Capítulo I: La llegada a la tierra.

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Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo solo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.

Sakura llegó al planeta tierra, completa, para su buena suerte. En su muñeca tenía un reloj, el cual le servía para diferentes cosas. Una de ellas era tomar notas.

—Bitácora, es verano del presente año. La máquina de teletransportación de Itachi funciona a la perfección. Estoy completa— Sakura rió un poco por su propia broma, tapando el reloj para que su risa no se escuchara —Aterricé a las afueras de una ciudad, iré a investigar un poco. No tengo alguna referencia, así que no sabría por donde comenzar a buscar. Haré una nueva observación si encuentro alguna pista del paradero de Ino-sama.

Sakura detuvo la grabación, acarició su collar de compromiso unos segundos antes de comenzar a caminar. Era la primera vez que tenía una misión fuera del Sol, la primera vez que lo hacía ella sola. No quería fallarle a Inoichi. Temía también por la vida de su mejor amiga, si Ino buscaba a la nieta de Kaguya, eso solo significaba que se terminarían encontrando con el general Toneri. Y el general Toneri era uno de los guerreros más fuertes de la Luna, ella no estaba completamente segura de poder vencerlo.

Por lo menos gracias a Naruto tenía una pista, si encontraba a la segunda hija de su diosa Tsunade, era probable que también encontrará a Ino. Eso fue algo que prefirió omitir en su bitácora.

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Hinata y Hanabi Hyūga son dos hermanas, huérfanas desde que la mayor tenía tan solo cinco años. Ambas lograron manejar la fortuna que su padre les dejó solo hasta que Hinata cumplió dieciocho años. Un mayordomo llamado Chōza Akimichi, fue el encargado de cuidar de las hermanas desde temprana edad. De esa manera Hinata conoció a su mejor amigo, Chōji Akimichi. 

Hiashi había entrenado a Hinata desde que era pequeña, en un arte que solo él y su hermano habían logrado descubrir. Tan solo tenían que tocar ciertas partes del cuerpo humano y estás quedaban paralizadas, al menos por unas horas. Al morir su padre, Hinata comenzó a investigar el cuerpo humano por su cuenta, deduciendo el secreto de la técnica por ella misma. Ese sería el arte que estaría perfeccionando toda su vida, y que después le enseñaría a su hermana menor.

Hanabi al solo tener trece años, no era tan ágil como su hermana en ese sentido, pero la pequeña no se rendía, gracias a las armas que su hermana le construía, Hanabi lograba recompensar sus debilidades. 

La idea de Hanabi era ser una heroína para su ciudad, ella conocía bien lo que significaba necesitar ayuda. Pensaba que si ella y su hermana tenían habilidades y armas especiales, lo mejor sería usarlas para el bien. La mejor amiga de su hermana mayor, Tenten, fue quien terminó de convencer a Hinata.

Gracias a su gran conocimiento, Tenten logró sintonizar los radios de la policía municipal en el centro de control que tenían en la mansión Hyūga. Su primera misión sería acabar con el asalto a una joyería. Chōji y Tenten esperaban a que las hermanas salieran, con el nuevo traje que Hanabi había elaborado.

Las hermanas salieron con un traje diferente. Hanabi llevaba puesto un short que llegaba a la mitad de sus muslos, sus piernas estaban cubiertas completamente por unas mallas negras. Su blusa era de color amarillo, con zapatillas deportivas de color rojo. Su cara era cubierta por un antifaz del mismo color de su blusa. Su cabello castaño estaba atado en una coleta alta, al igual que su hermana. Su atuendo era fresco y un poco revelador. 

Guerrera del Sol. Libro de Sakura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora