nuestro grupo.
— Yo se que te sientes mal por lo de Aldo, pero supongo que tienes que saberlo.- empezó— Iré al punto, el me ha estado buscando.
— Oh.
— Pero, no me mal entiendas, el no me gusta, solo quería que lo supieras, de cualquier forma ya idearemos algo para que se aleje ¿no?
— Supongo- digo.
Me toma la mano y luego me abraza, me gustaba abrazarla, viví tantas cosas malas con ella, pero después de todo, era lindo abrazarla.

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