Dos

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Joel sube las escaleras cuando ya han vuelto del veterinario, y pega más el cachorro a su pecho porque sabe que la patita le duele

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Joel sube las escaleras cuando ya han vuelto del veterinario, y pega más el cachorro a su pecho porque sabe que la patita le duele. No paro de llorar en todo el camino.

Sé acerca a la puerta de su departamento, y saca las llaves, pero no logra atinar a la cerradura.

Erick nota eso, porque tiene un rato observándolo por la mirilla de su puerta, y sale de su departamento.

—Oh, Joel ¿Quieres que te ayude?— se acerca al mencionado.

—Si, por favor— susurra —Detenme a T'achala— intenta entregarle a su mascota.

—Mejor yo abro la puerta— se niegan, quitándole las llaves.

No puede expresar en palabras lo mal que le cae ese animal.

Abre la puerta dejando a Joel entrar, mismo que camina hasta la pequeña cama del perrito, y lo recuesta ahí.

—Gracias Erick— le sonríe, cuando le entrega las llaves.

—No es nada, me gusta ayudar— corresponde con un mismo gesto.

—Creo que debo ver qué haré para la cena— menciona sin ser descortés.

—Te he dicho que yo estoy preparando lasaña—

—No quiero molestarte más, y sabes que no debo dejarlo aquí solo— señala con la mirada al pequeño.

—Puedo traer la cena acá, y cenamos juntos— propone, y al ver que Joel asiente sabe que tiene una grandiosa oportunidad, va a aprovecharla al máximo.

—Puedo traer la cena acá, y cenamos juntos— propone, y al ver que Joel asiente sabe que tiene una grandiosa oportunidad, va a aprovecharla al máximo

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Supéralo ¡! TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora