Escucha esa canción que escogí porque me recuerda a ti, la he colocado con subtítulos, no en español, para que entiendas porque decidí dedicarte esa melodía...
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Querida Eli.
Tropezar y caer; principios esenciales.
Cuando tienes dientes lo suficientemente fuertes, ningún hueso es duro de roer. Así que con tu permiso rememorare una historia. Nuestra historia.
>>No sabría decir bien el porqué. Desde la primera conversación que pude tener contigo, desde que comencé a conocerte y me acostumbre a tu presencia. Creo incluso que desde antes de eso.
¿Quién explica un cariño que nace de la nada, solo porque si?, lo cierto es que siempre hubo en ti un magnetismo que obligaba a mi parte más tierna un nato instinto de protección.
Consciente era que no te hiciera gracia mi sombra en la oscuridad, jamás pudiste habituarte a mí.
No puedo explicar el porqué del cariño platónico que broto de lo más profundo de mí hacia ti.
No podía soportar ver como pretendías destruirte y matar cada hermosa flor a tu paso. Golpes certeros a mi amor por ti se hundían cada vez más en mi frágil pecho destruyéndolo, hasta que cántara sola la canción que tanto callaba.
Y es que siempre eh velado en secreto por ti.
Puede que mis maneras no te pareciesen las más correctas. Era algo que debía hacer, Eli.
Y aunque ya hace bastante tiempo de aquel batiburrillo, tratare de recordarte cada día, mientras dure nuestra amistad, que mis motivos fueron siempre por amor a tu misteriosa esencia.
>>Ahora lejos de ti, de tus singulares pecas, de tu simpático sentido del humor y de tus tiernas sonrisas, a las cuales aprendí a ver como una silenciosa melodía arrulladora por la noche, siento un frío que no hiela y un calor que no quema. Es distancia y es presencia.
Déjate adorar.
Queremos, sin saber un preciso porque, velar de ti.
Déjate querer.
Aleja tus miedos, vengo con todo el cariño que puedo ofrecerte.
Permítete un apretado abrazo, veras que no duelen.
Gira la cabeza y mira hacia atrás, mira las huellas de toda una vida; huellas sucias, otras impolutas, amorfas y uniformes, oscuras y huellas claras. Sonríeles, no todo ha sido tan malo.
Prometo calentar tus penas cuando tengas frío.
Prometo dejar, al rojo vivo, tus pecosas mejillas de los besos que regare en ellas.
Hastiare a tus oídos con una canción que no pueda parar. Mareare a tu conciencia hasta que empieces a creer en el verdadero significado de un te quiero y de una amiga.
Te quiero amiga mía.
Te quiero y no sabes cuánto.
Te quiero de maneras simplemente inexplicables, que dejan una sensación extraña. Sin embargo, no preguntes ¿por qué?, sino, ¿Por qué no?
Ten presente la melodía de mis canciones y cuanto disfrutaba el cantar.
Promete leer alguna vez el legado de poemas que deje en tus manos.
Recuerda mis palabras, siente su calor en cada risa y reprimenda.
No llores. Aquí estoy, y siempre estaré.
Prometo mis manos tenderte, ignora la distancia. Sonríeme, yo enjugo tus lagrimas.
No te confundas, deja el miedo, aprende a sentirte y sabrás entonces lo que es tener un poco de libertad.
No decepciones a esta niña itinerante, soy viento, soy el azul del cielo sobre las copas de los arboles, ese cielo que nos llevo a Australia aquellas mañanas...
Soy un caliente café, esos que endulzan las papilas gustativas y queman la garganta dejando una dulce estela de sabor.
Soy un buen libro en una tarde de lluvia. Y te dejo un secreto preciosa, que se debe posar solo en tus recuerdos: Eli, los libros son tesoros, son amigos y son experiencias, las lluvias son canciones arrulladoras que te cantan al oído y te mecen, enternecen la mirada y cierran tus párpados.
Soy todas las pequeñas sandeces dichas que se quedan tatuadas en la memoria con contrariados semblantes.
Soy todas las noches largas y las cortas madrugadas, soy la risa y el llanto, soy amor y soy dolor. Soy un te quiero afectuoso, soy un amargo regaño de lo que no me parece correcto. Soy todas esas horas posada en la cámara conversando largo y tendido contigo hasta el amanecer.
Eres mi Eli, hoy, mañana y siempre.
Eli, recuérdame sonriente y elimina las lagrimas que desean pasear por tu rostro. No dejes a tus pecas manchar por ellas.
No calles tu pensar, grita lo que tu garganta gruñe pidiendo salir.
Espero verte pronto pecosa.
Ansío poder estrecharte en mis brazos y cuento el tiempo que queda para nuestro encuentro.
Siempre tuya, y te quiere siempre,
Paola.
