Inseguridad es mi definición

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—¿Entonces solo te quedas aquí?— pregunto Minhyuk mirando el salón, en sus manos se encontraba una bolsa de Sabritas.

Tal y como prometió, el día anterior, estaba ahí a la hora del almuerzo, sentado en el escritorio nuevamente.

— Así es.— dije comiendo de mi ensalada.

— ¿Y tus amigos?

— Están en otra área.

— ¿Tu novio?— pregunto, mientras tomaba un puñado del contenido de la bolsa.

— No tengo novio.

Sus ojos se abrieron y trago rápidamente la comida de su boca.

—¿Cómo puede ser posible eso?— dijo, señalándome con su mano— ¿Están ciegos? Eres de los chicos mas guapos que he visto.

El sonrojo creció en mi.

— Solo ahorita no tengo pareja— dije.

— ¿Alguien te rompió el corazón?

— No, al parecer no tengo.— su mirada se torno confusa en cuanto mis palabras salieron de mis labios.

— ¿Por qué dices eso?

— Es algo difícil de explicar.

— ¿A qué hora termina tu última clase?— Lo miren con una ceja alzada, como es que cambiaba el tema tan rápidamente.

—Las dos.

— La mía a la una y media, así que solo tendré que esperarte media hora, ¿De acuerdo?

Su risa salió suavemente mientras miraba mi rostro donde la confusión estaba claramente plasmada.

— Dices que es un tema difícil de explicar, así que te invito a salir hoy después de clases para poder hablar con más tranquilidad y tiempo, ¿Si puedes?— dijo rascando su cabeza de pronto tornándose avergonzando — Lamentó ser así, siempre hago planes y después pregunto si los demás pueden.

— Tranquilo, puedo ir.

— Entonces es oficial, estaré fuera esperando por ti.

Me regaló una última sonrisa mientras caminaba hasta la puerta para después salir del salón, el timbre resonó fuertemente y como el día anterior me apresure a terminar mi comida.

ੈ♡

— ¿A dónde vamos?— pregunté mientras caminaba a la par de Minhyuk, me sentía extrañamente nervioso, mis manos empezaban a sudar y no faltaba mucho para empezar con mi manía de golpear mi cuello con la mano ante el nerviosismo.

— Cerca hay un lugar donde venden malteadas, está algo solo ha está hora así que podremos hablar libremente.

Asentí, el silencio parecía estar bien para él, pero a mí estaba empezando a asfixiarme, ¿Tenía que decir algo genial? ¿Si no hablo pensara que soy muy aburrido? Empecé a preocuparme en el momento en que sentí que sudaba más, tomé una respiración pesada, haciendo que volteara a verme.

— ¿Estás bien?— dijo parando su paso para acercarse a mi, tocó delicadamente mi frente y sentí mi cuerpo temblar ante su tacto— Estás apunto de hiperventilar tranquilo, respira conmigo.

Empecé a seguirlo, hasta que empecé a sentirme más relajado.

— ¿Mejor?— pregunto suavemente.

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