Capítulo 7

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Juan abrió la puerta de la sala de juntas, el abogado seguía sentado arreglando los documentos del expediente del divorcio, giró su cabeza y, mientras cerraba la puerta de la sala le dijo: "En un rato vas a mi oficina para platicar sobre los pendientes que tenemos". Una vez afuera de la sala de juntas, Carla y él caminaron hacia la recepción de la oficina. Carla inició la conversación con su exmarido: "Bueno, finalmente terminó el proceso de divorcio, legalmente somos mujer y hombre libres. Ahora sí podemos vivir nuestra vida sin ningún obstáculo legal o familiar". Juan le respondió: "Así es Carla, por fortuna el abogado pudo agilizar el proceso del divorcio, legalmente somos libres para iniciar otra etapa de nuestra vida. Te acompaño a tu coche". Carla le sonrió, movió su cabeza y le contestó: "No, gracias, conozco muy bien el camino. Cualquier cosa que se necesite ya sabes dónde localizarme. Deseo sigas cosechando muchos éxitos y que próximamente puedas convertirte en papá al lado de Elena". Ambos se despidieron con un beso en la mejilla, ella siguió su camino hacia el estacionamiento con paso firme y una enorme sensación interna de tranquilidad.

Carla no tenía ganas de continuar la conversación con Juan. La firma del último documento del divorcio la liberó de la carga emocional que la ruptura de su matrimonio generó. Se sentía feliz, tenía ganas de saltar, de gritar, de cantar pero sobretodo, tenía ganas de disfrutar su independencia y ¡reconstruir su vida sin presiones familiares o sociales!

Carla se dirigió a su auto, abrió la puerta, la luz se prendió de forma automática, se sentó en el asiento del conductor y se miró en el espejo retrovisor. Una hermosa y radiante sonrisa iluminaba su rostro. Al ver su expresión, una sensación de tranquilidad emocional invadió su cuerpo y suspiró. No pudo evitar recordar el momento cuando Juan le solicitó el divorcio. Fue justo unos días después de conocer los resultados del tercer tratamiento de fertilidad. Su exmarido llegó una noche a la casa donde vivían y de forma puntual le dijo:

"Carla:

No quiero herir tus sentimientos pero tú conoces mi deseo por tener un heredero. Ya hemos intentado tres procesos de fertilidad sin éxito y la adopción no es una opción para mí. Llevo días pensando en una nueva alternativa para nosotros, quiero que nos divorciemos. El abogado de la empresa llevaría todo el proceso, tú no tienes que preocuparte, él te avisará cuando tengas que firmar algún documento. Yo he considerado darte un paquete de acciones, una mensualidad que te permita vivir sin preocupaciones económicas durante los próximos diez años. También pondré a tu nombre el coche del año que desees tener y un gran departamento amueblado en una exclusiva zona de la ciudad".

Al recordar ese momento Carla lloró de felicidad en el interior de su vehículo. Esta vez, ya no sentía el dolor que la petición de Juan le generó aquella noche. La noticia del divorcio había sido un fuerte golpe emocional que le generó tristeza y decepción sin embargo, esa noticia había sido el detonador para iniciar un proceso de transformación y sanación personal donde aprendió a ¡transformar los obstáculos en oportunidades de crecimiento! Por su mente ya no pasaba la expresión "¡tengo miedo de haber fracasado en mi matrimonio!". Carla estaba decidida a transformar la forma como había vivido sus últimos años. Ahora estaba convencida que podía visualizar en cada reto una oportunidad para ser feliz. Los años de noviazgo con Juan y los nueve años de matrimonio le dieron material suficiente para entender que ¡las decisiones eran individuales y la felicidad era una decisión personal! Atrás quedaba la época de sumisión emocional en donde permitió que Juan dominara sus emociones, su sentir y eliminara sus necesidades. Un nuevo camino sin presiones sociales o familiares la esperaba, un sendero de hermosas posibilidades se abría. Carla se sentía tan feliz que empezó a cantar para celebrar su divorcio.

—La canción que Carla cantó en el coche—

https://youtu.be/y8rBC6GCUjg?list=PLfE7RvnRUOF82daZaYEfT6G2MGmmulWK1&t=11

Cuando Carla firmó la última hoja que el abogado le dio para terminar con el proceso de divorcio, ella tomó la decisión de viajar a Múnich e ir a buscar a Antonio. Antes de encender el motor de su coche para regresar a su departamento, tomó su celular y escribió el siguiente mensaje electrónico:

"Fernanda:

Hoy firmé el último documento del divorcio ¡Soy mujer libre! Espero puedas imaginar mi felicidad, me siento liberada de tantos años de sumisión emocional. ¿Recuerdas que unas semanas después de que Juan y yo nos separamos él inició con una nueva relación sentimental? Al parecer la novia de Juan ya está embarazada, él no me comentó nada pero ya sabes la rapidez con la que se difunde la información en nuestro grupo social. En fin, cada uno seguirá su camino.

Necesito tu ayuda, mientras firmaba el último documento del divorcio tomé la decisión de ir a ver a Antonio. Mañana sale un vuelo directo de la Ciudad de México a Múnich y lo quiero tomar. ¿Me ayudas a darle la sorpresa a Antonio? Antes de comprar mi boleto, investiga si realmente él no tiene pareja en este momento, no vaya ser que la sorprendida sea yo.

Me voy a la casa, en una hora te escribo para platicar y explicarte la idea que traigo en la cabeza. Si tomo mañana el vuelo llegaría a Múnich el sábado en la madrugada y me gustaría ver a Antonio por la tarde.

Un beso, afinamos detalles de la sorpresa en un rato.

Carla."

Continuará...

Yo quería estar contigoWhere stories live. Discover now