Invierno

715 75 2
                                    

«8 años»


La ciudad se encontraba bajo ataque. Todas las personas ya habían sido llevadas a lugares seguros pero Tony tenía un mal presentimiento. Eso, y el conocimiento de varios aparatos explosivos que detonarían en cualquier momento.


—J.ᴀ.ʀ.v.ɪ.ꜱ., ¿aún quedan civiles en la zona de riesgo? —es consciente de su falta de interés por la respuesta, tiene una idea y esa no podrán quitársela tan fácil.


"En nuestro último vuelo no detecté ningún inconveniente, señor, ¿desea hacer una segunda revisión?"


—No tengo elección, ¿o sí? —hubiera querido soltar algún comentario sarcástico, pero solo suspiró las palabras, cerrando su casco de nueva cuenta para sobrevolar el lugar.


No pasaron mucho tiempo buscando, al cabo de minutos hallaron a un niño perdido en la zona con mayor explosivos. Tony no dudó en bajar y sacarlo de ahí justo antes de que el desastre comenzara.


Era un niño castaño claro con ojos ilusionados, traía un suéter azul que le quedaba grande en el cual se leía una letra "I", seguida por una imagen del casco de alguno de los trajes de Tony, y luego un "Iron man".


—Amo a Iron Man —tradujo Tony mientras el niño comía hamburguesas en el local al que fue llevado.


—No. ¡Yo amo a Iron Man! —corrigió creyendo que se trataba de una competencia, observando emocionado al adulto y estando consciente de que él es Iron Man. El hambre prevalece sobre su emoción, pero sin duda este es el mejor día de su vida.


No recibió respuesta además de una ladeada sonrisa rápida. Cuando terminaron la comida Tony rentó una habitación de hotel solo para ese niño, el cual dice llamarse Peter pero se rehusa a dar información de cómo encontrar a una tal "Tía May". Incluso pagó a un par de empleadas del hotel para ser las cuidadoras del menor. Stark podría quedarse con él hasta convencerlo de hablar, pero su avión privado le esperaba. Saldría de viaje.


Peter usa un par de calcetines de dibujos animados, su suéter, y shorts cortos. Se encuentra sentado en el centro de la cama en esa habitación rentada. Abraza sus piernas, con la mitad del rostro oculto entre sus rodillas.


—¿Te vas?

Su pregunta fue innecesaria, pues es evidente que Iron Man no se quedaría por siempre con él, además venía de un lado a otro de la habitación, resolviendo los pormenores de su visita a otro país por medio de un comunicador.


—Sí, y vas a extrañarme mucho —aún así se dio el tiempo de responder a Peter.


—¿Por cuánto tiempo?

Su voz estaba débil. Es claro que admira a ese hombre, cómo protege a todas las personas. Pensaba que si consiguiera ser su amigo él no lo traicionaría y ya nunca volvería a tener miedo, tal vez incluso aprendería a ser un super héroe.


—Eso no importa, me parece casi imposible volverte a ver —respondió sentándose en la orilla de la cama, reflexionando algunas cosas respecto a Stark Industries.


De inmediato el gesto de Peter se tornó ofendido. Hizo un puchero, rozando la piel de sus piernas con el labio inferior.


—¡Sí me importa!

Tony suspiró exageradamente, levantándose de su lugar para caminar por toda la habitación otra vez. Entre el tema de Rodhey esperando su llegada, Peter y Pepper intentando evitar su partida, y Peter completo, Stark se siente algo aturdido. Algo se le está olvidando.


El niño se entretuvo mirando cómo el traje elegante color azul marino del mayor se desordenaba con cada movimiento desesperado. Cuando pasó cerca de él, Peter atrapó el borde de su saco.


—Si te quedas, voy a decirle a la tía May que te compre un pastel.

Su ofrecimiento fue de los más grandes que pudo haber hecho a su edad. El mayor sacrificio sería entregar sus cosas de Iron Man, pero no puede ofrecerlas a quien ya es Iron Man. Entonces el pastel es la mejor opción.

Pero Tony liberó su saco del agarre de Peter, tomó sus manos y le sonrió.


—Adiós, señor Parker —después de colocarse unos lentes, se retiró el saco para colocarlo sobre los hombros del menor.


Le recordó a las empleadas que debían entregarlo exclusivamente a la persona reconocida por Peter como su tía May, o a la policia para que ellos se encargaran de encontrar a esa mujer. No olvidó, por supuesto, alguna amenaza casual en caso de que ellas intentaran seguir otro procedimiento.


Y se marchó.

24 añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora