Me encontraba jugando con mi hermana pequeña Clara cuando los gritos de mi madre resonaron en toda la casa.
- ¡Afrodita! ¡Clara! ¡Los ángeles negros! - Gritaba mi madre repetitivamente.Clara y yo nos miramos asustadas. Me levanté del suelo rápidamente y agarré a mi hermana de la muñeca, bajamos las escaleras pero nos paramos en seco al ver las alas negras de uno de los ángeles, puse mi dedo índice encima de mis labios para indicarle a Clara que no hiciera ruido, subimos lentamente las escaleras y fuimos de vuelta a la habitación, miré a mi hermana esta tenía las mejillas rojas y llenas de lágrimas.
- Métete en el armario - ordené
- Papa y mamá, ¿donde están? - preguntó asustada
- Voy a ir a buscarlos, tú obedecé y metete en el armario. No salgas pasé lo que pasé. - respondí
Ella asintió y se metió dentro del armario. Empujé el escritorio que teníamos en la pequeña habitación hacía las puertas del armario. Respiré profundamente y abrí la puerta de la habitación, fui en busca de mis padres revisando las habitaciónes de la planta superior, no se encontraban allí así que decidí bajar las escaleras aún sabiendo el peligro que eso conllevaba. Necesitaba encontrar a mis padres. Bajé las escaleras intentando no hacer ruido, una vez me encontraba abajo suspiré de alivio al no ver el ángel. Caminé hacía la cocina, una vez me encontraba allí susurré los nombres de mis padres. Decepcionada de no encontrarlos estaba por subir arriba con mi hermana pero un gran viento golpeó mi espalda, me dí la vuelta con miedo y allí estaba él... tenía delante de mi uno de los ángeles, sus alas negras fueron la causa del viento ya que estás se agitaban de arriba hacía abajo permitiendole volar, esté se acercó hacía mi pero paro en seco y se empezó a retorcer de dolor, yo lo miré asustada, pude ver una herida profunda en su brazo.- ¿Te.. te ayudo...? - Pregunté con miedo haciendo que él me mirara confundido - Voy a... buscar unas vendas y... así taparte la herida.
Me levanté para ir a buscar las vendas, estás se encontraban en un cajón que había en la cocina así que las agarré junto a algo de alchol para heridas y fui de vuelta hacía él.
- Voy a ponerte algo de alchol, pica bastante pero te va a ayudar con la herida.
Apliqué el de alchol y él simplemente cerró sus ojos y apretó su puño, una vez el achol estaba puesto enrollé la venda por su brazo.
- No te quites la venda hasta que veas que la herida se a curado. - Le aviséEl ángel se levantó, me miró y se fue, yo suspiré de alivio, no me había atacado. Subí corriendo a la habitación, miré el cielo por la ventana y al ver que no habían ángeles le dije a mi hermana que saliera del armario.
[...]
Ya era de noche, todo había vuelto a la normalidad, mis padres se encontraban en sus camas tratando de dormir y mi hermana y yo listas para hacer lo mismo. Me metí en mi cama y apagué la suave luz.
- Te pude escuchar hablar con uno de los ángeles. - Dijo ella levantandose de su cama y acercandose a la mía. - ¿Por qué le ayudaste?
- Clara es muy tarde, vete a dormir. - respondí ignorando su pregunta
- Si papá y mamá se enteran de esto tú - me señaló- estarás muerta. Ya sabes que está prohibido hablar con ellos y más si es para ayudarles.
- ¡Lo hice para no morir! Si no lo hacía seguramente me hubiera atacado. - dije enfadad mientras me levantaba de la cama y me ponía un abrigo.
- ¿A dónde vas? - Preguntó ella.
- Me voy al lago, a dar un paseo.
Ella me miró con cara de sorpresa y confundida pero yo la ignoré y fui hasta fuera en silencio para después ir corriendo al lago, me gusta pasar tiempo aquí, es un lugar silencioso y bonito, suelo venir cuando quiero estar sola. Me quité mis zapatillas y puse mis pies en el lago, cerré mis ojos y escycuché el sonido del agua el cuál consiguió relajarme.
- ¿qué haces? - preguntó una voz haciendo que me asustara.
Me dí la vuelta y pude ver el rostro de un chico pero no era un chico cualquiera, era él ángel que había ayudado. El miedo invadió todo mi cuerpo, estaba por levantarme y irme corriendo pero él puso uno de sus dedos debajo de mi barbilla.
- ¿Cómo te llamas? - Me preguntó
- Af... afro... Afrodita - Respondí con miedo.
- ¿Sabes lo que significa Afrodita? - dijo apartando su dedo.
Yo negué rápidamente con la cabeza.
- Afrodita es un nombre Griego, así se llamaba la Diosa griega de la belleza y el amor.
- Qué irónico, yo no soy bella ni tengo suerte en el amor. - dije con más confianza. - ¿Cuál es tú nombre?
- Trueno - Respondió
- Umm... Trueno yo... tengo que irme... Él frunció el seño, se levantó y estiró su brazo hacía mi.
- Yo te llevo a tu casa. No te voy a hacer daño. - Dijo con una voz firme.
Aunque sabía que no podía confiar en él acepté por miedo a que me atacara agarré su brazo, él agitó sus alas y en un par de segundos me encontraba agarrada fuertemente a él mientras volavamos hacía mi casa. Una vez llegamos a mi casa bajamos, me separé de él y observe sus bonitas facciones.
- No le digas nada de esto a nadie. - Dijo con un tono de voz borde.
Yo asentí y me despedí con la mano, me metí en la casa y fui corriendo a mi habitación mientras que lo sucedido no paraba de repetirse en mi cabeza.
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Prometo que el próximo capítulo será mejor ahre.
Gracias por leer. ♡
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ÁNGEL || Trueno
Fanfiction¿Que pasa cuando Afrodita rompe las reglas y habla con uno de los ángeles?