Capítulo II: Viajes en el Espacio y en el Tiempo

1 1 0
                                    

Los días pasaron, ya es viernes y en el liceo donde estudio no hay clases en vista de que se realizará un acto en honor a las día de las madres teniendo en cuenta que el pasado Domingo fue su día. Mis madres, Aurora e Ivon, se niegan a asistir alntener presentes que a esos eventos no dejan acceder a los estudiantes, por lo que no les atrae la idea de compartir con otras señoras que son desconocidas para ellas. El punto favorable es que tengo el día libre.

Por instinto desperté a la hora de costumbre, lo averigüé mirando el relog de mi teléfono celular, son las 5:00am, pues la alarma no sonó, de hecho no sonará debido a que no la programé, tal vez mi despertar a la hora en que lo hago constantemente es producto de la rutina que cumplo a diario. Decido quedarme un rato más sobre la cama intentando conciliar el sueño, intento que resultó fallido así que me levanto para ir hasta el baño. Cuando salgo de allí esta mi amada Aurora escuchando la radio, en la estación favorita de todos en casa. La bebida que se vuelve nuestro entremés cada mañana ya esta terminada, y nuestras raciones servidas a la mesa, cada uno esperaba al otro para conversar, seguramente si se tratase de una reunión comercial o diplomatica no seriamos tan puntuales.

Al hablar mi abuela recuerda que debe viajar, pero no quiere ir sola, por lo que me pide que la acompañe, petición a la que accedí. Ella me ordena alistarme lo más pronto posible, yo acato su orden rápidamente y luego de algunos instantes estábamos listos. Vamos hasta la plaza del pueblo para tomar el autobús que nos llevara a nuestro destino, estando allí esperamos un momento mientras llega el trasporte, gracias a que mi amada Aurora no acostumbra estar fuera de nuestro hogar sus amistades aprovechan la ocasión para hablar con ella, tanto así que parece la alcaldesa de la comunidad, todos le tiene gran aprecio, al menos es lo que puedo percibir de las miradas que la rodean. Seguramente es el carisma de esta gran mujer lo que atrae el afecto.

En verdad ella es un diamante en bruto, por naturaleza se da a querer por todo el mundo, de una forma tan espontánea que de no estar cerca para observarlo no seria capaz de creerlo. Se trata de una persona como cualquier otra, imperfecta como todo ser vivo, aunque con la excepción de poseer un corazón que todavía es puro a estas alturas de su vida. Por mi parte me detuve a detallar los alrededores, puedo mirar nuevamente el baile de la naturaleza junto con el viento, las mariposas revoloteando por el lugar, las aves surcando el cielo contrastando con las blancas nubes, a mi vista todo este escenario es hermoso, los colores están armónicamente compaginados, combinen o no representa perfectamente la necesidad de variedad y tolerancia el mundo, asi como en esta imagen lo colorido embellece todo. Este universo codifica mensajes de maneras inimaginables descifrables para quien se digne pensar.

Finalmente el bus aparece y todos subimos en él. Desde el momento de partir el viaje se torno corto gracias a que me distraje con mi amada Aurora, el tiempo que transcurrió fue de unos 45 minutos aproximadamente, no obstante a mi percepción pasaron en un parpadeo, a pesar de sentir que fue breve el paseo el tiempo no pudo burlar a nuestros estómagos, por no desayunar en casa ambos tenemos hambre, el compartir tanto pudo crear entre nosotros una sincronía demasiado fuerte, después de todo ella me crió. Finalmente ponemos punto final a nuestra travesía, bajamos del vehículo y estamos en la ciudad de El Tigre, la que se conoce como la gran ciudad del sur.

El no haber comido antes del viaje, sin duda alguna, es más un propósito que una consecuencia de apuro u olvido de nuestra parte. Las secuencia de los acontecimientos me dieron la razón, mi amada Aurora es tan especial que lo planeo, en circunstancias ordinarias las personas comen algún plato salado y luego algo dulce como postre, pero tratándose de nosotros es al contrario. Tal vez se deba a un fragmento de infancia dentro de su ser que florece en ciertas situaciones, convirtiéndola en una niña por ratos, y a mi en su cómplice. En realidad nos encantan los dulces, como a mucha otra personas, así que es hora de hacer nuestra primera parada, por lo que partimos hasta un sitio donde venden barquillas, sus favoritas de hecho. Para quien nos mira se trata de una madre complaciendo a su descendiente, aprovechando a darse un pequeño gusto, a la percepción de este servidor es un momento que deseo perdure todo la eternidad, en algún momento momento nos despediremos y no se sabe si nos volvamos a ver, la muerte aparecerá, inevitablemente, recordar esto me hace apreciar cada instante porque ella no estará conmigo para siempre, o viceversa ya que nadie puede saber el destino, por l inexistencia del mismo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 17, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Belleza de la AuroraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora