«Hola, querida yo.
¿Me recuerdas?
Oh, claro.
Solíamos ser esas que jamás
querían quedar mal con nadie por
miedo a estar solas.Cuanto tuvimos que soportar, por
ser la amiga que acompañaba a todas, la que no reclamaba, la que se aguantaba las penas sola.
Esa misma que terminó siendo culpable de algo que no le correspondía.¿Recuerdas cuánto llorabas por sentirte así?
¿Utilizada? ¿Rechazada?
Ay...querida yo.
Por cuanto tuvimos que pasar para llegar a esto.
Para que abrieras los ojos y te dieras cuentas que valías mucho más que todas esas falsas amistades.Me alegro de que hayamos salido de eso.
De toda la mierda que se pegaba a nuestros zapatos y toda la oscuridad que manchaba nuestro inocente corazón.Querida yo, estoy feliz de que vayas soltando todo eso que llevabas cargando en tu mochila por años.
El odio, las penas y el desamor.No sabes cuando esperaba por este momento.
Por el día en que te liberaras de todas esas preocupaciones y finalmente fueras simplemente tú.Sin una máscara.
Sin ser otra persona.Solamente...siendo tú.»
Nila.