Los finales se acercan y falta tan poco para ese preciado título. Estoy cansada, fatigada de esto. Revisión tras revisión de la investigación hacen creer a uno un inexperto de lo que tiene.
El intento fallido con el chico de la pecas ha dejado la lección de no forzar las cosas. Los caminos del destino se siguen forjando, es lo que pienso hasta que... un momento, el portátil se ha quedado en el cubículo del tutor.
Corre, corre, es tu momento.
El pasillo se hace largo, eh recuperado el portátil, y eso hace que recuerde las veces anteriores donde eras tú quién regresaba por ella, ¿estarás siendo feliz?
La fatiga se hace presente y el verde del pasto me atrae, así que... porqué no. Mirando el cielo imagino tu sonrisa, las bromas y momentos juntos, cerrando los ojos me pierdo en los recuerdos. De pronto la luz del sol en la cara no está más, una sombra se hace presente y decido despertar de esa ensoñación. Todo es confuso, me cuestiono si eh dormido durante ese tiempo o sigo dormida y estoy soñando... ¿acaso es una fantasía?
Allí de pie, tal alto y tan guapo estás con ese traje azul que te queda a la perfección, solo en una ocasión te vi en traje y fue para un evento familiar.
No lo puedo creer, tu sonrisa y la mano extendida me confirma que verdaderamente estás aquí. Aún confundida tomo tu mano y me levantas ¡no es más un recuerdo! Por fin estas aquí.
El tiempo sigue avanzando, el destino lo ha decidido, este es su momento, este es el reencuentro. Las palabras salen después de unos minutos, platicamos allí parados debajo de un árbol que pierdo la noción del tiempo Pregunto por tu traje y me sorprende tu respuesta: Ahora soy rico. Eso me recuerda a nuestra primera cita, no fue extravagante y recuerdo tu cara apenada al decirme No soy rico, perdón por no llevarte a un mejor lugar. Tu compañía siempre ha sido lo importante. Me cuentas del buen momento que los negocios familiares tienen, te fuiste todo ese tiempo lejos de aquí, pero has regresado. No se puede evitar la sonrisa que se instala en nuestras caras, te felicito, estoy tan contenta por ti y tus logros, sin pensar te abrazo entusiasmada pero inmediatamente me aparto, tus brazos me detienen y las palabras que salen de tus labios aceleran mi corazón
Te extrañé tanto
La emoción y ese sentimiento en el pecho es tan grande que con todas las fuerzas te abrazo y sin dejar de reír e sostienes de las piernas, como todo un panda protegiendo su comida, decido no soltarte nunca.
Es nuestro momento, el caprichoso destino lo ha decidido. No importa el tiempo que pase, la persona correcta llegará o volverá a ti, se tiene que ser paciente, no desesperar, ni mucho menos forzar las cosas, sin saberlo lo seguí esperando.
Él ha regresado, volvió para no irse, el amor está aquí para nunca marcharse.
Una pareja divertida cruzando la explamada está dando de qué hablar, ella al ir con las piernas enrolladas a su cintura y él riendo a carcajadas, pero no les importa si los demás ríen, porque ellos son felices, se lo merecen.
Los amigos aplauden, ríen y celebran. Él por fin está en casa, al fin estamos juntos en casa.
