Capítulo 3 ~ "Posibles opciones."

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Estaba sentada en la silla giratoria de Ethan, aún en su oficina, aun llorando. Él no había vuelto y no lo haría. 

Alguien toco a la puerta… ¿o quizás si lo haría?

Me seque la cara rápidamente y gire hacia la puerta ya que tenía la silla dándole la espalda.

Mi cara seguramente demostraba esperanza de que mi hermano volviera, me pidiera perdón y me apoyara una vez en algo.

Pero esa esperanza desapareció cuando otra persona se asomó por la puerta.

- Jared.- suspire desilusionada.

- ¿Esperabas a alguien? – bromeo.

- No. ¿Qué quieres? – seguía tratando de secar mis ojos pensando que quizás algunas lágrimas aún estaban ahí.

- ¿Estas llorando? – el entro en la oficina cerrando la puerta detrás y se arrodillo junto a mí. 

- No.- mi voz trataba de no quebrarse. 

- El ya entenderá. Tú también debes entenderlo.

Él estaba informado sobre la situación. 

- ¿Estas de su parte? – deje mis ojos en paz y lo mire.

- No, pero debes entender cómo se siente cuando algo puede llegar a pasarte.

- No me paso nada.- levante mis brazos y luego los deje caer.

- Pero el miedo a que pase no lo deja entenderte.

Suspire unos largos segundos y luego volví a hablar. 

- ¿Tu estas de mi lado? – lo mire esperanzada de que alguien me apoyara.

- Si.- sonrió apenas. 

Su respuesta me dio una pisca de felicidad.

- Gracias.- también le sonreí apenas. 

Ahora el suspiro por unos largos segundos imitándome a mi hace minutos, y luego volvió a hablar

- Bueno, vine aquí a buscarte porque Gregory quiere hablar contigo. Creo que él también te apoya.

- ¿Si o si tiene que ser hoy? 

Él lo pensó.- Creo que sí. ¿Por qué?

- Necesito irme a casa y descansar. Pasaron muchas cosas hoy. Puedo venir mañana.- suspire.

- Ok, yo le diré. ¿Quieres que te lleve a tu casa? - se levantó y luego me ayudo a levantarme.

- Por favor.- volví a sonreírle apenas.

Salimos de la oficina y mientras Jared iba a hablar con Gregory yo lo esperaría afuera. Busque a mi hermano con la mirada pero no lo encontré así que salí de una vez y me ubique en un lugar visible para esperar a Jared. 

El volvió a los minutos y fuimos donde su auto. Me comento que la camioneta-patrulla se la había llevado Ethan. 

Abrió la puerta para que subiera y luego la cerro para rodear el auto y subir el. 

Muchas veces solía ser así de lindo conmigo y me apenaba. 

Ethan solía hacerme bromas con que el gustaba de mí y me enfadaba. Jared no era un mal pretendiente para nadie, con 25 años, su suave pelo castaño y su forma de ser con las mujeres tenía muchas atrás. Pero era imposible porque yo no quería nada con nadie. Estaba bien sola.

Mentiras que enamoran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora