Lanzarte a tu cama,
Dejar tu cabeza reposar contra la almohada
Y poder ahora sí, olvidarte de todo.
El silencio te abruma al punto de llegar a consolarte
Entonces, en medio de esa nada escuchas a tu corazón
Latiendo a ritmo descompasado, casi susurrando en tu oído.
Te concentras en aquel susurro; y tanta es la calma que incluso puedes contar el subir y bajar de pecho tras cada aliento.
Justo ahí, lo detienes...
Durante segundos tu respiración se atora en tu garganta y te adueñas de todo
¡Lo dejas salir!Y entonces el latir de tu corazón que susurraba en tu oído, ahora grita en aceleración...
Y vuelves, lo repites una y otra vez.
¡Lo haces agonía!Y lo disfrutas, disfrutas tener el control de aquel latir
Disfrutas, porque al nunca ser dueño de nada, te das cuenta que tu corazón esta ahí y es tuyo
Y estas vivo, por tí. Gracias a tí.